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Dolorosas declaraciones de Pepe Mujica, tras tratamiento de cáncer: “Estoy deshecho y perdiendo la vida”
“Porque la vida es una y se va. Hay que darle sentido a la vida. Hay que luchar por la felicidad humana. No solo por la riqueza”, dijo. Aseguró que creer en Dios es un consuelo ante la idea de la muerte.
El expresidente uruguayo José Mujica dijo que la radioterapia contra el cáncer de esófago que le fue diagnosticado en mayo fue considerada exitosa, pero él se siente “deshecho” y “perdiendo” la vida, según declaraciones al diario estadounidense The New York Times publicadas el viernes. “Me hicieron un tratamiento con radiología”, dijo Pepe Mujica, de 89 años, al ser consultado sobre su salud. “Según los médicos, anduvo bien, pero yo estoy deshecho”.
“La vida es hermosa. Con todas sus peripecias, amo la vida. Y la estoy perdiendo porque estoy en el tiempo de irme”, agregó luego. El expresidente, un exguerrillero que gobernó Uruguay de 2010 a 2015 y sigue siendo una influyente figura en la política nacional y en la izquierda latinoamericana, habló desde su modesta finca en las afueras de Montevideo, donde se recupera de las sesiones de radioterapia que recibió hasta mediados de junio.
En la entrevista, en la que el Times lo presenta como un “filósofo sin pelos en la lengua”, Mujica no escatimó sus críticas a la sociedad de consumo. “La humanidad necesita trabajar menos y tener más tiempo libre y ser más sobria. ¿Para qué tanta basura? ¿Por qué hay que cambiar el auto? ¿Cambiar de heladera?”, señaló.
“Porque la vida es una y se va. Hay que darle sentido a la vida. Hay que luchar por la felicidad humana. No solo por la riqueza”, reflexionó. También destacó su admiración por la naturaleza, y aunque afirmó no creer en Dios, dijo respetar mucho a quienes sí lo hacen. “Es como un consuelo ante la idea de la muerte”.
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Preguntado sobre cómo le gustaría ser recordado, fue enfático: “Como lo que soy: un viejo loco” que tiene “la magia de la palabra”. Mujica, quien se alzó en armas bajo gobiernos democráticos en los años 1960 y 1970 y estuvo 13 años preso, la mayor parte durante la dictadura cívico-militar (1973-1985) y en duras condiciones, convalece de su enfermedad junto a su esposa, Lucía Topolansky, una exguerrillera como él que llegó a ser vicepresidenta de Uruguay (2017-2020).
En una nota titulada “La historia de amor de dos rebeldes que llegaron a liderar Uruguay”, que el Times publicó junto con la entrevista, el expresidente se refirió a Topolansky. “El amor tiene edades. Cuando sos joven, es una hoguera. Cuando sos viejo, es una dulce costumbre”, dijo Mujica. “Si estoy vivo es porque está ella”.
Mujica también hizo algunas reflexiones sobre su particular modo de vivir. Por ejemplo, aseguró que no tiene celular. “Hace cuatro años lo tiré. Me tenía loco. Todo el día hablando pavada. Porque quiero hablar conmigo. Aprender a hablar con el que llevamos dentro. Que fue el que me salvó la vida. Y como estuve muchos años solo, me quedó. A veces ando con el tractor. Me paro a ver un pajarito cómo hace su nido. Porque él nació con el programa. Ya es arquitecto, nadie le enseñó. ¿Conocés los horneros? Son albañiles perfectos los tipos. Admiro la naturaleza. Casi tengo una especie de panteísmo. Hay que tener ojos para ver. Las hormigas son la cosa más comunista que puede haber. Son mucho más viejas y nos van a sobrevivir. Todos los seres colmenares son muy fuertes”, dijo.
Sobre el final de la vida dijo: “La contradicción de la vida es que es un programa biológico que está hecho para que luches por vivir. Pero desde el momento que arranca el programa estás condenado a morir”
*Con información de la AFP.