Mundo
La historia del asesino serial más joven de Ecuador que alcanzó a esconderse en Colombia
Con escasos 15 años, Juan Fernando Hermosa ya había matado a más de 15 personas.
¿Qué se esconde dentro de la mente de un asesino en serie? Esa es quizás una de las preguntas más comunes que se hacen no solo los psicólogos y psiquiatras especializados en sociopatías, sino también la misma sociedad, que se cuestiona qué puede estar pasando en la cabeza de una persona que es capaz de asesinar a otros por gusto.
Los traumas de infancia y otros desórdenes mentales asociados con antecedente, son algunos de los motivos por los cuales una persona se puede convertir en un asesino serial, sin embargo, en algunos casos son historias que esconden mucho más de fondo.
Tal es el caso del asesino en serie más joven de Ecuador y que, con solo 15 años, ya había asesinado a 15 personas, siendo las víctimas taxistas y miembros de la comunidad LGBTIQ+.
De acuerdo con el diario El Clarín, Hermosa nació el 28 de febrero de 1976. Debido a su pobreza, los padres del joven decidieron darlo en adopción a una familia conformada por Olivo Hermosa Fonseca, un militar ecuatoriano, y Zoila Amada Suárez, una ama de casa que sufría de sordera y artritis, quienes lo llevaron a vivir a Quito.
Tendencias
EL NIÑO DEL TERROR: Juan Fernando Hermosa, Confesó sus Crímenes. 1992.
— Cheo 🇪🇨 (@CheoGomez) August 29, 2018
🎥 Realidad Viva. pic.twitter.com/AOYbmra84K
A pesar de que su madre estaba al pendiente de él constantemente, el joven tenía actitudes violentas que fueron llamadas de alerta ignoradas por sus padres.
Su comportamiento era agresivo y empezó a matar animales. Se dice incluso que un día llegó al colegio con la cabeza de un gato muerto y cuando se le cuestionaba por estos hechos aseguraba que eran producto de la ira, al enterarse de que había sido adoptado.
A medida que iba creciendo, el joven hizo malas amistades. Frecuentaba bares y discotecas, a pesar de ser menor de edad y creó una pandilla de la cual él era el líder.
Empezaron con delitos menores como robos en almacenes y casas; sin embargo, rápidamente los actos delictivos se hicieron más fuertes, sembrando terror entre la gente.
La primera muerte registrada por las autoridades a manos de Hermosa fue en 1991, cuando el joven y su grupo abordaron un taxi al terminar una fiesta.
Los jóvenes atacaron al hombre y lo asesinaron con dos disparos en la cabeza. El cuerpo del taxista fue encontrado abandonado en un camino estrecho.
Solo una semana después, Hermosa fue responsable de otro crimen. Según contaron las autoridades, el joven y su pandilla fueron a casa de unos desconocidos, iniciaron una pelea y asesinaron a un joven peluquero con cinco disparos.
Asesino en serie ecuatoriano: Juan Fernando Hermosa con 16 años mató a 22 personas en Quito a principios de los 90's pic.twitter.com/eb96yke1gC
— Jairo Morán (@jmorqui) October 15, 2014
Se decía que el delito estaba relacionado con temas de homofobia, ya que la víctima pertenecía a la comunidad LGBTIQ+.
Desde ese momento y, por un lapso de tres meses, se desató una ola de violencia a manos de Hermosa que fue apodado ‘El niño del terror’. Con solo 15 años, asesinó a 15 personas, todas ellas o taxistas o miembros de la comunidad LGBTIQ+.
Las autoridades comenzaron una búsqueda incesante para dar con el paradero de Hermosa, de hecho, se creó un Centro de Operaciones de Inteligencia con el objetivo de hallarlo, vivo o muerto.
Así, el 9 de enero de 1992 fue encontrado en su casa. La Policía llegó para arrestarlo, pero él se defendió, lo que desató un intercambio de disparos que terminó con la muerte de su madre, quien recibió 11 disparos.
La policía logró su captura y fue condenado a solo cuatro años de prisión, sin embargo, lo que más sorprendió a la comunidad ecuatoriana fue la cara de Hermosa, ya que el asesino en serie más despiadado del momento era en realidad un niño.
En menos de dos años dentro de la cárcel consiguió escaparse con ayuda de su pareja, momento en el que, al parecer, habría asesinado otras personas.
Información investigada por las autoridades ecuatorianas dio cuenta de que el llamado Niño del terror vivió en Colombia, específicamente en Bogotá, donde se dedicó al robo de joyas, pero fue identificado por la policía y enviado a prisión nuevamente en 1996.
Tras su liberación, se fue a la Amazonía ecuatoriana con su padre, sin embargo, poco tiempo después su cuerpo fue encontrado junto al río Aguarico. Su rostro estaba desfigurado y había sido torturado. Las autoridades nunca pudieron determinar quién lo mató.
El conteo de víctimas asegura que al menos 23 personas murieron a manos de Hermosa, pero quizás pudieron ser muchas más.