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Julio Borges advierte de los riesgos de la zona binacional de Colombia y Venezuela: “Petro ha cedido a chantajes del régimen de Maduro”
El expresidente de la Asamblea Nacional de Venezuela habló en SEMANA acerca de los peligros del acuerdo del Gobierno con la dictadura venezolana.


SEMANA: ¿Cuáles son los riesgos de acordar la zona binacional entre Colombia y Venezuela?
Julio Borges (J.B.): Es una amenaza gravísima. Estamos hablando de una de las fronteras más violentas y controladas por el crimen organizado en todo el mundo. Esta iniciativa no es nueva: desde 2022, Maduro ha impulsado las llamadas zonas económicas especiales (ZEE), cinco de las cuales ya operan en Venezuela, sirviendo como plataformas para que países autoritarios, como Rusia, China e Irán, operen con total impunidad.
El verdadero peligro de estas ZEE es que le permiten al régimen celebrar contratos opacos, sin ningún tipo de transparencia ni rendición de cuentas. Ahora, pretenden extender este modelo a la frontera con Colombia, legalizando una economía paralela dominada por mafias y armando una plataforma para interferir en las elecciones colombianas del próximo año.
La visita de Alfredo Saade a Venezuela, elogiando al régimen, no fue casual. Refleja una simpatía ideológica profundamente peligrosa. Colombia está en riesgo de convertirse en la próxima pieza del tablero autoritario de Maduro y sus aliados. La frontera binacional podría convertirse en un laboratorio de expansión criminal y desestabilización regional.
SEMANA: ¿Qué mensaje da el Gobierno Petro al hacer un acuerdo de tal magnitud con una dictadura como la de Nicolás Maduro?
J.B.: El mensaje es devastador. Petro ha cedido a los chantajes del régimen de Maduro y de Cuba, especialmente en lo que respecta al proceso de paz con el ELN. Esa dependencia lo ha llevado a guardar un silencio cómplice frente a las violaciones sistemáticas de derechos humanos en Venezuela.
Pero esto va más allá del silencio: Petro está abriendo de par en par las puertas de Colombia a Maduro, a los cubanos y a potencias autoritarias. Lo que está ocurriendo es un proceso de penetración ideológica y estructural para capturar las instituciones democráticas desde adentro. Y no lo ocultan: su verdadero objetivo son las elecciones de 2026.
Colombia, que fue un baluarte democrático en la región, está en riesgo de convertirse en la joya de la corona del eje autoritario continental. El acuerdo con Maduro no es un gesto diplomático, es una entrega estratégica.

SEMANA: ¿Podría esto ser un parteaguas para hacer más acuerdos con la dictadura de Maduro y legitimar al régimen?
J.B.: No solo podría serlo: ya lo está siendo. Cada acuerdo que firma el régimen de Maduro viene disfrazado de cooperación institucional o ayuda humanitaria, pero en el fondo es una herramienta para concentrar poder, penetrar estados vecinos y socavar la democracia. Lo vimos con Irán: comenzaron anunciando una inocente fábrica de bicicletas, luego una de fibra óptica, pero el verdadero resultado fue la instalación de redes culturales, políticas y militares iraníes en suelo venezolano.
Este nuevo convenio binacional con Colombia se presenta como un impulso a la economía local, pero la realidad es que la zona está dominada por más de 40 grupos armados ilegales. ¿De qué desarrollo estamos hablando?
Y sobre la legitimación del régimen, ya está en marcha. El propio Saade afirmó que firmó el acuerdo con un “gobierno legítimo”. ¿Dónde quedaron las exigencias del Gobierno colombiano sobre las actas del 28 de julio? ¿Ya se olvidaron que se robaron las elecciones? ¿Qué hay más de 1.000 presos políticos y más de ocho millones de venezolanos exiliados?
Llamar ‘gobierno’ a una dictadura es una traición a la verdad y a los valores democráticos que, supuestamente, dice defender Colombia. Nos indigna y nos alarma. No se puede construir la paz sobre la base de una mentira