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Día del Holocausto: el conmovedor y duro discurso del embajador de Israel, Gali Dagan
“Un país que sufrió el golpe más doloroso en sus 75 años de historia el 7 de octubre, pero, así como el pueblo judío supo levantarse de las ruinas del Holocausto y florecer y prosperar de nuevo, el Estado de Israel saldrá mucho más fuerte y próspero después de la masacre del 7/10. Nunca más es ahora”.
La conmemoración del ‘Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto’ en el Centro Israelita de Bogotá fue muy sentida. La comunidad judía recuerda una fecha que trae recuerdos muy dolorosos, pues marca la liberación del campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau en 1945. Este día, las fuerzas aliadas pusieron fin a los horrores perpetrados en Auschwitz, donde perdieron la vida 1,1 millones de judíos.
Cada año, desde 2006, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) lo conmemora con el compromiso de preservar la memoria del momento más oscuro en la historia de la humanidad: el Holocausto.
El embajador de Israel en Colombia, Gali Dagan, aseguró que este año, esta ceremonia se vive diferente tras todo lo que ha sucedido desde la masacre del pasado 7 de octubre, por los terroristas de Hamás. “En esta terrible fecha, la mayor cantidad de judíos fueron asesinados en un solo día desde el Holocausto. Más de 1.200 ciudadanos israelíes inocentes fueron asesinados a sangre fría”, recordó.
Durante su discurso expuso las atrocidades cometidas por los terroristas de Hamás, contra los judíos simplemente por ser judíos. “Antes del 7 de octubre, tuvimos que imaginar en nuestras mentes cómo se veía un escenario de un pogromo. Y de repente, en 2023, un pogromo con escenas que nunca creímos experimentar, nuestra generación, la generación de cuyos abuelos establecieron este milagro llamado Estado de Israel”.
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El diplomático narró lo que sucede con el antisemitismo en el mundo. “A pesar de los 79 años transcurridos desde el Holocausto, el pueblo judío no ha logrado, todavía, recuperar su población previa a la Segunda Guerra Mundial”, dijo. Este es su discurso completo:
“El Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto fue establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2005, cada 27 de enero, en la misma fecha de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau en 1945. Este día, las fuerzas aliadas pusieron fin a los horrores perpetrados en Auschwitz, donde perdieron la vida 1,2 millones de personas, siendo 1,1 millones de ellas de origen judío.
El primer evento en el marco del Día Internacional de Conmemoración del Holocausto tuvo lugar en 2006. Desde entonces, he participado todos los años en esta importante ceremonia para preservar la memoria del Holocausto, ya sea en puestos en el extranjero o en puestos en la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores en Jerusalén.
Desde la primera conmemoración se han llevado a cabo ceremonias anuales para preservar la memoria del Holocausto, abordando los horrores y asesinatos ocurridos en los pozos de matanza como en Babi Yar, los campos de exterminio en Polonia: en Auschwitz-Birkenau, Treblinka, Majdanek, Chelmno, Sobibor y Belzec, entre otros, donde más de un tercio del pueblo judío fue asesinado. A pesar de los 79 años transcurridos desde el Holocausto, el pueblo judío no ha logrado, todavía, recuperar su población previa a la Segunda Guerra Mundial.
En los actos de conmemoración del Holocausto desde 2006, siempre hemos hablado también de la preocupación por el aumento del antisemitismo en el mundo y enfatizamos en el deber universal de “recordar y no olvidar”. Volvimos a jurar que: “Nunca Más”.
Este año es diferente, por el 7 de octubre. La masacre llevada a cabo por los salvajes terroristas de Hamás contra los residentes de los pueblitos del sur de Israel sucedió el sábado por la mañana, cuando celebrábamos la festividad de Simjat Torá. Una de las fechas más importantes del calendario judío: “la Alegría de la Biblia”.
En este terrible día, la mayor cantidad de judíos fueron asesinados en un solo día desde el Holocausto. Más de 1.200 ciudadanos israelíes inocentes fueron asesinados a sangre fría.
De repente, una vez más, nos vimos expuestos a las atrocidades cometidas contra los judíos simplemente por ser judíos. Antes de esto, solo habíamos leído sobre ellos en los poemas de nuestros poetas nacionales o en las descripciones de otros escritores judíos a lo largo de la historia. Las escenas, que dieron forma a nuestra memoria colectiva, como judíos, como israelíes.
Antes del 7 de octubre, tuvimos que imaginar en nuestras mentes cómo se veía un escenario de un pogromo. Y de repente, en 2023, un pogromo con escenas que nunca creímos que experimentaremos, nuestra generación, la generación de cuyos abuelos establecieron este milagro llamado Estado de Israel. Porque antes que todo, el Estado de Israel fue establecido precisamente por eso: por “¡Nunca más!”.
Esta vez, señoras y señores, tampoco tuvimos que usar nuestra imaginación para entender cómo se veía un pogromo. Tampoco tuvimos que volver atrás y leer “En La ciudad de la Matanza”, sobre los “Pogromos de Kishinev” de nuestro poeta nacional Haim Nachman Bialik, que fue escrito en 1903 y comienza con las siguientes líneas:
Ven, hombre, a la ciudad donde se hizo la matanza, y entre el montón de ruinas y de escombros, avanza, y mira con tus ojos y toca con tus manos sobre la cal de muro, sobre el árbol, la piedra, coágulos de sangre, de sangre espesa y negra y fibras de cerebros y de miembros humanos.
Avanza entre hornos rotos y paredes deshechas que como heridas muestran profundísimas brechas.
Esta vez, el 7 de octubre, todo fue filmado. Todo fue captado por las cámaras corporales (GoPro) de los asesinos, de estos terroristas salvajes: imágenes de una familia entera siendo asesinada, abrazada; imágenes de un niño quemado abrazado a su osito de peluche; personas quemadas en un auto; jóvenes que vinieron a un festival de música, asustados y aterrorizados, fueron atacados con granadas mientras se escondían en un refugio; ejecuciones a quemarropa; bebés, hombres y mujeres decapitados; violaciones masivas de nuestras mujeres; y un contenedor, y otro contenedor. Contenedores interminables de cuerpos, a la espera de ser identificados.
Y cuando la pérdida es tan grande, y la crueldad tan dura, el alma, el ser humano busca comodidad. El hombre busca simpatía y empatía. El hombre espera comprensión, por compasión.
Señoras y señores,
Lamentablemente, el pogromo de 2023 abrió una botella enorme. Una botella que estaba escondida quizás en los sótanos más oscuros de la humanidad. El pogromo de octubre de 2023 sacó del pasado los demonios del antisemitismo, que creíamos superados, de este fenómeno marginal y contenido.
De la oscuridad del pogromo de octubre de 2023, el viejo antisemitismo emergió del pasado negro de la humanidad. Lo feo y lo violento. La oscuridad y la sed de sangre. El mismo antisemitismo de las “Tormentas en el Néguev” de 1882 y los “Pogromos de Kishinev” de 1903. La misma impactante línea de producción de asesinatos de judíos a lo largo de la historia.
Señoras y señores,
El Estado de Israel se estableció sobre las cenizas del Holocausto. Como una solución política a la deuda moral e histórica de la humanidad con el pueblo judío. Este evento atroz, un plan ordenado e industrial para exterminar al pueblo judío, marcó el punto culminante de una larga historia de sufrimiento por persecuciones y pogromos.
Señoras y señores,
El Estado de Israel fue fundado sobre dos pilares: la memoria del Holocausto y la conexión histórica del pueblo judío con la tierra de sus antepasados: la Tierra de Israel. Con más de 3.000 años de solida conexión.
El antisemitismo, que estalló de la botella oscura el 7/10 está tratando de socavar estos dos pilares: primero pone en duda la legitimidad del establecimiento del Estado de Israel en el contexto de los horrores del Holocausto. Los elementos son sencillos, aún sofisticados, primero, con acusaciones contra Israel de cometer un genocidio sin fundamento, en la Corte Internacional de Justicia. Estas acusaciones comenzaron mucho antes del 7 de octubre. Además, comparan Gaza con Auschwitz-Birkenau o el gueto de Varsovia. También reclaman que el número de judíos asesinados en el Holocausto fue mucho menos de seis millones.
A veces dicen que el asesinato de judíos en Europa fue parte de la Guerra y no formó parte de un plan ordenado para el exterminio sistemático de un pueblo.
Por otro lado, como se ha mencionado, se niega la conexión del pueblo judío con la Tierra de Israel. Existe un completo desprecio por la conexión judía con la Tierra de Israel. La tierra de la que fuimos expulsados por la fuerza y que siempre ha mantenido una presencia judía. La Tierra que durante dos mil años hemos orado, llorado y soñado con “el próximo año en Jerusalén”.
Además, impulsan y agregan una narrativa absurda, que ha cobrado impulso entre partidarios y simpatizantes en los últimos tiempos: la narrativa del “Jesús palestino”.
Señoras y señores,
Si alguien tenía alguna duda, Jesús nació como judío, se crio como judío y murió como judío. Y es por eso que millones de judíos han sido asesinados a lo largo de la historia.
El Holocausto fue el acontecimiento cumbre en la historia de la persecución de los judíos. El Holocausto fue un fenómeno único en la historia de la humanidad. Un plan maestro para borrar a todo un pueblo de la faz de la tierra. Ninguna catástrofe en la historia, ningún genocidio, entonces y ahora, puede compararse con el Holocausto del pueblo judío.
Señoras y señores,
¡No se equivoquen! Aquellos que oscurecen la memoria del Holocausto o socavan su magnitud son los mismos que rechazan la conexión del pueblo judío con la Tierra de Israel y también los que niegan el derecho del pueblo judío a tener un Estado independiente.
Los mismos que no reconocen el derecho legítimo del Estado de Israel a existir. A veces ellos revelan sus verdaderos rostros cuando tuitean: “Desde el mar hasta el río. Palestina será libre”.
Damas y caballeros,
El 7 de octubre y la ola de antisemitismo que estalló en muchos lugares alrededor del mundo, es una llamada de atención para todos nosotros. Es una llamada de atención de que el antisemitismo no es un fenómeno marginal, es un fenómeno presente en nuestra vida cotidiana.
El 7 de octubre también requiere un examen en profundidad de los sistemas educativos en el mundo occidental. En las universidades más prestigiosas. Debemos preguntarnos hasta qué punto queremos que el dinero extranjero, procedente de países y regímenes no democráticos y autoritarios, en un mundo de valores diferente de nuestro mundo moral y los valores judeocristianos, dé forma que esto influya en nuestra percepción de la realidad. La de nuestros hijos, la de las generaciones futuras.
Las redes sociales también juegan un papel importante en el estallido de antisemitismo el 10/7. Debemos examinar si no tenemos la obligación de definir un código ético para las redes sociales que pueda ejercer el papel de la plaza del pueblo en la democracia griega clásica; y no como una plataforma para la incitación, la desinformación y la creación de una realidad alternativa, falsa y demoníaca.
Señoras y señores,
79 años después de la liberación de Auschwitz, hoy más que nunca; después de la masacre del 7 de octubre, está bastante claro que el Estado de Israel es la póliza de seguro para la existencia continua del pueblo judío. El Estado de Israel es la única solución para proteger al pueblo judío en Israel y en el resto del mundo.
Un país que sufrió el golpe más doloroso en sus 75 años de historia el 7 de octubre, pero, así como el pueblo judío supo levantarse de las ruinas del Holocausto y florecer y prosperar de nuevo, el Estado de Israel saldrá mucho más fuerte y próspero después de la masacre del 7/10.
Porque no tenemos otra opción. Porque “¡Nunca más es ahora!”.