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Escala la guerra en el medio oriente: la semana difícil y dolorosa que vivió el mundo por el conflicto en Gaza

La escalada de la guerra en Oriente Medio preocupa al mundo. Las muertes en Washington causan miedo por más actos de antisemitismo, mientras Europa se aleja del Gobierno de Netanyahu.

24 de mayo de 2025, 4:37 a. m.
La guerra de Israel parece tomar un rumbo más escalado debido a los recientes eventos que han sumado a las tensiones. | Foto: Anadolu via Getty Images

La semana que termina ha sido una de las más difíciles en los dos años de la guerra que se vive en el Medio Oriente tras el ataque terrorista de Hamás a Israel el 7 de octubre de 2023. La escalada de violencia preocupa al mundo, y las posibilidades de un fin negociado del conflicto se ven cada vez más lejanas. A lo que ya era una situación muy crítica se sumaron dos hechos que cambian este ajedrez.

El primero es la creciente confrontación del Gobierno de Benjamin Netanyahu con algunos líderes de Europa que no están de acuerdo con la convicción de Israel de sacar a Hamás de Gaza a toda costa. “Vamos a tomar el control de todos los territorios de la Franja de Gaza. Eso es lo que vamos a hacer”, expresó Netanyahu al inicio de la semana.

El lunes, aviones de guerra, helicópteros y drones atacaron la ciudad de Khan Yunis, al sur de Gaza. De acuerdo con un reportaje de Ynet, la operación fue dirigida a un oficial militar de Palestina. Él y su familia murieron. Los heridos fueron trasladados al complejo médico Al Shifa, que también fue atacado, destruyendo uno de sus edificios y acabando con la reserva de medicamentos.

Al día siguiente, las autoridades sanitarias de la Franja aseguraron que un ataque de Israel provocó la muerte de 85 personas. La Autoridad Palestina informó también que 29 niños y ancianos habían muerto de inanición.

Un grupo de diplomáticos atravesó un momento de preocupación luego de que agentes de las FDI dispararan en su contra en Jenin, Cisjordania el 21 de mayo. | Foto: AFP

El Reino Unido, Canadá y Francia levantaron desde ahí una bandera roja. El Gobierno de Starmer congeló el TLC con Israel como medida punitiva. Los tres Gobiernos reconocieron el derecho de Israel a defenderse, pero expresaron que adoptarían medidas si “Israel no pone fin a la nueva ofensiva militar ni levanta sus restricciones a la ayuda humanitaria”.

El miércoles sucedió otro episodio que profundizó este distanciamiento. En medio de una visita de diplomáticos europeos a Jenin, Cisjordania, las tropas de Israel dispararon en su contra. En los videos se observa cómo los embajadores y diplomáticos, mientras ofrecían entrevistas, corrieron por las calles al oír los disparos. La delegación estaba compuesta por representantes de China, Reino Unido, Rusia, Canadá, Egipto e Italia, entre otros.

Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) emitieron un comunicado en el que lamentaron lo sucedido, pero aseguraron que, tras una investigación inicial, se estableció que “la delegación se desvió de la ruta aprobada y entró en una zona donde no estaba autorizada. Soldados de las FDI que operaban en la zona realizaron disparos de advertencia para distanciarlos”. Ese día se reportaron más de un centenar de muertos tras la ofensiva israelí.

Pero esa misma noche la guerra traspasó una frontera y llegó a territorio estadounidense. En un hecho calificado por la comunidad internacional como “antisemita” y “bárbaro”, dos empleados de la Embajada de Israel en Estados Unidos fueron asesinados a la salida del Museo Judío en Washington. “¡Libertad, libertad para Palestina!”, gritó el asesino, Elías Rodríguez, de 30 años, mientras era detenido por los oficiales en medio de la consternación de los testigos del fatal momento. Yaron Lischinsky y Sarah Lynn Milgrim perdieron la vida en medio del Comité Judío Americano que se realizaba en este lugar.

La pareja asesinada a tiros esta noche estaba a punto de comprometerse. El joven compró un anillo esta semana con la intención de proponerle matrimonio la próxima semana en Jerusalén”, declaró el embajador de Israel en Estados Unidos, Yechiel Leiter.

 ”Estoy dispuesto a poner fin a la guerra, pero con condiciones claras que garanticen la seguridad de Israel. Que todos los rehenes regresen a casa, que Hamás entregue sus armas y abandone el poder”, dijo el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
”Estoy dispuesto a poner fin a la guerra, pero con condiciones claras que garanticen la seguridad de Israel. Que todos los rehenes regresen a casa, que Hamás entregue sus armas y abandone el poder”, dijo el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. | Foto: dpa/picture alliance via Getty Images

“Estoy conmocionado por lo que ha ocurrido en Washington (...). Estados Unidos e Israel seguirán unidos para defender nuestros pueblos y nuestros valores en común. El terrorismo y el odio no nos quebrarán”, dijo el presidente israelí, Isaac Herzog.

La crueldad del atentado y el peligro que sienten millones de judíos en el mundo al ver el regreso del antisemitismo provocaron una reacción de Benjamin Netanyahu contra la presión de Europa. Aseguró que Emmanuel Macron, Keir Starmer y Mark Carney están animando a Hamás a luchar eternamente. “Quieren que Israel se rinda y acepte que el ejército de asesinos en masa de Hamás sobreviva, se reorganice y repita la masacre del 7 de octubre una y otra vez”, dijo en un video en sus redes sociales.

“Hay una línea directa entre este asesinato y la incitación antisemita y antisraelí. Esa incitación al odio también es obra de líderes y responsables de muchos países y organizaciones internacionales, en especial de Europa”, dijo Gideon Saar, jefe de la diplomacia de Israel. Francia acusó a Israel de hacer declaraciones “injustificadas”, pues “ha condenado, condena y seguirá condenando siempre y sin ambigüedad cualquier acto antisemita”.

Que la barbarie haya llegado a Estados Unidos puso a este Gobierno, el mayor aliado de Israel, en máxima alerta. “Estos horribles asesinatos en Washington D. C., obviamente basados ​​en el antisemitismo, deben terminar ¡AHORA! El odio y el radicalismo no tienen cabida en Estados Unidos. Condolencias a las familias de las víctimas. ¡Qué triste que cosas así puedan suceder! ¡Que Dios los bendiga a todos!”, escribió en sus redes sociales el presidente Donald Trump. El secretario de Estado, Marco Rubio, prometió que llevará la investigación sobre lo sucedido hasta el final.

La ventana que había abierto días antes Netanyahu acerca de una posible negociación parece cerrada. “Si existe la opción de un alto al fuego temporal para liberar a los rehenes, estaremos listos”, siempre y cuando “todos los rehenes regresen a casa, que Hamás entregue sus armas y abandone el poder”.

Fotos de la semana 23 mayo
Palestinos desplazados huyen de Khan Younis, Gaza, en medio de la ofensiva militar israelí en curso en la zona, el lunes 19 de mayo de 2025. | Foto: AP

Tras el asesinato de los dos jóvenes judíos, Israel devolvió a una delegación que estaba en Doha, Catar, para establecer negociaciones con su enemigo. Según una fuente israelí consultada por Ynet, “Hamás no respondió en absoluto a la oferta estadounidense que Israel aceptó y se mantiene firme en su rechazo. Si hay un cambio y Hamás acepta la propuesta, la delegación partirá inmediatamente hacia donde sea necesario”.

En medio de esa tensión, otro elemento emergía como una amenaza. Abás Araqchi, el canciller de Irán, envió una carta al secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, en la que advertía que, “en caso de un ataque contra las instalaciones nucleares de la República Islámica de Irán por parte del régimen sionista, el Gobierno estadounidense (...) asumirá una responsabilidad legal”.

“Si el delirante régimen sionista comete un acto imprudente y lanza un ataque, recibirá una respuesta devastadora y decisiva en su pequeña geografía vulnerable”, agregó.

La situación de esta semana deja en ascuas al planeta. Hasta la fecha, hay más de 53.000 muertos, entre ellos al menos 16.000 niños. La Franja, de 365 kilómetros cuadrados y con 6.300 habitantes, está destruida. También hay ciudadanos israelíes que permanecen secuestrados en los tenebrosos túneles de Hamás. La guerra está lejos de acabarse.