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El mensaje que envió el rey Carlos III a Harry y Meghan Markle
Los duques de Sussex han estado alejados de la familia real desde hace algunos años, cuando se mudaron a Estados Unidos.
La muerte de la reina Isabel II trajo consigo un sinnúmero de cambios en la monarquía británica. Comenzando con la ascensión de su primogénito como el nuevo rey de Reino Unido y la Mancomunidad de Naciones, y siguiendo con el cambio de títulos de la familia real, la letra del himno nacional, el rostro de la libra esterlina, entre otros.
Frente a esto, este viernes 9 de septiembre, el rey Carlos III dio su primer discurso público como monarca oficial, en el cual, además de recordar el gran amor que tenía su madre por la nación, inesperadamente envió un mensaje hacia el príncipe Harry y su esposa, Meghan Markle, quienes tuvieron inconvenientes casi irreconciliables con la Corona en el pasado.
Es de resaltar que Harry y Meghan decidieron hace algunos años trastear su lugar de residencia a Estados Unidos y dejar a un lado su participación en los asuntos de la familia real e incluso, en varias entrevistas la duquesa de Sussex ha manifestado su inconformismo hacia la Corona británica; sin embargo, parece que el ascenso del rey Carlos estaría trayendo otros aires a la relación de esta pareja con sus familiares.
“También quiero expresar mi amor por Harry y Meghan mientras siguen construyendo sus vidas en el extranjero”, fue el mensaje del rey Carlos III para su hijo y su nuera. Aunque simples, sus palabras fueron significativas, ya que pudo haber dejado a un lado el tema y no mencionarlos, pero en lugar de eso decidió desearles el bien y “expresar su amor” en sus proyectos fuera de Reino Unido.
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Solo hubo un intento de convertir Inglaterra en república. Duró escasos once años y sucedió en la mitad del siglo XVII. En 1660 la corona recobró su lugar en la sociedad isleña y nunca más pudo nadie destronarla.
Por eso no debe sorprender la serenidad con la que los británicos han acogido a Carlos III, proclamado rey de manera oficial este sábado.
Por primera vez televisaron una parte de la ceremonia, que tuvo lugar en una sala tapizada de granate en el Palacio de San James, en una reunión del Consejo de Adhesión, al que asistieron consejeros de la monarquía, el alcalde de la capital británica, Boris Johnson, Toni Blair, entre otras personalidades políticas.
Primero declararon muerta a la reina, a continuación pronunciaron el nombre de Carlos III. Después, Penny Mordaunt, líder de la Cámara de los Comunes y vocera de esa institución, que a nosotros puede sonarnos decimonónica y extraña, leyó la llamada Proclamación Principal que anunciaba al que ha sido el Príncipe de Gales más longevo, como nuevo monarca. Y dio paso a las palabras de Su Majestad.
Como todo se desarrolla bajo un estricto protocolo, este sábado del cielo londinense cargado de nubes, volvieron a subir las banderas en sus astas, un gesto que durará 26 horas y tiene como fin recibir con honores al rey y a la reina consorte.
El firme respeto a las tradiciones, la seriedad con que la sociedad británica acoge todas las normas que fuera de las islas algunos encontrarán trasnochadas, es una de las razones de la majestad y poderío que transmite la institución monárquica.
Ninguna otra corona europea vive sus acontecimientos vitales con tanta ceremonia. En Gran Bretaña presumen de apego a las tradiciones.
Cabe anotar que en todas las encuestas que realizan a lo largo de los años, la monarquía, obtiene un 70 % de apoyo popular. Para los británicos, su sistema de monarquía parlamentaria ha rendido buenos frutos y no hay por qué cambiarla.
Mientras en Londres el rey nuevo inicia su andadura, siguen los homenajes a Isabel II.
Un río humano caminaba por Hyde Park hacia la entrada principal de Buckingham Palace para depositar flores y ante la imposibilidad de que todos lleguen a la verja, habilitaron un espacio en Green Park, situado justo enfrente para albergar los ramos. En muchos habían adjuntado notas en las que expresaban su admiración por Isabel II.
El cadáver de la reina fallecida dejará el castillo de Balmoral, que tanto apreciaba en vida y que fue su lugar de descanso, para reposar en el Palacio de Holyroodhouse.
Y a partir del domingo, los escoceses, que rechazaron en un referendo separarse de la Gran Bretaña por estrecho margen, podrán desfilar ante el féretro de quien fue su soberana, en la catedral de San Giles de Edimburgo.
Isabel II deja a sus herederos una fortuna incalculable. Residencias fabulosas, más de cien mil hectáreas de tierras de cultivos arrendadas, otras once mil en bosques, joyas, cuadros, y millones de cuantía desconocida, puesto que la corona, por ley, no tiene que transmitir a sus súbditos detalles de su patrimonio.
También están exentos de impuestos, pero en 1993, a raíz de los escándalos que acosaban a su familia por algunos de sus miembros y que produjeron un terremoto de baja intensidad que estaba agrietando su inquebrantable popularidad, la entonces soberana decidió declarar a Hacienda lo que posee de manera voluntaria.
“Mi madre fue ejemplo e inspiración”: rey Carlos III
En el discurso, el monarca, quien lució vestido de luto y acompañado de una fotografía de su fallecida madre, elogió el rol que desempeñó Isabel II en la historia del Reino Unido, calificándola como un ‘ejemplo e inspiración’.
“Fue inspiración para mí y toda mi familia, y le debemos los mayores honores”, advirtió el nuevo monarca, quien además señaló que por ello será recordada en la historia y es llorada hoy ‘profundamente’.
“Ella siempre estuvo al servicio del pueblo”, sentenció Carlos III, recordando que el compromiso de la monarca nunca cambió y se mantuvo al frente de su deber tanto en los momentos más felices, como en los momentos de cambio en los que se requirió firmeza.
“La reina Isabel tuvo una vida bien vivida”, advirtió el rey, apuntando que su compromiso de servicio a toda la mancomunidad marcó toda su vida, refiriendo que también realizó grandes sacrificios para responder a su obligación, la cual cumplía con ‘devoción’.
“Yo le rindo homenaje a la memoria de mi madre, y honro su vida de servicio”, advirtió el nuevo monarca, añadiendo que comparte una ‘enorme sensación de pérdida’ con todos los habitantes del Reino Unido.
El rey Carlos recordó los cambios sociales que tuvo que vivir su madre desde la llegada al trono, advirtiendo que incluso evidenció los cambios en las instituciones del Estado, y exaltando que aun así, en medio de la ola de cambios, la reina lideró un Estado que se mantuvo firme en los valores, pese a las dificultades.