Venezuela
El Nobel de Paz para María Corina Machado termina de acorralar a Nicolás Maduro. El mensaje de ella a Donald Trump será definitivo. Estos son los detalles
El premio a María Corina Machado es un reconocimiento muy merecido por su titánica labor para lograr el regreso de la democracia en Venezuela y representa una bofetada para Nicolás Maduro. ¿Motivará un cambio?
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De todos los golpes que ha recibido la dictadura de Nicolás Maduro, el Premio Nobel de Paz para María Corina Machado podría ser el más duro, simbólico, emotivo y trascendental. No hacía falta mencionar al dictador en el efusivo texto con el que el Comité Noruego otorgó el galardón más importante del mundo a la líder venezolana para que el mensaje llegara como un estruendo a Miraflores.
“La democracia es un prerrequisito para una paz duradera. Sin embargo, vivimos en un mundo donde la democracia está en retroceso, donde cada vez más regímenes autoritarios desafían las normas y recurren a la violencia. María Corina Machado ha dedicado años a trabajar por la libertad del pueblo venezolano. El férreo control del poder por parte del régimen venezolano y su represión de la población no son únicos en el mundo”, señaló el Comité Noruego en el comunicado que anunció la noticia.
Nunca mencionó el nombre de Nicolás Maduro, pero sí afirmó que Venezuela es “un Estado autoritario y brutal, que hoy sufre una crisis humanitaria y económica”.
No solo es un merecido y enorme reconocimiento a Machado, sino también una bofetada a un Maduro acorralado por Donald Trump y despreciado por la comunidad internacional del mundo democrático. Es, además, un recordatorio glamuroso de que sigue en el poder tras haber usurpado las elecciones de julio de 2024 y perseguido hasta el cansancio a los verdaderos triunfadores: el presidente electo Edmundo González y su fórmula, la hoy Nobel de Paz, María Corina Machado.
El Comité del Nobel recordó que Machado, antes de las elecciones de 2024, era la candidata presidencial de la oposición, pero el régimen bloqueó su candidatura, lo que la llevó a apoyar a González. Juntos lideraron un proceso electoral en medio del acoso y la barbarie del régimen.
Como se sabe, tras la victoria de González y Machado en las urnas, el Gobierno de Maduro medió para “facilitar” el traslado del mandatario electo a Madrid, en medio de cuestionadas negociaciones con el régimen de Pedro Sánchez, dirigidas por el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero. Sin embargo, María Corina decidió quedarse en Venezuela, y lleva meses en la clandestinidad, tras las amenazas del régimen, que ni siquiera ha dejado en paz a su madre, una mujer mayor sometida a constante asedio.

El Comité del Nobel aseguró que María Corina es “uno de los ejemplos más extraordinarios de coraje civil en América Latina en los últimos tiempos” y destacó su tesón para no abandonar su tierra natal, pese a tener todo en contra.
“La señora Machado se ha visto obligada a vivir escondida. A pesar de las graves amenazas contra su vida, ha permanecido en el país, una decisión que ha inspirado a millones de personas”, reseñó el Comité.
“Cuando los autoritarios toman el poder, es crucial reconocer a los defensores valientes de la libertad que se alzan y resisten. La democracia depende de las personas que se niegan a guardar silencio, que se atreven a actuar a pesar del grave riesgo y que nos recuerdan que la libertad nunca debe darse por sentada, sino que debe ser defendida siempre –con palabras, con coraje y con determinación”.
De todos los Premios Nobel, el de la Paz siempre ha tenido un significado mundial especial y es quizás el más esperado de los reconocimientos creados por el sueco Alfred Nobel y entregados desde 1901.
Pero pocas veces este galardón logra enviar un mensaje tan poderoso y empujar una transición en un país como lo hará este premio a María Corina Machado.
En la historia de los premios ha habido algunos notoriamente inspiradores, como el de Malala Yousafzai, quien lo recibió a los 17 años en 2014, “por su lucha contra la opresión de los niños y jóvenes y por el derecho de todos los niños a la educación”, después de haber sobrevivido a un atentado por defender ese derecho. En los últimos años, sin embargo, el galardón había recaído con frecuencia en organizaciones internacionales que, aunque fundamentales, no despertaban la misma emoción.
Han ganado el Nobel, por ejemplo, la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas, la Unión Europea (2012), la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares, el Programa Mundial de Alimentos, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, Naciones Unidas y Médicos sin Fronteras, entre otros.

María Corina Machado está hoy al lado de los grandes del planeta, como Jimmy Carter, la madre Teresa, Desmond Tutu, Lech Walesa o Nelson Mandela. Pero su galardón ha sido comparado por algunos expertos con el de dos mujeres que también inspiraron al mundo y pusieron los ojos sobre sus regiones: Rigoberta Menchú, en 1992, y Aung San Suu Kyi, en 1991.
La guatemalteca fue premiada “por su lucha por la justicia social y la reconciliación etnocultural basada en el respeto a los derechos de los pueblos indígenas”. El Nobel recordó cómo ella misma había sido víctima de la violencia extrema en su país: varios miembros de su familia fueron asesinados por el ejército y ella tuvo que huir a México. En aquel momento, Guatemala vivía una fuerte confrontación interna, y Menchú era una poderosa voz contra los excesos cometidos por el Gobierno.
El caso de Aung San Suu Kyi también fue muy emblemático, aunque no tuvo un final feliz. La galardonada era “la hija del legendario líder del movimiento de liberación de Birmania, Aung San. Después de estudiar en el extranjero, regresó a su país en 1988 y desde entonces lideró la oposición a la junta militar que gobernaba desde 1962. Inspirada por Mahatma Gandhi, se opuso al uso de la violencia y pidió a los líderes militares entregar el poder a un Gobierno civil”.
Aung San Suu Kyi ganó las elecciones en 1990, pero la junta la arrestó. Permaneció detenida hasta el 13 de noviembre de 2010. El Nobel mantuvo la atención internacional sobre Birmania durante décadas y dio un impulso enorme a su causa. Sin embargo, el primero de febrero de 2021 la junta volvió a tomar el poder y la encarceló nuevamente. Su figura hoy divide opiniones, y a sus 80 años sigue presa.
Recientemente, otro Premio Nobel también generó un espaldarazo a una transición: el que vivió Colombia tras los diálogos de paz con las Farc. El galardón lo recibió el presidente Juan Manuel Santos, apenas una semana después del mayor golpe que sufrió el proceso, cuando el “No” se impuso en el plebiscito convocado por su Gobierno. En entrevista con Caracol Radio, Santos reconoció que recibir el Nobel “fue un empujón muy importante en un momento muy difícil”.
En esta ocasión, el premio causó un enorme revuelo, en parte por la expectativa de que lo recibiera Donald Trump, quien esa misma semana anunció un histórico acuerdo entre Hamás e Israel, tras dos años de la masacre del 7 de octubre y de una guerra que ha dejado cerca de 70.000 muertos.
Este inmenso reconocimiento a la lucha de todos los venezolanos es un impulso para concluir nuestra tarea: conquistar la Libertad.
— María Corina Machado (@MariaCorinaYA) October 10, 2025
Estamos en el umbral de la victoria y hoy más que nunca contamos con el Presidente Trump, el pueblo de los Estados Unidos, los pueblos de América…
Vladímir Putin y Benjamin Netanyahu salieron, cada uno por su lado, a cuestionar el galardón. Putin afirmó: “No soy yo quien decide si el actual presidente de Estados Unidos merece o no un Premio Nobel, pero él realmente hace mucho por la solución de crisis complejas... En mi opinión, estas decisiones han dañado enormemente el prestigio del premio”.

Por su parte, Netanyahu agregó: “El Comité del Nobel habla de paz. El presidente Trump la hace realidad. Los hechos hablan por sí solos. El presidente Trump se lo merece”. Un funcionario de la Casa Blanca escribió que “el Comité del Nobel demostró que prioriza la política por encima de la paz”.
María Corina Machado zanjó esa polémica con el mensaje de agradecimiento que siempre ha expresado por lo que el presidente de Estados Unidos ha hecho por Venezuela. En un trino en inglés escribió: “Dedico este premio al pueblo sufriente de Venezuela y al presidente Trump por su apoyo decisivo a nuestra causa”.
El magnate compartió la publicación y todo pareció quedar en el pasado. Pero luego vino un momento mucho más trascendente. El presidente Trump contó que había hablado con María Corina Machado:
“La persona que ganó me llamó. Me dijo que lo está aceptando en mi honor, porque lo merezco. Fue una cosa muy linda de decir. Ella es muy buena. La he estado ayudando. Ellos necesitan mucha ayuda en Venezuela”, aseguró. El Nobel había ya para entonces logrado otro logro inconmensurable: el magnate no solo no estaba bravo, sino que estaba agradecido. Su compromiso con Venezuela es aún mayor que antes.
🇺🇸🇻🇪‼️ | ÚLTIMA HORA — El Presidente Donald Trump reveló que María Corina Machado lo llamó para dedicarle su Premio Nobel de la Paz, afirmando que “me dijo que lo aceptaba en mi honor, porque realmente lo merecía”.
— UHN Plus (@UHN_Plus) October 10, 2025
Trump destacó su apoyo a la líder venezolana y aseguró que ha… pic.twitter.com/4dVRYpOg95
Mientras tanto, el presidente Gustavo Petro volvió a tener una salida en falso. Para evitar felicitar a María Corina Machado –quizás buscando no ofender a Maduro–, decidió hacerlo en el mismo trino con Wangari Muta Maathai, la primera mujer africana en ganar el reconocimiento, en 2004, y quien falleció en 2011. El comentario generó risas, memes y hasta activó el detector de información falsa de X, pero dejó claro que ni siquiera con la medalla de Alfred Nobel, el presidente colombiano se pondría del lado de esa causa.