Este miércoles comenzó la peregrinación anual a La Meca; la más concurrida desde el inicio de la pandemia.
Esta peregrinación hace parte de los cinco pilares que cada musulmán debe realizar para demostrar su fidelidad. | Foto: AP Photo/Amr Nabil

Mundo

La Meca se prepara para recibir a la gran peregrinación musulmana

Esta gran reunión de seguidores del islam será la más grande en la era pospandemia.

Semana
23 de junio de 2023

La pandemia de covid-19 sigue siendo tendencia por la manera en que cambió la cotidianidad del mundo al experimentar cuarentenas estrictas, el uso obligatorio del tapabocas, distanciamiento social, teletrabajo y hasta la manera en que las religiones y sus ritos tuvieron que adaptarse para no perder visibilidad en momentos donde gran parte de la humanidad se acogía a su fe.

El islam no fue ajeno a este cambio de vida en donde la gran peregrinación anual a La Meca, o Hach, se vio afectada de 2020 a 2022, ya que no se le permitió a gran cantidad de musulmanes asistir a este encuentro religioso, por lo que la flexibilidad en cumplir este designio de la ley islámica se vio interrumpido.

No obstante, en 2023 Arabia Saudí ha permitido que esta peregrinación se efectúe tal y como se solía hacer en la prepandemia, lo que significa que más dos millones de personas, de 160 países aproximadamente, asistirán a cumplir con lo que ordena la fe musulmana durante cinco a seis días.

La relevancia de la peregrinación para los musulmanes

La Meca vuelve a recibir a todos los peregrinos que deseen cumplir con uno de los cinco pilares que dicta el islam para vivir la fe con armonía y dedicación. Los otros preceptos que esta religión maneja son:

  1. La profesión de fe dada por la siguiente frase: “No existe ningún Dios excepto Dios, y Mahoma es su profeta”. Alá es la manera árabe de decir Dios, por lo que es común que en la frase se escuche esta palabra. Se les recomienda a los musulmanes que cada vez que empiecen el día lo comiencen recitando esa frase.
  2. La plegaria ritual, en donde se recitan pasajes (o suras) del Corán, el libro sagrado para los musulmanes, cinco veces al día en dirección a La Meca. Existe una apreciación para la oración del viernes al mediodía en donde se exhorta que esta recitación sea realizada dentro de una mezquita.
  3. La limosna, la cual se puede dar de manera espontánea y de manera obligatoria dictada por las leyes de Dios de acuerdo con la interpretación islámica, la cual es otorgar el 10 % de sus ingresos a los más necesitados.
  4. El ayuno durante el mes del ramadán, en el cual se dice que se dio la revelación del Corán y es el noveno mes del calendario lunar que maneja esta religión. En este período, desde el amanecer hasta el atardecer, se debe abstener de comer y beber, además de no tener relaciones sexuales.
  5. La peregrinación a La Meca, en donde se debe ir al menos una vez en la vida, caminar alrededor de la Ka’ba, o la gran piedra negra, y recitar la frase: “¡Aquí estoy a tu servicio, oh, Alá!”.

¿Por qué La Meca?

Esta ciudad, ubicada en Arabia Saudí, cuenta con una devoción muy importante para los musulmanes, ya que en el 570 d. C. nació Mahoma (Muḥammad), el principal profeta del islam, además de que los pasajes del Corán fueron revelados a este hombre en esta ciudad.

Solo las personas que practican la religión musulmana pueden entrar a esta ciudad, y muy pocas veces en más de 1.400 años se ha dado permiso para que otras personas que no practican el islam puedan entrar.

Gracias a una negociación entre los gobiernos de Arabia Saudí e Irán, los cuales se encontraban en una crisis diplomática, los persas podrán realizar esta peregrinación sin restricciones relacionadas por su nacionalidad, a pesar de que en Irán la corriente islámica principal es la Chií, mientras que la mayoría de musulmanes son adeptos de la corriente Suní.

¿Qué significa la gran piedra negra que rodean los musulmanes?

La Ka’ba es considera para los musulmanes como el lugar en donde lo humano y divino se encuentran. Es una piedra negra de 10,67 m de frente, 12,19 m de lado y 15,24 m de altura y está construida a partir de granito y no posee decoraciones ni ventanas, solo una pequeña puerta, y se cubre con un manto de seda negro, la kiswa, el cual tiene una franja con algunos pasajes del Corán bordados en oro.