Estos son los países en donde más sufren persecuciones los cristianos; Colombia aparece en el listado

La fe es una de las aristas individuales y colectivas en las que se desarrolla el pensamiento personal y cultural basado en una creencia, milenaria en la mayoría de los casos. Dicha virtud forma parte de la cotidianidad de una sociedad, por lo que su arraigo es muy profundo, llegando a moldear buena parte del comportamiento y conocimiento de una persona.

En el siglo XXI, las religiones monoteístas como el judaísmo, el cristianismo y el islam presentan la fe como un acto de esperanza y seguridad hacia la misma deidad (Yahvé, Dios, Alá), por lo que la creencia en aquel ser supremo es indispensable para la mayoría de fieles; sin embargo, también puede convertirse en una sentencia de muerte.

De acuerdo con el informe más reciente, la Lista Mundial de Persecución (LMP) ha arrojado información detallada de los países en donde las comunidades cristianas se encuentran más perseguidas por el hecho de propagar el evangelio y no negar su fe.

Este análisis clasifica año tras año los 50 países en donde más se persigue a los cristianos y para 2023 la mayoría de estas naciones son africanas y asiáticas, aunque existen algunas en América Latina.

¿Qué arrojó el informe de la LPM?

El extenso análisis de la LPM asevera que más de 360 millones de cristianos sufren constantemente fuertes niveles de discriminación y persecución por su fe. Han sido sometidos, o están en riesgo de estarlo, a violencia física y a malos tratos que afectan su ámbito social, familiar, privado y nacional, a tal punto de ser marginados dentro de sus países a pesar de tener la nacionalidad establecida.

En lo corrido del 2023, estos son los países en donde los cristianos sufren más persecución según el informe de la LPM:

1. Corea del Norte
2. Somalia
3. Yemen
4. Eritrea
5. Libia
6. Nigeria
7. Pakistán
8. Irán
9. Afganistán
10. Sudán

Entre los primeros diez países se encuentran cinco africanos y cinco asiáticos, en donde es bien conocido que, por ejemplo, en Corea del Norte no está permitido tener algún tipo de creencia dado el autoritarismo de la nación.

En otras naciones, como Somalia, Yemen, Irán y Afganistán, los radicales islámicos tienen el control sobre la fe que profesan las personas y por tal motivo los cristianos son vistos como potenciales victimarios de atentar contra la moralidad de estas naciones.

Asimismo, estas naciones ocupan los lugares del 11 al 30 entre las sociedades que más persiguen a los cristianos:

• India, Siria, Arabia Saudí, Myanmar, Maldivas, China, Malí, Irak, Argelia, Mauritania, Uzbekistán, Colombia (22), Burkina Faso, República Centroafricana, Vietnam, Turkmenistán, Cuba (27), Níger, Marruecos y Bangladesh.

De acuerdo con el informe, la primera nación latinoamericana en aparecer es Colombia, ocupando el puesto 22.

Según el análisis, la presencia del grupo al margen de la ley es de los principales perseguidores de los cristianos, ya que ven la Iglesia como una institución de poder que puede hacerles frente para detener su expansión territorial; por tal motivo, amenazan a sacerdotes en zonas rurales y los obligan a desplazarse, ya que los religiosos son conocidos por denunciar actos de violencia y corrupción.

El informe finaliza con el listado del puesto 31 al 50 de la siguiente manera:

• Laos, Mozambique, Indonesia, Qatar, Egipto, Túnez, República Democrática del Congo, México (38), Etiopía, Bután, Türkiye, Comoras, Malasia, Tayikistán, Camerún, Brunéi, Omán, Kazajistán, Jordania y Nicaragua (50).

Al igual que Colombia, México presenta altos niveles de persecución a cristianos por el conflicto civil que se vive en varios estados y, en el caso de Nicaragua, las acciones de censura y represión por parte del presidente Daniel Ortega contra los religiosos católicos ha puesto a la nación centroamericana cerrando este listado.

El papa Francisco ha hecho un llamado constante a la oración para pedir por el fin de la persecución de la Iglesia católica, y de los cristianos, alrededor del mundo, haciendo énfasis en la necesidad de permanecer en comunión y en paz entre todos los seres humanos sin importar la fe que demuestren.