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Japón se niega a llevar a ‘Oppenheimer’ a sus salas de cine; no quiere revivir los duros recuerdos de la bomba atómica
El país se alista para un nuevo aniversario de los bombardeos sobre Hiroshima y Nagasaki, que se produjeron el 6 y el 9 de agosto de 1945, respectivamente,
La crítica especializada y el el público en buena parte del mundo se han rendido a los pies de la más reciente película del afamado director británico Christopher Nolan, Oppenheimer, un estremecedor relato de tres horas sobre el padre de la bomba atómica.
Se trata de una historia que devuelve a la humanidad a los tiempos del presidente estadounidense Harry S. Truman, quien dio la orden, los días 6 y el 9 de agosto de 1945, de lanzar dos bombas atómicas sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, con las fuerzas nazis derrotadas y con la intención de doblegar a un ejército japonés débil, pero obstinado, y ante la amenaza de la Unión Soviética como potencia mundial.
Pero, a pesar de su impecable factura cinematográfica, otros son los sentimientos que por estos días existen en Japón, que se alista, como cado año, desde 1945, a conmemorar un aniversario más de los bombardeos nucleares.
Por ello, Japón no ha confirmado hasta el momento cuándo podría llegar la aclamada película a sus salas de cine. Mientras tanto, algunas distribuidoras locales alegan que todavía están a la espera de ver cuál es la recepción que recibe a nivel internacional, algo habitual en el país asiático para los blockbuster (éxitos en taquilla).
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Es que es frecuente que las películas extranjeras se estrenen en Japón, un país con una importante industria cinematográfica local, meses o incluso hasta un año después que en el resto del mundo, lo que permite a los cines de ese país optar por estrenos más modestos y en un número menor de salas si la película no termina de funcionar en otros países.
Este podría, al parecer, sería el caso de Oppenheimer. Sin embargo, algunos expertos consideran que las distribuidoras niponas estarían esperando a que se pase el aniversario de los bombardeos sobre Hiroshima y Nagasaki, que se produjeron el 6 y el 9 de agosto de 1945, respectivamente, al considerar de mal gusto hablar de un posible estreno del filme antes de estas dolorosas fechas para los japoneses.
La historia
Oppenheimer narra la historia de J. Robert Oppenheimer, un físico y teórico estadounidense de origen alemán, considerado como el “padre de la bomba atómica” por su destacada participación en el Proyecto Manhattan, y que nunca expresó su arrepentimiento por la fabricación de este arma, aunque sí por la muerte de civiles.
“Japón, como país que sufrió bombardeos atómicos, tiene derecho a evaluar este trabajo sobre el tema del desarrollo de la bomba atómica”, asegura el escritor Akihiko Reizei, en un artículo de opinión para la revista estadounidense Newsweek. Reizei no niega sin embargo que detrás de Oppenheimer existe una extensa investigación histórica en la producción de la película.
Mientras tanto, otros usuarios japoneses de la red social X (antes conocida como Twitter) consideran que el filme debe ser expuesto en Japón ya que “narra hechos históricos con la debida consideración y cuidado”.
“Como alguien nacido en Hiroshima, tengo muchos pensamientos al respecto, pero estoy firmemente en contra del movimiento de boicot a la proyección. Creo que es natural que la gente exprese sus sentimientos después de ver la película, o más bien, garantizar la libertad de crítica una vez se haga pública”, dijo un usuario de dicha red.
Otros, sin embargo, dijeron que sería de mal gusto que el estreno se produzca en agosto, pues coincide con el aniversario de los bombardeos atómicos y ante la preocupación de que la película de Nolan pudiera idealizar la figura de J. Robert Oppenheimer.
Estados Unidos lanzó el primer ataque nuclear sobre la ciudad de Hiroshima el 6 de agosto de 1945, y tres días después lanzó una segunda bomba atómica sobre Nagasaki, lo que condujo a la capitulación de Japón el 15 de agosto y puso fin a la II Guerra Mundial.
Se calcula que unas 210.000 personas perdieron la vida en ambas ciudades a causa del bombardeo, que dejó además 150.000 heridos y consecuencias humanitarias y medioambientales décadas después del suceso.
Japón cuenta con una extensa filmografía sobre las consecuencias de estos bombardeos, incluyendo clásicos como Los niños de Hiroshima (Kaneto Shindo, 1952), Hiroshima (Hideo Sekigawa, 1953) o las más recientes cintas de animación La tumba de las luciérnagas (Isao Takahata, 1990) o En este rincón del mundo (Sunao Katabuchi, 2016), todas ellas desde la perspectiva de las víctimas y el horror vivido.