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La sequía de este río puso a la economía global en aprietos
El río Yangtsé, en China, bajó su caudal a mínimos históricos por el verano abismal que ha vivido esa nación asiática en los últimos años.
Durante 2022 se presentó la ola de calor más grande y severa que ha vivido China desde que se tienen registros por parte del Centro Nacional del Clima, emitiendo alarmas constantes para las regiones de Shanghái, en donde se encuentra la ciudad más poblada del país, y Sichuan. Durante esta gran sequía se presentaron apagones de energía eléctrica y la suspensión horaria de varias fábricas lo que disminuyó la producción a la que China estaba acostumbrada.
El país, en su momento, tomó acciones similares a las de Francia y Alemania al apagar durante varios días las luces de emblemáticos monumentos con el fin de ahorrar energía, en el caso de China se vio efectuado en el Skyline de la ciudad de Shanghái, en donde por dos días los rascacielos que se iluminaban cada vez que se ponía el sol, desactivaron sus tradicionales colores rojizos para preservar el recurso eléctrico, una imagen que no es usual de ver ya que para China, la costa de esta ciudad, representa la apertura económica hacia el mundo.
No es de sorprenderse que se refieran comúnmente a China como ‘La fábrica del mundo’, desde telas y vajillas hasta nanotecnología, China tiene su presencia constante en todos los artículos y materiales del día a día, tampoco es de extrañarse que la ola de calor en ese país haya sido un signo de alerta para la economía global.
El río Yangtsé, uno de los más largos del mundo, solo por detrás del Amazonas y el Nilo, representa riqueza y estabilidad para China, no obstante este pasaje hídrico fue uno de los más afectados por el verano abrasador que sufrió el hemisferio norte en 2022.
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Este caudal, que recorre 19 de las 33 divisiones administrativas que contiene China (No se incluye a Taiwán en este listado), representa suministrar este recurso hídrico a más de 600 millones de personas, recalcando que el 45 % de la producción total de China proviene de la cuenca del Yangtsé, un factor importante a la hora de calcular el impacto que la sequía de este río tiene a nivel chino e internacional.
La constante ola de calor provocó que dos de las 19 provincias por donde pasa el Yangtsé hayan sido las más afectadas, por un lado, la provincia de Shanghái donde, además del recorte de energía en todos sus espacios públicos y privados, el incremento del uso de aire acondicionado obligó a recortar más seguido el recurso eléctrico.
Por otro lado, la provincia de Sichuan se vio afectada también por recortes de energía, pero la situación se agudizó allí, ya que más del 80 % de las fábricas necesitaban de la energía hidroeléctrica proveniente del Yangtsé, por tal motivo en esta región, en donde operan empresas internacionales, como Volkswagen, Toyota y Foxconn (proveedor de Apple) temían que la situación empeorara.
Gracias al poderoso invierno que sufrió china a finales de 2021 e inicios de 2022 donde la calefacción se utilizó en gran medida, el recurso energético no pudo ser ahorrado lo suficiente para el verano, por lo que, con el desabastecimiento de la energía desde enero de 2022, más la ola de calor y sequía del Yangtsé, desde varios sectores económicos se temió que China no pudiera estabilizar su energía eléctrica.
Acercándose el otoño de 2022, que abarcó de septiembre a noviembre en China, una de las preocupaciones que necesitó de una rápida estrategia fue la de las cosechas. La protección a los cultivos se puso en marcha de acuerdo al Ministerio de Agricultura chino para evitar una gran hambruna.
Los años del 2019 al 2023 no han sido los mejores para China. El inicio de la pandemia del Coronavirus en su territorio, más el desabastecimiento del Yangtsé, la situación tensa con Taiwán y Hong Kong y la problemática por las cosechas poco a poco dejó en evidencia que el gigante asiático tiene problemas de suma importancia que no solo afectan a su nación sino al mundo.