¿Las sanciones de Estados Unidos tumbarán a Maduro? Así está el futuro de Venezuela

El ambiente en Venezuela parece siempre agridulce después de que la dictadura de Nicolás Maduro le robara la esperanza a millones de ciudadanos dentro y fuera del país tras el sonado fraude electoral del pasado 28 de julio, que le arrebató la elección presidencial al candidato de la oposición, Edmundo González. Esa victoria significaba la vuelta a la democracia luego de 12 años de régimen y más de 25 de chavismo.

Aunque todo parece perdido, los venezolanos se la juegan con la que parece una de las últimas cartas que tienen: la presión democrática de la comunidad internacional. A la gran cantidad de países que no reconocen a Maduro como presidente electo y que sí le dan la validez a González como el nuevo mandatario desde enero, se sumó que ahora Estados Unidos parece haber perdido la paciencia con el régimen.

El miércoles se conoció que Washington había decidido sancionar a 21 funcionarios de la dictadura de Miraflores. Se destacan miembros de la Guardia Nacional, la Policía Nacional, el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), la Milicia Bolivariana y la Dirección General de Contrainteligencia Militar, además de tres ministros y asambleístas. En la lista están el primo y la hija de Diosdado Cabello.

Las nuevas sanciones forman parte de las más de 180 personas y un centenar de entidades castigadas por Washington. Sin embargo, la respuesta de la dictadura tampoco se hizo esperar. “Diría que es risible y ridículo lo que han hecho. Me atrevería a decir que son unos ridículos y que nos reímos de sus sanciones, pero no lo voy a hacer”, dijo Maduro en televisión nacional y aseguró que condecorará a los 21 funcionarios sancionados.

Pero no solo fue este caso. En las últimas horas se conoció que el Congreso venezolano, en poder también de la dictadura, aprobó un proyecto que sanciona hasta con 30 años de cárcel a aquellas personas que aprueben las sanciones que se le impongan al país o a sus funcionarios. “Toda persona que promueva, instigue, solicite, invoque, favorezca, facilite, respalde o participe en la adopción de medidas coercitivas (...) será sancionada con prisión de 25 a 30 años”, dice el texto, que también incluye multas de hasta un millón de dólares.

“Es el último intento de la administración Biden por forzar a Maduro a un escenario en el que pueda entregar el poder o de forzarlo a negociar con la oposición con miras a este objetivo. Estas sanciones tratan de minar la base de apoyo en el interior de su círculo más cercano y la élite militar que lo blinda”, dice a SEMANA Manuel Camilo González, profesor de la Pontificia Universidad Javeriana.

Por otro lado, se cree que con estas sanciones, que tienen la particularidad de ser individuales y no a la economía, son una forma más pragmática de aplicar un castigo a la élite del Gobierno venezolano. Además, de esta forma no se afectaría el comercio, que podría aumentar la pobreza y miseria de la ciudadanía, que, de por sí, con la dictadura, ya es bastante amplia. Pero también puede ser el preludio de sanciones más agresivas de parte del Gobierno de Donald Trump, que entrará a la Casa Blanca en enero.

Aun así, el profesor González asegura que estas medidas han tenido un efecto totalmente contrario. “Las sanciones han revitalizado a Maduro, porque no solo ha logrado cohesionar a la élite, sino que ha levantado la imagen de ser un Gobierno bajo asedio que mantiene a este tipo de regímenes”. Afirma que estos castigos solo provocan que Venezuela fortalezca aún más sus lazos con Rusia o China. Será cuestión de tiempo ver los resultados reales y si sirve para presionar a la dictadura para abandonar el poder.