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Estos son los delitos menores que pueden causar la deportación de EE. UU., según la ley firmada por Trump
La ley entró en vigor la primera semana del gobierno de Donald Trump, en su afán de reducir las cifras de inmigrantes indocumentados del país.

La primera ley que firmó Donald Trump en su regreso a la Casa Blanca, en su lucha para disminuir las cifras de inmigrantes indocumentados, se trató de la Ley Laken Riley, la cual establece que los extranjeros sin estatus legal pueden ser detenidos y deportados por cometer delitos menores, a pesar de no tener una condena previa.
Desde su campaña presidencial, Trump prometió fortalecer las facultades de las autoridades para llevar a cabo arrestos y detenciones a los migrantes que residen en el país de manera irregular.
El presidente firmó la medida nueves días después de su posesión, y según The New York Times, esta ya entró en vigencia. Entre los delitos menores que podrían ser motivo de detenciones y deportación de los inmigrantes se encuentran: robo con allanamiento de morada, hurto, robo en tiendas, agresión a la policía y cualquier delito que provoque la muerte o lesiones físicas.

Las normativas ya existentes exigían una condena previa para poder proceder con la deportación del extranjero, pero esta ley permite la expulsión del país simplemente con el arresto, la acusación o si la persona admite haber cometido cualquiera de los delitos.
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Otra notable diferencia de esta nueva medida es la facultad que se le da a los fiscales generales de los estados de imponer demandas ante la Fiscalía General de Estados Unidos o en el Departamento de Seguridad Nacional en caso de que un extranjero “perjudique” a los residentes del estado, “incluyendo un daño financiero que sobrepase los 100” dólares.

Esta ley se introdujo en el mandato del expresidente Joe Biden, pero quedó estancada en el Senado, que en ese momento estaba liderado por el Partido Demócrata. La implementación de esta ha desatado críticas de sectores políticos y organizaciones de derechos humanos, quienes argumentan que podrían existir riesgos debido a que puede ser aplicada de manera indiscriminada, ya que no requiere de una acusación, afectando posiblemente a personas inocentes.
Los críticos han expresado su preocupación, explicando que en el caso de que un grupo de personas cometa un delito menor -como un robo- y alguno de ellos sea un inmigrante sin la documentación legal, este podría ser automáticamente detenido y deportado, incluso si no participó en el delito y sin una investigación para esclarecer los hechos.

Antes de la implementación de esta normativa, las autoridades ya contemplaban otros delitos que causan la deportación de Estados Unidos por parte del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), entre ellos: asalto y violencia doméstica, delitos relacionados con drogas y armas, robo o asalto agravado, homicidio vehicular involuntario, conducción bajo los efectos del alcohol, secuestro y sospechas de terrorismo.
Actualmente, el ICE prioriza los procesos de deportación a los inmigrantes con antecedentes criminales o que tengan órdenes de deportación. Sin embargo, también tienen la potestad de arrestar extranjeros sin historial delictivo.