Mundo
Estas serían las consecuencias de un invierno nuclear: científicos afirman que “deberíamos estar preparados”
Un estudio realizado por la Universidad Estatal de Pensilvania revelaría las consecuencias de un invierno nuclear.

Las guerras ya no se pelean como antes; el mundo ha evolucionado, e irónicamente, cada vez el peligro de una guerra nuclear está más cerca.
Muchos han hablado de las consecuencias que conllevaría una catástrofe de este tipo, pero un nuevo estudio publicado en la revista Environmental Research Letters, propone un escenario más catastrófico de lo que se había imaginado.
En el estudio, los científicos de la Universidad Estatal de Pensilvania revelaron las consecuencias de una guerra nuclear: una hambruna insondable, muertes masivas y un impacto particular en un cultivo importante después de que explotaran las bombas.

Y es que durante el periodo posterior al lanzamiento de las bombas, el humo y el hollín de las tormentas de fuego bloquearían la luz del sol, provocando un enfriamiento global que devastaría la agricultura mundial, según un comunicado de la Universidad de Penn State.
Lo más leído
Esto podría durar más de una década, provocando una hambruna generalizada entre los sobrevivientes. Además, el estudio advierte que “la destrucción se extendería mucho más allá de las zonas de explosión” debido al invierno nuclear.
“Las guerras nucleares causarían una pérdida insondable de vidas y recursos genéticos, pero también un invierno nuclear prolongado que reduciría la superficie agrícola y la productividad durante años”, sentenció el equipo de investigación.

El equipo llevó a cabo un experimento simulando la producción de un cultivo de maíz en 38.572 ubicaciones, donde les pusieron inyecciones de hollín de entre 5 y 165 millones de toneladas para determinar la magnitud exacta de la devastación en dado caso, de acuerdo con Yuning Shi, científico vegetal y meteorólogo de la universidad.
El equipo concluyó que, en caso de que se diera una guerra nuclear a gran escala, enviaría una aterradora cantidad de hollín a la atmosfera, lo que provocaría una caída del 80% en el rendimiento del maíz por año.
Se agregó que, incluso, una guerra nuclear regional provocaría una caída del 7% en la producción mundial de maíz.
Además de lanzar hollín al aire, la guerra nuclear también provocaría un aumento en la radiación UV-B, un tipo de radiación ultravioleta que, entre otros efectos, puede mitigar la fotosíntesis en las plantas, al desactivar la capacidad del ozono de proteger la cantidad de radiación que la Tierra recibe del sol.

“Esto dañaría el tejido vegetal y limitaría aún más la producción mundial de alimentos”, de acuerdo con Yuning Shi. “A medida que el clima se recupera, la alta radiación UV-B podría dañar aún más los cultivos, con efectos que se manifestarían años después del conflicto nuclear”, escribió el equipo.
Según el estudio, la radiación alcanzaría su punto máximo al rededor de siete años después de la explosión de las bombas, provocando crisis de hambre en proporciones globales.