PAZ

El Nobel más atípico y conmovedor: Salud Hernández-Mora narra la odisea de María Corina Machado para llegar a Oslo

María Corina Machado cumplió su palabra y llegó a Noruega. Salud Hernández-Mora, desde Oslo, narra la admirable gesta de la premio nobel y su indomable carácter ante la crueldad del tiránico chavismo, que no pudo someterla.

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13 de diciembre de 2025, 6:23 a. m.
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María Corina Machado cumplió su palabra y llegó a Oslo. En la foto al lado de Jørgen Watne Frydnes, del Comité del Nobel. | Foto: AP / AFP

No pudo recoger el premio personalmente, pero tanto su ausencia en la ceremonia como su abrupta llegada a Oslo dejaron aún más en evidencia al régimen despótico de Nicolás Maduro. Y demostraron el acierto en reconocer con el Nobel de la Paz a la persistente y sacrificada cruzada por la democracia de María Corina Machado.

Su aparición en el balcón del Grand Hotel, a las 3:20 de la madrugada, para saludar a los cientos de venezolanos que la aguardaban en la calle retando al frío, zanjó los días de secretismo, conjeturas e incertidumbre acerca de su paradero. Y su aterrizaje a medianoche tras una arriesgada odisea por tierra, mar y aire, desde su escondite caraqueño, con peluca y un disfraz –“sentí que había un riesgo real para mi vida”– hasta la capital noruega, fue otra prueba de su indomable carácter ante la crueldad del tiránico chavismo, que nunca pudo someterla.

Una vez resuelto el misterio, todos sus pasos, gestos y palabras, sumados a la presencia de cuatro jefes de Estado latinoamericanos para acompañarla y el demoledor discurso del presidente del Comité Noruego del Nobel, pronunciado en la solemne ceremonia de entrega del galardón para explicar la decisión de escogerla, cimentaron aún más su indiscutible liderazgo.

María Corina Machado, Nobel de Paz | Foto: AP

En cuanto tuvo la primera ocasión, María Corina despejó otra de las incógnitas que flotaban en el ambiente. “Mi deber era venir a recoger este premio para llevarlo de vuelta a los venezolanos, y pronto estaré de vuelta en Venezuela, y sé que muy pronto ustedes también”, aseveró en la rueda de prensa celebrada el jueves en el Grand Hotel, donde siempre se hospedan los nobeles, y que esta semana se convirtió en el centro de la diáspora venezolana y de la rumorología. “Vamos a demostrarle al mundo que no solo merecemos este premio, sino que esta generación entera pasará a la historia de la humanidad”, agregó.

Reconoció la ayuda de Estados Unidos en su peligrosa y tortuosa travesía y, aunque aseguró que “las acciones Trump han sido decisivas” para su país, no quiso ahondar sobre la ruta que Washington seguirá en las próximas semanas. “No voy a especular las estrategias o acciones que tienen Gobiernos extranjeros en su política de defensa nacional. Desconozco si el presidente de Estados Unidos tiene o no tiene un deadline (fecha límite). Nosotros vamos hasta el final”, manifestó.

María Corina Machado salió en la madrugada al balcón. “Pronto volveré a Venezuela”, dijo.
María Corina Machado salió en la madrugada al balcón. “Pronto volveré a Venezuela”, dijo. | Foto: AP

El día anterior, en una amplia y desangelada sala del Ayuntamiento capitalino, Jørgen Watne Frydnes, como cabeza del Comité Noruego del Nobel, ante los reyes de su país, los mandatarios de Argentina, Panamá, Ecuador y Paraguay, el presidente electo Edmundo González y los colombianos Iván Duque y Marta Lucía Ramírez, entre otras personalidades, declaró sin ambages que “Venezuela se ha convertido en un Estado brutal y autoritario sumido en una profunda crisis humanitaria y económica. Mientras tanto, una pequeña élite en la cúspide, protegida por el poder, las armas y la impunidad, se enriquece”.

Recordó, en un discurso que fue una oda a la resistencia, a la lucha contra las tiranías, que “María Corina Machado dio un paso al frente para defender elecciones libres y justas hace ya más de dos décadas”, y que “recibe el Premio Nobel de la Paz de 2025 por su incansable labor en la promoción de los derechos democráticos del pueblo de Venezuela y por su lucha para lograr una transición pacífica y justa de la dictadura a la democracia (…). Como líder del movimiento democrático de Venezuela, María Corina Machado es uno de los ejemplos más extraordinarios de valentía civil en la historia reciente de América Latina”.

Hizo especial hincapié en la importancia de la recolección de las actas electorales del 28 de julio de 2024, que no dejaron resquicio de duda acerca del triunfo opositor. Maduro “falsificó los resultados y se aferró al poder recurriendo a la violencia”, dijo.

Centenares de personas se agolparon en la marcha de las antorchas por Venezuela.
Centenares de personas se agolparon en la marcha de las antorchas por Venezuela. | Foto: AFP

Para rebatir a los críticos del galardón, adujo que “la señora Machado ha solicitado atención, apoyo y presión internacionales, no una invasión de Venezuela. Ha exhortado a la población a defender sus derechos por medios pacíficos y democráticos (…). Han encendido una llama que ninguna tortura, ninguna mentira y ningún miedo podrán apagar”.

Entre quienes rechazaron la designación de Machado, figura el Consejo de la Paz noruego, independiente del Premio, que agrupa 17 organizaciones y a unos 15.000 activistas de la nación nórdica, encargados de organizar la tradicional procesión con antorchas por el centro de Oslo, el día de la entrega del Nobel. Sus integrantes anunciaron que “no sienten que la ganadora de este año esté en conformidad con los valores fundamentales” que defienden.

Como ellos no quisieron hacerla, la Alcaldía permitió que tomara el relevo un grupo de venezolanos y, tras una pancarta que rezaba “Venezuela Libre” y en silencio, con una emotividad contagiosa, realizaron el acostumbrado recorrido cientos de personas, iluminando la noche con sus antorchas, desde el Centro Nobel de la Paz a la plaza del corazón de Oslo, donde está enclavado el Grand Hotel.

Jørgen Watne Frydnes, del Comité del Nobel, le pidió a Maduro aceptar los resultados y renunciar al cargo.
Jørgen Watne Frydnes, del Comité del Nobel, le pidió a Maduro aceptar los resultados y renunciar al cargo. | Foto: AFP

Jørgen Watne Frydnes concluyó su disertación en la sala, presidida por una fotografía de Machado, con unas frases dirigidas a Maduro: “Debe aceptar los resultados electorales y renunciar a su cargo (…) porque esa es la voluntad del pueblo venezolano”.

A continuación, entregó a Ana Corina Sosa el diploma y la medalla de oro con la cara de Alfred Nobel y la frase en latín Pro pace et fraternitate gentium (Por la paz y la fraternidad entre los pueblos), momento en que todos los asistentes, encabezados por los reyes, aplaudieron en pie durante un minuto.

Fue el turno para que la primogénita de Machado leyera el discurso de su mamá, de aceptación del Premio. “El régimen se propuso dividirnos: por nuestras ideas, por raza, por origen, por la forma de vida. Quisieron que los venezolanos desconfiáramos unos de otros, que nos calláramos, que nos viéramos como enemigos. Nos asfixiaron, nos encarcelaron, nos mataron, nos empujaron al exilio”, manifestó en la conmovedora ceremonia.

Repasó la deriva chavista que arruinó un país próspero y libre, recordó el fracaso de los sucesivos intentos de diálogo, las manifestaciones pacíficas que la dictadura aplastaba siempre con violencia y cómo “la esperanza se derrumbó, y con ella se fue apagando la fe en que algo pudiera cambiar”.

Hasta rememorar lo que hicieron más de un millón de voluntarios, obligados a actuar en secreto, para constatar ante el mundo su incuestionable victoria en las urnas.

Las imágenes de los abrazos de Machado fueron conmovedoras.
Las imágenes de los abrazos de Machado fueron conmovedoras. | Foto: AP

“Durante estos 16 meses en la clandestinidad, hemos construido nuevas redes de presión cívica y de desobediencia disciplinada, preparándonos para una transición ordenada hacia la democracia. Así llegamos hasta el día de hoy, en el que resuena el clamor de millones de venezolanos que ya sienten cercana su libertad”, afirmó Ana Corina en nombre de su madre.“

María Corina nunca decepciona, ha sido coherente toda su vida. No hay nadie que tenga la capacidad de unir todos los grupos como ella, no solo a la oposición, sino a la población. Los demás, incluido Edmundo González, siguen su liderazgo”, comentaba Catalina, una migrante venezolana de las tantas que hicieron el esfuerzo de viajar a Oslo para celebrar el Nobel, recogiendo el sentir de compatriotas suyos. Al igual que otros entrevistados, prefirió no dar su apellido por temor a represalias.

Salud Hernández-Mora, desde Oslo, narra la admirable gesta de la premio nobel. | Foto: JUAN CARLOS SIERRA-SEMANA

Todos tienen ahora los ojos puestos en María Corina, que salía de Venezuela por primera vez en 14 años por la prohibición que le impuso la dictadura. Pudo encontrarse con su esposo, su mamá, sus tres hijos y sus hermanas y sobrinos, tras meses o años de permanecer separados. La nobel de paz decidirá con su equipo el camino a seguir en los próximos días, puesto que su objetivo, repiten en todo momento, no es otro que liberar a Venezuela de la tiranía.