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Lo que revelan los problemas de Volkswagen sobre el futuro económico de Alemania
Los recortes de empleo y posibles cierres de líneas de producción del mayor fabricante de automóviles de Alemania son un síntoma de un malestar más amplio en la mayor economía de Europa. ¿Tienen razón los pesimistas?
Volkswagen anunció la semana pasada recortes de empleos y posibles cierres de líneas de producción en su mercado local por primera vez en sus 87 años de historia, debido al aumento de los costos de producción, una economía interna más débil después del covid-19, la intensa competencia de China y la vacilante estrategia de vehículos eléctricos de la empresa.
VW debe ahorrar unos 10.000 millones de euros durante los próximos tres años, lo que costaría miles de puestos de trabajo y el cierre de algunas de las 10 líneas de montaje en Alemania.
Los rivales de Alemania se ponen al día
Las dolorosas reformas de VW pueden verse como parte de los desafíos más profundos que enfrenta la economía alemana, donde las interrupciones de la cadena de suministro, la crisis energética –debido a la reducción del suministro de gas ruso– y la pérdida de ventajas comparativas han perjudicado el crecimiento.
“Volkswagen representa el éxito de la industria alemana durante las últimas nueve décadas”, dijo la semana pasada a DW, Carsten Brzeski, economista jefe del banco ING para Alemania. “Pero esta historia nos dice lo que cuatro años de estancamiento económico y 10 años de deterioro de la competitividad internacional pueden hacerle a una economía. Hacen que las inversiones sean menos atractivas”, agregó.
La economía alemana se contrajo un 0,3 % el año pasado, según la agencia nacional de estadísticas Destatis. Tres importantes institutos económicos han pronosticado un aumento del 0 % del PIB en 2024. Esto contrasta con los 10 años consecutivos de crecimiento que experimentó Alemania antes de la pandemia de coronavirus, su período de crecimiento más largo desde la reunificación en 1990.
¿Tiene la industria alemana los días contados?
La situación de VW, junto con las noticias negativas sobre otros gigantes industriales alemanes, como BASF, Siemens y ThyssenKrupp, ha ayudado a impulsar una narrativa de que los mejores días de Alemania pueden haber quedado atrás y que el declive económico es inevitable.
“El anuncio de VW es ciertamente un síntoma de un malestar más amplio en la industria alemana, más que un caso aislado”, dijo a DW, Franziska Palmas, economista sénior para Europa de Capital Economics, con sede en Londres.
Además de los problemas que afectan al sector automovilístico alemán, Palmas habló de una “pérdida permanente de capacidad de producción en la industria de uso intensivo de energía” desde la crisis energética de 2022, impulsada por la guerra en Ucrania. Capital Economics cree que la participación del sector industrial en el PIB de Alemania “seguirá disminuyendo en la próxima década”.
Auge del populismo obstaculizó las reformas
Sudha David-Wilp, directora de la oficina de Berlín del grupo de expertos German Marshall Fund, cree que los problemas del país son el resultado de la renuncia de los sucesivos gobiernos a impulsar reformas necesarias pero dolorosas. Entre las razones, dijo, está el ascenso de partidos como Alternativa para Alemania (AfD), de ultraderecha, en la última década.
“Los años de Merkel fueron bastante cómodos y Alemania era lo suficientemente rica como para superar la crisis del covid”, dice David-Wilp a DW. “Pero con el ascenso del populismo, los partidos tradicionales quieren asegurarse de que los alemanes se sientan seguros económicamente, para no caer presa de partidos que trafican con el miedo”, explica.
Sin embargo, este tipo de estrategia solo pospone lo inevitable: los competidores con menores costos continúan devorando la participación de Alemania en el pastel económico global, además del empeoramiento geopolítico entre Occidente, Rusia y China, que amenaza con hacer retroceder aún más la globalización.
Las reformas de VW son la “última llamada de atención”
Brzeski, de ING, opina que los problemas de VW “deberían ser la última llamada de atención para que los responsables políticos alemanes comiencen a invertir y reformar para que el país pueda volver a ser más atractivo”.
A pesar de la corriente de noticias negativas, Alemania sigue siendo un lugar clave para las inversiones internacionales. En los últimos 18 meses, empresas como Google, Microsoft, Eli Lily, Amazon y el fabricante de automóviles chino BYD han anunciado grandes planes de inversión.
Pero también la biotecnología, las tecnologías verdes, la inteligencia artificial (IA) y la defensa son otros sectores en crecimiento para la economía alemana, que el gobierno podría seguir apoyando mientras elabora su nueva estrategia industrial, dijo David-Wilp a DW.
“No todo es pesimismo. Hay caminos por delante para el crecimiento”, afirmó. “Las cosas tienen que empeorar antes de mejorar, y es necesario reactivar este sentido de la innovación”, añadió.
*De la DW.