Mundo
China planea obligar a sus ciudadanos a vestir según las exigencias del régimen del presidente Xi Jinping
Aunque la medida aún está en etapa de plan, algunos vecinos de China ven con recelo esta muestra de autoritarismo.
Preocupación ha generado en Occidente la reciente revelación de una serie de medidas que tendría en el tintero el presidente de China, Xi Jinping, orientadas a aumentar el autoritarismo ejercido por su régimen, en aras de imprimir mayores rasgos de nacionalismo, en momentos en que el país podría sumirse en una crisis. El control de la población se perfila como una de las estrategias para evitar que la situación ‘se salga de las manos’.
Así, medios internacionales han referido que, dentro de las proyecciones de Xi Jinping, o mejor, del Partido Comunista Chino, colectividad única, está emular algunas de las tácticas otrora usadas por el icónico líder Mao Zedong a mediados del siglo pasado, en medio de la revolución China, las cuales le dieron éxito en su empresa de controlar y dirigir el país.
En medio de la estrategia que se avizora en China, además de medidas para el control del aparato estatal, en pro de enfrentar eventuales conatos de rebelión, la población y el aumento de control sobre esta, también estaría en los planes del gobierno de Xi.
En ese marco, medios internacionales han denunciado que el gobierno de Xi estaría planeando la emisión de una nueva ley orientada a ‘restringir’ algunos tipos de vestimenta que se consideran ofensivos y en contra de las tradiciones locales. Para algunos sectores, esto puede resultar acertado, mientras que para otros refieren un escalón más en el intento del control total por parte del Estado, que ya ha comenzado nuevamente a incurrir en la censura de contenidos culturales para regular qué pueden consumir los pobladores en términos de lectura, televisión e incluso redes sociales.
Si bien la ley anunciada no está en vigor, tales medios han afirmado que la forma como el Gobierno chino buscará introducirla será a través de la herramienta del ‘castigo’, es decir, a través de la imposición de multas a quien no cumpla con el lineamiento.
Así, pese a que, de fronteras para afuera, China se intenta mostrar como un país moderno, a nivel doméstico sigue ‘apretando las tuercas’ de un engranaje autoritario y restrictivo en detrimento de sus pobladores, a quienes podría cobrar multas de hasta 700 dólares por el incumplimiento de la eventual medida que ahora regulará hasta el ropero de la ciudadanía.
Para algunos sectores académicos, Xi Jinping, quien ya ha logrado el status de ‘gobernante histórico’ de China, equiparable en términos de transformación al icónico Mao Zedong, estaría intentando precisamente emular algunas de las prácticas impulsadas por este en medio de la Revolución Cultural, medida con la que intentó borrar los vestigios de la penetración de Occidente en su cultura.
Esta medida, que genera conmoción pese a que aún no está en firme, se conoció luego del surgimiento de una controversia suscitada en el territorio de ese país, más precisamente en la localidad de Suzhou, próxima a Shanghai, donde las autoridades cuestionaron a una joven que usaba una prenda típica japonesa conocida como kimono, advirtiendo que esta podría vulnerar algunos sentimientos de la tradición china, remontándose al pasado colonial y la era de la hegemonía de Japón.
No obstante, este no sería el único caso que da muestra de ello. También se conoció que un grupo de fanáticos del ánime fue blanco de acciones discriminatorias y ataques por parte de autoridades chinas, a lo que se suman acciones en contra de personas que expresaron su identidad de género ‘diversa’ a través de camisetas multicolores, que hacían alusión al arcoíris como símbolo de su pertenencia a la comunidad LGTBIQ+.
Sobre el particular, se han conocido declaraciones del embajador de Estados Unidos en Japón, quien se refirió al tema citando una emblemática frase del texto Hamlet, de Shakespeare, adviertiendo que ‘algo huele mal’, para hacer referencia a una realidad turbia que genera desconfianza.
Si bien medios internacionales han advertido que la ley en cuestión estaría en una etapa consultiva, el carácter hermético del Gobierno chino no permite vislumbrar las posiciones que internamente se tejan frente a esa normativa, en un contexto en el que la opinión popular tampoco desempeña un papel relevante.
Sobre el particular, también han alertado medios estadounidenses como The Washington Post, advirtiendo que la medida puede resultar peligrosa incluso para la misma China, en tanto esto inhibe la creatividad y la libre expresión de algunos de sus sectores más jóvenes.
En medio de ese contexto, medios internacionales también han referido el impacto que ello podría tener en medio de la incipiente crisis económica, y la forma en la que regionalmente van elevándose nuevos referentes que atraen inversión y localización de empresas, como lo es el caso chino.
Ante la polémica que pone la lupa sobre China, medios internacionales también han hecho mención de la supuesta instalación de una ‘barrera flotante’ para frenar el paso de pesqueros filipinos, la cual habría sido retirada por las autoridades de Filipinas, en medio de una disputa de territorios marítimos que ya ha tenido otros escenarios y cruces que calientan el ambiente del diferendo internacional.
Según medios internacionales, en la región también se destaca el tema de Taipéi, en medio de su incesante lucha por alejarse del dominio de la China continental, escenario en el que también se ha conocido el despliegue de recursos de defensa por parte del gobierno local para frenar eventuales nuevos intentos del gobierno central.
Esta situación también centra la tensión regional en una eventual acción armada por parte del régimen de Xi Jinping, para frenar las acciones de Taipéi de seguir fortaleciendo su defensa.
Lo anterior, sin mencionar los escenarios que China podría plantear en términos de disputas con Japón y Corea del Sur.