Argentina
La hora de la verdad para Milei: el presidente argentino enfrenta elecciones clave y su gobierno podría estar en grave riesgo
El polémico presidente argentino se juega un momento determinante de su mandato con las elecciones legislativas. En medio de un panorama adverso, una votación negativa podría ser el inicio del fin de la fantasía libertaria.
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Javier Milei cumplirá dos años al mando de Argentina el próximo diciembre en medio de una crisis sin igual para el mandatario libertario, que cuando llegó a la presidencia prometió una revolución para el país gaucho, que vivía una crisis económica desde hacía más de una década. Pero ahora, el líder de La Libertad Avanza enfrenta una compleja situación sin precedentes para él, y el costo podría ser muy alto.
En el papel, el Gobierno del mandatario argentino parecía ir sobre ruedas y de acuerdo con el plan de Milei de poner el país en un ‘shock económico’ temporal para luego recoger los réditos de una economía boyante. Para ello, su política de recortes al gasto público, despidos masivos, suspensión de la obra pública y rebajas en programas sociales fue aplicada al pie de la letra, y los resultados parecían prometedores. La receta del presidente libertario se volvía tendencia en todo el mundo.
Por ejemplo, la inflación pasó del 211 por ciento intermensual en 2023 a 21 por ciento hoy. También logró un superávit comercial de cerca de 18.900 millones de dólares, así como reducciones en la tasa de pobreza e incluso alcanzó un superávit presupuestario, algo insólito hacía algunos años para una Argentina que estaba sumida en un gran déficit fiscal permanentemente.

Aun así, las cosas se le empezaron a torcer a Milei muy rápidamente y ahora parece una situación delicada. A la falta de resultados económicos plausibles en la población de a pie, por cuenta de un costo social muy alto, de acuerdo con las reformas del mandatario, se le suma una pérdida de popularidad meteórica. Según la firma Atlas Intel, el rechazo al presidente pasó del 44,1 por ciento en julio a 53,7 por ciento en septiembre.“
Es un Gobierno que no muestra empatía con la gente. Vetó la ley de emergencia para personas con discapacidad, incluso después de que el Congreso rechazara su veto, y sigue sin cumplirla. También perjudicó a los jubilados. La gente la está pasando muy mal, sin dinero, con 22 meses consecutivos de pérdida del poder adquisitivo. Es un Gobierno que no gestiona, que busca destruir el Estado, y eso se nota: la salud pública no mejora, la educación pública empeora y hasta intentaron quitarles presupuesto a las universidades, una conquista histórica de más de un siglo”, asegura en SEMANA el diputado Daniel Lipovetzky, en crítica al mandatario.
A esto se suma el golpe más grande que ha recibido el mandatario en su imagen: personas cercanas a él, funcionarios de la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis) y su hermana y secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, fueron acusados de manejos irregulares en contrataciones y compras públicas, presuntos favores políticos y negocios dentro del propio entorno presidencial.
Ante este panorama, ahora los argentinos se verán las caras en las urnas, donde el presidente necesita un buen resultado en las elecciones legislativas de este domingo para aprobar sus reformas estructurales al Estado, evitar bloqueos políticos y poder sostener la gobernabilidad. Actualmente, Milei solo cuenta con 38 diputados, de 257, en la Cámara de Diputados, y siete senadores, de 72, en el Senado. Y aunque es prácticamente un hecho que aumentará su participación, podría no ser suficiente.

Las encuestas son variadas, ya que, según la firma Opina Argentina, el peronismo ganaría con el 37 por ciento contra el 35 por ciento de parte de los partidarios del presidente Milei. Pero, por ejemplo, CB Consultora Opinión Pública invierte los resultados y ubica a La Libertad Avanza como posible ganador de las elecciones, con 40,8 puntos frente al 35,4 de la oposición del mandatario libertario.
“No hay ningún cálculo que haga posible que el Gobierno tenga mayorías. Ningún resultado que se prevea para el domingo le dará mayoría en las cámaras. Si la tuviera, el daño que ya viene causando al país sería aún más profundo. De todos modos, el impacto político puede ser fuerte: si el oficialismo sufre una derrota, muchos sectores dialoguistas se van a endurecer, y eso complicará todavía más su capacidad de gobernar”, continúa Lipovetzky sobre los posibles resultados del domingo.
En paralelo, las calles de Buenos Aires y otras grandes ciudades del país se han convertido en escenario de protestas casi diarias. Trabajadores estatales, jubilados, docentes y estudiantes universitarios han salido a reclamar por el ajuste fiscal y la pérdida del poder adquisitivo. El descontento también se percibe en las provincias, donde los recortes a las transferencias nacionales afectaron presupuestos locales y tensaron la relación del Gobierno con varios gobernadores.
Milei, por su parte, asegura que todas las acusaciones en su contra se tratan de una estrategia de la oposición para buscar detener su Gobierno: “No vamos a retroceder ni un paso frente a la casta”, dijo el mandatario libertario durante su cierre de campaña en las calles de Buenos Aires, aunque su gran problema no es solo la oposición, sino la total incapacidad de poder llegar a acuerdos con otros partidos.
El presidente, además, enfrenta un creciente aislamiento político. La relación con los gobernadores se deterioró luego de los recortes a los giros provinciales, y sus alianzas con el PRO –el partido fundado por Mauricio Macri– están en su punto más tenso desde el inicio de su gestión. El intento de imponer la llamada “ley ómnibus”, un megaproyecto de reformas económicas, fracasó en el Congreso tras negociaciones fallidas, incluso con bloques que inicialmente se mostraban abiertos al diálogo.

Por otra parte, el mandatario libertario ha puesto sus fichas en el ámbito internacional, donde se ha vuelto más cercano que nunca a Donald Trump, que incluso le ha lanzado un salvavidas económico de más de 40.000 millones de dólares para equilibrar los mercados y darle algo de fortaleza al peso argentino, pero el estadounidense ha dejado claro que ese apoyo depende de los resultados de los libertarios en las elecciones. “Si un socialista gana, uno se siente muy diferente sobre si hace la inversión”, manifestó el republicano.
Mientras líderes y economistas liberales lo citan como ejemplo de “valentía fiscal”, organismos como el Fondo Monetario Internacional y Naciones Unidas han advertido sobre el impacto social del ajuste. En foros internacionales, su retórica contra el “socialismo global” y su cercanía con figuras como Donald Trump o Elon Musk le han dado proyección mediática, pero también lo han aislado diplomáticamente en América Latina de otras figuras más cercanas como Lula da Silva, en Brasil, o Gabriel Boric, en Chile.“
A los argentinos no les gusta que otro país intervenga en su política interna, y menos Estados Unidos, por su historia de malos vínculos con América Latina. En el caso argentino, no olvidemos que apoyaron a Gran Bretaña en la guerra de las Malvinas. Pensar que una declaración de apoyo puede influir en el voto es desconocer nuestra historia. La gente vota según cómo está su economía, y hoy, en el 90 por ciento de los casos, está mal”, cierra Lipovetzky en su diálogo con SEMANA.

El resultado de las elecciones del domingo no solo definirá la composición del Congreso, sino también el rumbo del Gobierno argentino. Si Milei logra resistir el golpe y su impopularidad creciente para ampliar su representación en el Legislativo, podría relanzar su programa con un nuevo impulso para sus planes poco ortodoxos. Pero si el oficialismo sufre una derrota, el libertario enfrentará un panorama incierto. Sin mayoría parlamentaria, con las calles encendidas y con una popularidad en caída libre, su “revolución liberal” podría entrar en un punto muerto apenas dos años después de iniciada.
Además, es sabido que Milei quiere buscar la reelección para los comicios de 2027, pero su proyecto podría sufrir un duro golpe que pondría en un gran manto de duda sus opciones de lograr un segundo periodo al mando de Argentina. Por ahora, al presidente libertario le queda esperar el mejor resultado posible si no quiere que su Gobierno caiga tras los duros tropiezos en sus pretensiones de cambiar al país.



