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Él es alias Fito, el sádico narcotraficante lleno de lujos que Ecuador capturó. Era el criminal más buscado del país
El líder de la banda de Los Choneros fue arrestado este miércoles; se adelantan trámites para su extradición a Estados Unidos.


José Adolfo Macías Villamar, conocido como Alias Fito, nació el 30 de septiembre de 1979 en Manta, provincia de Manabí, Ecuador. Desde joven se vinculó a la banda criminal Los Choneros, que surgió en Chone y más tarde se asentó en Guayaquil. Tras el asesinato de su predecesor, Jorge Luis Zambrano, alias Rasquiña, en 2020, Fito asumió el liderazgo total de la organización.
Con una condena de 34 años desde 2011 por cargos de narcotráfico, organización criminal y asesinato, Fito protagonizó una fuga en 2013 desde la prisión de máxima seguridad La Roca, al escapar en un bote por el río Daule. Su vida tras las rejas, sin embargo, distó mucho de la reclusión habitual.
Incluso estando preso, Fito transformó su celda en un espacio de lujo: tenía múltiples tomas eléctricas, acceso a internet, un baño decorado con cerámicas, pisos embaldosados y murales que lo retrataban como “el jefe de jefes”. Celebraba fiestas con música en vivo, licor, gallos de pelea y grababa videos rodeado de mariachis.

Además, obtuvo un título de abogado desde prisión y continuó liderando la banda mediante mensajes grabados y difundidos, donde aparecía respaldado por sicarios armados.
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Este nivel de control reveló la magnitud de su poder dentro del sistema penitenciario ecuatoriano y la corrupción que le permitía actuar con total impunidad desde la cárcel.
El 7 de enero de 2024, las autoridades descubrieron que Fito no estaba en su celda en la Penitenciaría Regional de Guayaquil. Su fuga provocó una ola de violencia sin precedentes: motines simultáneos en siete cárceles, atentados con coches bomba, secuestros de guardias penitenciarios y hasta la toma en vivo de un canal de televisión por parte de encapuchados armados.

El presidente Daniel Noboa declaró entonces un conflicto armado interno, desplegó al ejército y ofreció una recompensa de un millón de dólares por su captura. El país entró en una etapa crítica, con un repunte en homicidios, extorsiones y ataques terroristas, muchos atribuidos a su organización.
Fito transformó a Los Choneros en una de las organizaciones criminales más poderosas de Ecuador. Bajo su mando, tejieron alianzas con el cartel de Sinaloa, el Clan del Golfo y redes criminales de Europa del Este e Italia. Controlaban rutas marítimas y terrestres para el tráfico de drogas y armas, además de redes de extorsión, sicariato y lavado de dinero.
Se estima que solo desde las cárceles recaudaban cerca de 70.000 dólares semanales por cobros de extorsión. Su patrimonio, que incluía propiedades, cuentas bancarias, empresas fachada y vehículos de lujo, superaría los 40 millones de dólares.

El 25 de junio de 2025, tras 17 meses de fuga, Fito fue recapturado en el barrio La Tejedora, en su natal Manta. La operación, bautizada como “Gran Fénix 28”, fue ejecutada por el bloque de seguridad conformado por el Ejército y la Policía. Se escondía en un búnker subterráneo, al que se accedía mediante una baldosa falsa en el piso de una vivienda. El operativo se desarrolló sin disparos, gracias a tecnología especializada y equipos tácticos.
𝐀𝐋𝐈𝐀𝐒 𝐅𝐈𝐓𝐎 𝐅𝐔𝐄 𝐂𝐀𝐏𝐓𝐔𝐑𝐀𝐃𝐎
— Ejército Ecuatoriano (@EjercitoECU) June 26, 2025
Gracias al trabajo de Inteligencia Militar y del Bloque de Seguridad, una vez más cumple con su misión que le encargó el país.
En una operación militar, a través de labores de inteligencia, se logró la captura de alias "Fito", uno… pic.twitter.com/ZBbFy2M6x8
El gobierno ecuatoriano inició los trámites para su extradición a Estados Unidos, donde enfrenta cargos por tráfico internacional de drogas, armas y crimen organizado; se espera que esté detenido bajo condiciones de extrema seguridad hasta su envío a territorio norteamericano, donde podría pagar una pena de prisión de décadas.
Alias Fito fue responsable directo o indirecto de cientos de asesinatos, secuestros y atentados. Su liderazgo impuso un régimen de terror en múltiples ciudades, con fiscales, jueces y policías en la mira de sicarios. Solo en enero de 2024, en medio del caos tras su fuga, se registraron más de 50 homicidios en un solo día.