MUNDO
Trump reacciona a amenazas y dice que apunta a 52 sitios en Irán
El gobierno de EE. UU. mandó matar al poderoso general Qasem Soleimani con un dron de precisión dirigido a un aeropuerto. "El mundo no puede permitirse otra guerra", aseguró el Secretario General de la ONU.
El mundo vive horas de mucha tensión y la antesala del escalamiento de un conflicto que ya tiene fuertes consecuencias. Todo por la acción estadounidense que, usando un dron, acabó el viernes con la vida del poderoso general iraní Qasem Soleimani y la de un dirigente proiraní en el aeropuerto internacional de Bagdad.
Mientras la dirigencia iraní, incluido su máximo líder -el ayatolá Ali Jamenei- prometían "venganza severa en el momento y lugar apropiados", Estados Unidos decidió reforzar con 750 hombres su embajada en Bagdad, que instó a los ciudadano estadounidenses en Irak a salir lo antes posible de ese país.
Entre tanto, el presidente Donald Trump, respondió ante los anuncios de represalias con otra amenaza.“Apunto a 52 sitios iraníes (que representan a los 52 rehenes estadounidenses tomados por Irán hace muchos años), algunos de muy alto nivel e importantes para Irán y la cultura iraní, y esos objetivos, e Irán mismo, SERÁN GOLPEADOS MUY RÁPIDO Y MUY DURO. ¡Estados Unidos no quiere más amenazas¨, dijo en un hilo de trinos este sábado.
El tono alcanzado por los dos países lleva a pensar en una posible guerra entre Irán y Estados Unidos en suelo iraquí. "El mundo no puede permitirse otra guerra en el Golfo", afirmó este viernes en un comunicado el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, que instó a los dirigentes de ambos países a "mostrar un máximo de contención".
Sin embargo, suena difícil pensar que Teherán se contenga. El bombardeo estadounidense contra el general Soleimani, que estaba a cargo de los asuntos iraquíes en el ejército ideológico de Irán, fue "la operación de decapitación más grande jamás llevada a cabo por Estados Unidos, más que las que mataron a Abu Bakr al Bagdadi u Osama bin Laden", jefes del Estado Islámico (EI) y de Al Qaida respectivamente, según Phillip Smyth, un especialista estadounidense en grupos armados chiitas.
La preocpación del Secretario de la ONU la comparte varias potencias. China, la Unión Europea, Gran Bretaña, Francia o Alemania llamaban a la calma y a la prudencia, Otros actores proiraníes como el Hezbolá libanés, el Hamas palestino y los hutíes yemeníes, en cambio, clamaron venganza. El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, cuyo país puede ser blanco de las represalias, interrumpió su viaje a Grecia para regresar de urgencia a terrotorio hebreo.
"No hay ninguna duda de que la gran nación de Irán y otras naciones libres de la región se vengarán por este horrible crimen del criminal Estados Unidos", prometió el presidente iraní, Hasan Rohani. La diplomacia iraní convocó al responsable de la embajada suiza, que representa a los intereses de Estados Unidos en Teherán.
Entre dos fuegos
Las muertes del viernes incrementan la amenaza que se cierne sobre Irak desde hace meses: su territorio se está convirtiendo en un campo de batalla indirecto para Irán y Estados Unidos.
El presidente iraquí Barham Saleh instó a "todo el mundo a la moderación" mientras numerosos comandantes proiraníes instaron a "estar listos" para responder al ataque estadounidense.
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El primer ministro saliente iraquí, Adel Abdel Mahdi, teme "una guerra devastadora en Irak", al mismo tiempo que el influyente líder chiita iraquí, Moqtada Sadr, anunció la reactivación de su milicia anti-EEUU, el Ejército de Mehdi, al ordenar a sus combatientes a "estar preparados".
El gran ayatolá Ali Sistani, figura tutelar de la política iraquí, consideró que el ataque estadounidense es "injustificado", mientras su representante en la ciudad santa chiita de Kerbala leyó el sermón denunciando "una violación flagrante de la soberanía iraquí" y centenas de fieles gritaron "No a Estados Unidos". Desde hace años, Irak se encuentra entre dos fuegos, atrapado entre sus dos grandes aliados: Estados Unidos e Irán.
En 2003, al derrocar al régimen del presidente Sadam Husein, Estados Unidos pasó a controlar los asuntos iraquíes. Pero Teherán y los proiraníes se infiltraron en el sistema puesto en marcha por Washington.
Los proiraníes han acumulado un arsenal gracias a Irán, pero también a lo largo de años de combate junto con los estadounidenses, en particular contra el Estado Islámico.
Washington respondió al ataque de su inmenso complejo en el corazón de la ultraprotegida Zona Verde de Bagdad, y a semanas de ataques con cohetes contra sus diplomáticos y soldados.
"Los servicios de inteligencia estadounidenses seguían a Qasem (Soleimani) desde hacía años, pero nunca aceleraron el gatillo. Él lo sabía pero no midió hasta qué punto sus amenazas de crear otra crisis de rehenes en la embajada (en Bagdad) cambiarían las cosas", explica a la AFP Ramzy Mardini, del Institut of Peace, recordando el trauma que causó en Estados Unidos la toma de rehenes en la legación estadounidense en Teherán en 1979. "Trump cambió las reglas al eliminarlo", aseveró.
División política en EE.UU.
Las consecuencias del asesinato selectivo de una de las figuras más populares de Irán suscitaron también preocupación en Estados Unidos y una nueva fractura entre demócratas y republicanos, que apoyaron el ataque, cuando falta menos de un año para las elecciones presidenciales estadounidenses.
Los congresistas no fueron informados con anterioridad del ataque. Este bombardeo amenaza con provocar "una peligrosa escalada de la violencia", advirtió la presidenta de la Cámara de Representantes estadounidense, la demócrata Nancy Pelosi.
El otro efecto de las acciones y las amenazas está en el campo económico. Las principales bolsas mundiales operaron en rojo el viernes mientras el petróleo subía 4 por ciento.
El oro negro iraní ya está sujeto a sanciones estadounidenses y la creciente influencia de Teherán en Irak, el segundo productor de la OPEP, hace temer a los expertos un aislamiento diplomático y sanciones políticas y económicas.
Con información de AFP...