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Bangladés: así fue como la gente sacó a su mandataria tras las cuestionadas elecciones y pretender seguir a la brava en el poder
Sheikh Hasina, la primera ministra de Bangladés, huyó este lunes en helicóptero de su país, ubicado en el continente asiático.
Sheikh Hasina, la primera ministra de Bangladés obligada a renunciar por una ola de protestas, simbolizó primero la lucha por la democracia, pero su gobierno estuvo marcado por la encarcelación de opositores y las denuncias de violaciones a los derechos humanos.
Hasina, de 76 años de edad, huyó del país este lunes en un helicóptero después de que una revuelta que comenzó en julio con protestas estudiantiles contra las cuotas que benefician a ciertos sectores en el acceso a puestos de funcionarios, derivaran en un movimiento de rechazo a su gobierno. En total fue primera ministra durante cinco mandatos, los últimos cuatro consecutivos.
Los últimos 15 años en los que estuvo al mando de Bangladés estuvieron marcados por un auge de la economía y el año pasado Hasina prometió que convertiría a Bangladés en “un país desarrollado”, pero cerca de 18 millones de jóvenes están desempleados, según las cifras del gobierno.
Su último mandato, que comenzó en enero, estuvo marcado por el boicot de la oposición a las elecciones que denunció que no fueron libres ni justas.
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Un auge de la economía
Es hija de Sheikh Mujibur Rahman, un revolucionario que lideró la lucha por la independencia de Pakistán en 1971 y que después fue primer ministro. Ella tenía 27 años y estaba en el extranjero cuando los militares asesinaron a su padre para derrocar su gobierno en el golpe de Estado de 1976.
Pudo regresar al país seis años después para liderar el partido de su padre, la Liga Awami, tomando una antorcha de la lucha por la democracia, que la llevó a unir sus fuerzas con el Partido Nacionalista de Bangladés (BNP) de Jaleda Zia.
Durante este periodo pasó varios periodos de arresto domiciliario hasta que el dictador militar Husain Muhamad Ershad fue derrocado en 1990. La alianza entre Hasina y Zia duró poco y su rivalidad marcó el tono de la política de Bangladés en los últimos años.
Hasina llegó al poder por primera vez en 1996, pero perdió las elecciones contra Zia cinco años después. Tras el golpe de Estado de 2007 ambas fueron encarceladas por acusaciones de corrupción, unos cargos que después fueron retirados.
Hasina ganó las elecciones de 2008 por un amplio margen y ha estado en el poder desde entonces. Zia fue condenada a 17 años de prisión por acusaciones de corrupción en 2018 y ahora está confinada en un hospital y su salud está muy deteriorada. Otros dirigentes del BNP también están encarcelados.
Los partidarios de Hasina elogian un auge de la economía que se debe en gran parte a la industria textil, que emplea mayoritariamente a mujeres y suministra prendas a grandes marcas occidentales.
Bangladés pasó de ser uno de los países más pobres del mundo al momento de su independencia, a registrar tasas de crecimiento de más del 6% desde 2009. Con este auge la pobreza ha disminuido y ahora un 95% de sus 170 millones de habitantes tienen acceso a la electricidad y el ingreso per cápita igualó al de India en 2021.
Hasina también fue aclamada por la represión del islamismo radical en este país mayoritariamente musulmán donde en 2016 un grupo yihadista irrumpió en un restaurante de la capital Daca, muy popular entre diplomáticos y empresarios extranjeros, y mató a 22 personas.
Represión de la disidencia
En la última década cinco dirigentes islamistas y un prominente opositor fueron ejecutados tras ser condenados por crímenes contra la humanidad durante la guerra de la independencia en la década de 1970.
Los juicios generaron masivas protestas y una ruda represión que dejó varios muertos. Para la oposición, fueron una farsa y tuvieron motivaciones políticas. Estados Unidos impuso sanciones en 2021 a una rama de las fuerzas de seguridad y a siete de sus altos mandos por acusaciones de violaciones de los derechos humanos.
Las protestas que terminaron con su gobierno arrancaron con una revuelta de los estudiantes que cuestionan un sistema de cuotas que reserva más de la mitad de los puestos de la función pública a ciertos sectores de la sociedad, incluidos los hijos de veteranos de la guerra de independencia.
Durante las movilizaciones, Hasina defendió su gobierno afirmando que trabajó por el país y recorrió las áreas de la capital donde los disturbios generaron destrozos. “Durante 15 años, he trabajado para construir este país”, declaró a la prensa. “¿Qué no he hecho por el pueblo?”.