Este es el “desagradable” apodo que más desquicia a Trump: explotó en la Casa Blanca al escucharlo, ¿cuál es?

El presidente Donald Trump es una de las personas más controversiales del mundo. Sus decisiones y movimientos están bajo la lupa de millones de personas y, pese a que sobre él hay una gran cantidad de apodos, recientemente uno tomó fuerza. Y parece que no le gusta para nada.

“Trump always chickens out” o Taco (en español, Trump siempre se acobarda). La connotación de la frase ya le molesta al presidente, y se le suma que el acrónimo de cuatro palabras también hace referencia a la famosa comida mexicana, lo que terminó de enfurecer al hombre más importante del mundo. Aun así, esta frase se ha vuelto tendencia en redes sociales cuando se habla de la guerra comercial que desató Trump semanas atrás.

Este surge por las decisiones del presidente de imponer o anunciar altísimas tarifas arancelarias a las importaciones que ingresan a su país, que desestabilizan el mercado y dejan a los inversores en vilo, para al cabo de unos días después, anularlos o reducirlos a cifras más bajas. Este término (Taco) fue implementado por primera vez por el editorialista de Financial Times, Robert Armstrong, el pasado 2 de mayo.

Según Armstrong, la frase sonaba desde antes en Wall Street, donde los inversores parecen “convencidos de que la administración estadounidense está dispuesta a dar marcha atrás cuando los aranceles causen daño”. Los analistas adoptaron el apodo para describir el comportamiento del republicano de ceder a darles plazo a los países para llegar a acuerdos y así poder evitar los aranceles.

Ahora este tiene tanta fuerza que, incluso, la semana pasada llegó hasta la Casa Blanca. Un periodista de la cadena estadounidense CNBC le pidió a Trump su opinión sobre el apodo que le habían puesto. El presidente pareció sorprendido en ese momento, y luego demostró que el término le enojó bastante.

“¿Que yo me acobardo?”, soltó.

“Esa es una pregunta muy cruel, no me la vuelvas a preguntar”, dijo después de una pausa. “Para mí, es la pregunta más desagradable”.

“¿A eso le llamas acobardarse?”, continuó. “Se llama negociación”, explicó, argumentando que su administración impone una “cifra ridículamente alta y la bajo un poco, ya sabes, un poco”, hasta que considere que la cifra es más razonable.

Donald Trump atacó a China con aranceles que alcanzaron hasta el 145 %, pero con el paso de los días los redujo hasta el 100 %, y luego al 30 %. Además, la semana pasada amenazó a la Unión Europea con establecer un impuesto del 50 % sobre las exportaciones, que entrarían en vigor el 1.° de junio. Sin embargo, después echó marcha atrás y dio plazo hasta el 9 del mismo mes, mientras las dos partes negocian.

“Se fija una cifra. Y si baja —ya sabe, si establezco una cifra, una cifra ridículamente alta, y la bajo un poquito, ya sabe, un poquito— quieren que mantenga esa cifra, un arancel del 145 %. Incluso yo dije: ‘Vaya, eso sí que ha subido’. ¿Sabe cómo subió? Por el fentanilo y muchas otras cosas. Y lo sumé. Dije: ‘¿Dónde estamos ahora?’. ‘Estamos en el 145 %’. Dije: ‘¡Vaya! ¡Eso sí que es alto!’… fuimos muy amables con China… básicamente nos estábamos distanciando de golpe de China, no hacíamos negocios, por el arancel, porque era muy alto. Y yo lo sabía”, se explicó el presidente ante el periodista.