Estados Unidos
Delincuentes profanaron sagrario en iglesia en Brooklyn y realizaron millonario robo
Se calcula que los elementos hurtados en el hecho, que además genera indignación por el irrespeto a las creencias católicas, están avaluados en dos millones de dólares.
Indignación ha generado al interior de la comunidad católica de Nueva York, Estados Unidos, un hecho delictivo ocurrido en una iglesia de dicha congregación, ubicada en el sector del distrito de Brooklyn, hasta donde llegó un grupo de ladrones que, tras profanar el templo, se llevó consigo una valiosa urna, usada como sagrario, elemento en el que se depositan las hostias consagradas.
El escenario del robo, cifrado en cerca de dos millones de dólares, es la iglesia católica de San Agustín, considerado un espacio histórico de estilo victoriano, ubicado en el centro de referido sector en la Gran Manzana, más precisamente en el barrio Park Slope.
Aunque el hecho fue evidenciado por religiosos locales la tarde del pasado sábado, 28 de mayo, según voceros de la diócesis de Brooklyn, se cree que fue perpetrado la tarde-noche del pasado viernes, 27 de mayo de 2022.
Pese a lo cuantioso del robo, representado en el elemento fabricado en oro, la mayor indignación para la comunidad católica en Estados Unidos está dada por el hecho en sí de la profanación de la sagrada eucaristía, referida a las hostias que, para la creencia de los miembros de esta religión, representa el cuerpo de Cristo.
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En ese sentido, según testimonios recogidos por la Agencia de Noticias Católicas, tras el robo del sagrario, los delincuentes dejaron botadas en el suelo las hostias allí contenidas, que ya habían sido objeto de consagración, lo que representa una seria afrenta a Dios, de acuerdo con las creencias.
En declaraciones entregadas por el párroco Frank Tumino, quien presta sus servicios en referido templo, y retomadas por la agencia de noticias religiosas ACI, “esto es devastador, ya que el sagrario es el foco central de nuestra iglesia, aparte de la adoración, ya que sostiene el Cuerpo de Cristo, la Eucaristía, que se entrega a los enfermos y confinados en sus hogares”, advirtió.
Para el religioso, el millonario robo del que fue víctima el templo es un hecho “atroz y una falta de respeto”, advirtiendo que los responsables del delito, para ingresar al denominado “sitio más sagrado”, tuvieron que superar un sistema de seguridad, refiriendo que, además de los valiosos elementos de culto, los responsables del hurto también se llevaron parte del sistema de seguridad y monitoreo del templo.
Sobre el tabernáculo hurtado, también se señala que para su robo, los delincuentes destrozaron una coraza protectora de metal y posteriormente levantaron la valiosa urna que data del siglo XIX, cuyo valor, además de monetario, es histórico y artístico.
The @BrooklynDiocese is announcing the #NYPD is investigating a brazen crime of disrespect and hate, which desecrated the most Holy Eucharist and altar at @StAugustineRC located in Park Slope. The burglar cut through a metal protective casing and made off with the Tabernacle. pic.twitter.com/hMbLoSSkWa
— Brooklyn Diocese Press Office (@BQDiocesePress) May 29, 2022
Por lo anterior, según feligreses y religiosos, dicho sagrario es insustituible.
Según detallan medios especializados, en el robo, además de la sustracción de la urna fabricada en metales preciosos, también fueron destruidas algunas piezas de arte que estaban en inmediaciones de este, como la figura de dos querubines, que fueron decapitados.
Sobre el robo, también trascendió que en la incursión criminal, los delincuentes responsables llegaron hasta la sacristía de la parroquia, donde ubicaron una caja fuerte que de igual modo fue abierta; no obstante, los ladrones “se quedaron con las ganas” de un botín aún más jugoso, pues, según los religiosos, dicho dispositivo de seguridad se encontraba vacío.
En el análisis de las autoridades y de la Diócesis de Brooklyn, también se concluyó que los delincuentes podrían haber conocido con antelación algunos detalles del funcionamiento del templo, pues, en su huida, y para evitar ser identificados a través de las cámaras de seguridad, también destruyeron algunos de los elementos clave del sistema de circuito cerrado allí existente.