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Franja de Gaza: ¿qué viene después del fin del cese al fuego entre Israel y Hamás?, ¿se estanca la guerra?
Durante dos meses, Israel y Hamás mantuvieron un cese al fuego que generó esperanza sobre el fin de la guerra en Gaza. Pero esta semana el acuerdo se quebró y los bombardeos regresaron, lo que refleja la complejidad y dureza del conflicto.


La guerra en Medio Oriente se aproxima a un año y medio desde su inicio. Durante este tiempo, Israel ha llevado a cabo una intensa y sangrienta campaña en Gaza con el objetivo de erradicar al grupo terrorista Hamás, tras el ataque en territorio israelí en el que asesinaron a 1.139 personas y secuestraron a otras 251. El conflicto, sin embargo, muestra pocos indicios de llegar a su fin en el corto plazo. Esta semana, después de dos meses en los que el territorio se llenó de esperanza, el cese al fuego se rompió y, con este, la ilusión de un pronto fin de las hostilidades.
“Lo que empieza mal, termina mal”, dice el dicho, y esta frase parece ajustarse perfectamente al acuerdo de cese al fuego entre Israel y Hamás alcanzado el pasado 22 de enero. Según se informó en su momento, este acuerdo fue resultado de intensas presiones ejercidas por el entonces presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, sobre el Gobierno de Benjamin Netanyahu, quien finalmente lo firmó a regañadientes. Poco tiempo después, el mismo mandatario terminó afirmando que no tenía fe en que el pacto se respetara a largo plazo.
Hasta esta semana, el balance parecía alentador: Hamás había entregado un total de 33 rehenes (25 con vida y los restos de otros ocho) a cambio de la liberación de cerca de 2.000 prisioneros palestinos en territorio israelí. Esto, a pesar de las acusaciones mutuas de violaciones al pacto por ambas partes. Sin embargo, todo se desmoronó en un clima de recriminaciones mutuas por el incumplimiento de los acuerdos.

“Hay varias razones detrás de la ruptura del cese al fuego. Por un lado, persiste la tensión debido a la existencia de secuestrados; por otro, Netanyahu parece sentirse fortalecido en sus políticas al observar que algunos de sus aliados adoptan posturas posiblemente más radicales que las suyas. En ese sentido, creo que hay muchos elementos que han llegado con el cambio de Gobierno en los Estados Unidos que llevan a que haya ese rompimiento”, asegura a SEMANA Ricardo Abello, profesor de la Universidad del Rosario.
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No se llegó a la fase dos
Tácitamente, la ruptura se dio debido a que nunca se pudo iniciar la fase dos del acuerdo, el cual impulsaría un cese al fuego a largo plazo, que comprendía que Israel debía retirar completamente sus tropas de la Franja de Gaza, para así finiquitar el regreso de todos los rehenes capturados por el grupo terrorista Hamás. Pero desde el inicio, el Gobierno de Netanyahu mostró su recelo por dicho pacto, mientras que Estados Unidos presionó para que liberaran a los secuestrados antes de cualquier otra fase.
Hasta ahora, el resultado del desencuentro entre las partes ha sido brutal. Israel ha reiniciado los bombardeos contra Gaza, los cuales volvieron a asolar el territorio desde la madrugada del martes, y hasta el cierre de esta publicación, al menos 907 personas murieron durante los ataques contra el grupo terrorista, según las cifras dadas a conocer por el Ministerio de Salud del territorio, organismo que la ONU considera fidedigno a la hora de publicar dichos números.

Para echarle leña al fuego, el mismo Gobierno de Netanyahu aseguró que los bombardeos fueron en coordinación con los Estados Unidos y consultados con el presidente Donald Trump. “Israel ha agradecido al presidente Trump y a su administración su inquebrantable apoyo”, dijo el portavoz del Gobierno israelí, David Mencer. Mientras que Hamás condenó la participación norteamericana.
Se estima que miles de personas han huido de Gaza tras el reinicio de los ataques, especialmente considerando que muchas habían regresado durante el periodo del cese al fuego. Esto ha provocado un aumento significativo en los desplazamientos, mientras que la ayuda humanitaria sigue suspendida en todo el territorio, agravando una crisis que la ONU ya había advertido.
¿Una maniobra política?
A pesar de que la campaña de Israel contra Hamás ha recibido el beneplácito de las Fuerzas Militares y de todo el Gobierno, terminó provocando una crisis interna dentro de ese país. Esto luego de que los mismos familiares de los secuestrados salieran a las calles a manifestarse contra el Gobierno de Netanyahu por su decisión de romper el cese al fuego, asegurando que no tiene consideración por los 58 rehenes que siguen en manos de los terroristas.

Y todo se debe a que antes de que el Gobierno israelí tomara la decisión de romper el pacto con Hamás, Netanyahu no pasaba por su mejor momento y su popularidad iba en picada.
Las alas más radicales de su administración lo habían dejado solo, luego de que este pactara el cese al fuego, pero tras la ruptura y el despido del antiguo director del servicio de inteligencia israelí, el mandatario tiene más aire, a pesar de que la sensación en las calles es de un mal manejo de la guerra y de la situación de los rehenes.
“Lo fortalece porque su única forma de demostrar resultados es bajo la perspectiva de poner fin al conflicto. Desde su visión, la única manera de lograrlo es arrasar con el Estado palestino y con su población”, afirma el profesor Abello sobre el futuro de Netanyahu en la guerra.

Mientras tanto, el primer ministro ha declarado que continuará su campaña contra Hamás en Gaza y ha afirmado que cualquier negociación con el grupo terrorista deberá llevarse a cabo de manera simultánea con la ofensiva israelí sobre todo el territorio palestino.
De igual manera, sus funcionarios mantienen que no dejarán de luchar hasta que “todos los rehenes hayan regresado a sus casas y que todos los objetivos de la guerra se hayan cumplido”, afirmó el martes el ministro de Defensa, Israel Katz.
Por ahora, no parece ser la estrategia más efectiva intentar terminar con Hamás de manera militar, ya que este aún está lejos de ser aniquilado totalmente después de casi año y medio de guerra. Cabe recordar que el grupo islamista tiene en su poder a 59 rehenes, 35 de los cuales se cree que están muertos.

“Es poco probable que Israel logre erradicar completamente a Hamás, en gran parte debido a las tácticas que esta organización utiliza y a los elevados costos que implica para Israel mantener desplegadas sus fuerzas armadas en esta operación antiterrorista. Este conflicto trasciende generaciones; es decir, la generación actual está luchando contra Israel, y es muy probable que los niños de 6, 7, 8 u 11 años de hoy, dentro de una década, también lo hagan. Por eso, la única solución viable es una solución pacífica”, afirma el experto militar Erich Saumeth en SEMANA.
Por ahora, el conflicto persiste y la anhelada paz deberá esperar mientras ambas partes, en algún momento, logran llegar a un nuevo acuerdo en medio de la cruenta guerra que las ha devastado durante año y medio.