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Documento revela alcance de la influencia soviética al comienzo de la revolución cubana
Un documento recientemente desclasificado por el Archivo Estatal de la Federación Rusa deja en evidencia que Fidel Castro, mucho antes de concretar su revolución, buscó implantar el comunismo en suelo cubano.
Un curioso documento obtenido por el Archivo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, con sede en Washington, deja entrever que mucho antes de que Fidel Castro le anunciara al mundo el “carácter socialista” de su revolución, ocurrida en 1959, el régimen cubano ya tenía en sus planes abrazar el comunismo.
Dicho documento, recientemente desclasificado por parte del Archivo Estatal de la Federación Rusa, da cuenta de una conversación en Moscú entre el ministro de Defensa de Cuba, Raúl Castro (hermano de Fidel y presidente de la isla hasta 2018), y el entonces primer ministro soviético, Nikita Khrushchev, el 18 de julio de 1960.
A partir de ese encuentro, los dos países sellaron una alianza que llevaría al mundo al borde de la guerra nuclear, solo dos años después, durante la llamada crisis de los misiles cubanos.
La transcripción de ese encuentro ofrece información clave para entender la preocupación de los líderes cubanos y soviéticos ante un eventual embargo económico estadounidense y cómo Fidel Castro hizo caso omiso de los consejos soviéticos para evitar provocar a Estados Unidos.
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Acceder a esta información permite entender “cómo se desarrolló la relación entre los líderes soviéticos y cubanos desde etapas muy tempranas”, sostuvo, en declaraciones recogidas por el periódico Miami Herald, Svetlana Savranskaya, analista principal del Archivo de Seguridad Nacional, entidad que obtuvo y tradujo el documento.
Gracias a esa traducción se sabe además que la crucial reunión tuvo lugar en medio de crecientes tensiones entre Castro y el presidente estadounidense del momento, Dwight D. Eisenhower.
Lo anterior, debido a que el nuevo gobierno revolucionario había nacionalizado las refinerías de petróleo de EE.UU. en la isla, así como la tierra propiedad de empresas estadounidenses. Ese fue el origen de las represalias tomadas por Eisenhower, que incluyeron el recorte de la cuota de azúcar de la isla el 6 de julio de 1960.
Tres días más tarde, el 9 de julio, Khrushchev hizo una advertencia velada de que incluso podría usar armas nucleares para defender a Castro, lo que se considera un preludio de la Crisis de los Misiles en Cuba que tuvo lugar justamente hace 60 años.
“En caso de necesidad, los artilleros soviéticos pueden apoyar al pueblo cubano con sus disparos de cohetes si las fuerzas agresivas del Pentágono se atreven a lanzar una intervención contra Cuba. Y que no olviden en el Pentágono que, como han demostrado las últimas pruebas, tenemos cohetes capaces de aterrizar directamente en un cuadrado precalculado a una distancia de 13.000 kilómetros”, sostuvo en aquel entonces el primer ministro soviético.
El documento desclasificado muestra, además, que Castro envió a Moscú a su hermano menor, Raúl, quien desde entonces ya era conocido como un comunista comprometido y con vínculos con la Unión Soviética, para averiguar el alcance de las declaraciones hechas por Khrushchev.
“Lo que me sorprendió es que esencialmente los cubanos, después de la declaración pública de apoyo a Cuba de Khrushchev, vienen a Moscú con la esperanza de obtener garantías de seguridad soviéticas explícitas, un paraguas nuclear, tal como se les dio a los demás países del campo socialista”, sostuvo Savranskaya al Miami Herald.
Para este analista, es claro que Khrushchev mostraba un profundo compromiso con la revolución cubana, pero trataba de guiar a los jóvenes revolucionarios en una dirección más moderada para no crear una crisis violenta”, dice.
Y agrega que esa posición de Cuba no tomarse en serio la amenaza estadounidense, propició que la URSS no hiciera “nada para proteger a Cuba y su decisión de suministrar los misiles en 1962″.