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Los retos del G20 en medio de un mundo polarizado y lleno de problemas
La reunión de los 20 Estados más poderosos del mundo se lleva a cabo en la India.
El primer ministro de India, Narendra Modi, tiene un reto complejo en materia geopolítica, intentará forjar un consenso entre las grandes economías del mundo sobre una amplia variedad de temas que generan polarización, como la guerra en Ucrania y el cambio climático, la cumbre anual del G20 inició hoy sábado en el país asiático.
Los países están divididos sobre la guerra rusa en Ucrania, aunque muchas naciones han levantado sanciones y condenado tajantemente a Rusia, otras han decidido tomar distancia. Tampoco hay un consenso claro en materia medioambiental para lograr mitigar las emisiones de carbono.
En ese difícil contexto, el resultado más tangible de la cita de sábado y domingo en Nueva Delhi podría ser un acuerdo para admitir a la Unión Africana (UA) como miembro permanente del bloque.
América Latina estará representada en el G20 por los presidentes de Argentina, Alberto Fernández, y Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, quienes llegaron el viernes a la capital india, profusamente decorada en todas sus calles con afiches de Modi. El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador no participará en la reunión pese a que su país integra el G20.
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Fernández tiene encuentros bilaterales programados con los presidentes de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, y de Emiratos Árabes Unidos, Mohamed bin Zayed al Nahyan, además de la primera ministra de Bangladés, Sheikh Hasina. Por su parte, Lula tiene encuentros el sábado con el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, y el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohamed Bin Salmán, y el domingo con el presidente francés, Emmanuel Macron.
Lula también intervendrá en el lanzamiento de una nueva Alianza Global por los Biocombustibles, un tema de interés para Brasil como pionero en la producción de etanol a base de caña de azúcar.
Brasil asumirá en diciembre la presidencia del G20 y será sede de la próxima cumbre, en Río de Janeiro, en el inicio de una intensa gestión internacional en la que el gigante sudamericano organizará en 2025 la cumbre de los Brics y la COP30 en la ciudad amazónica de Belem.
Difícil consenso
El G20 nació en medio de la crisis financiera de 2008 como un mecanismo para gestionar la economía mundial. Pero a través de los los años, han quedado demostradas las dificultades para alcanzar consensos entre socios desiguales.
Las diferencias entre los países miembros se hicieron evidentes desde antes de la cita, cuando el presidente chino, Xi Jinping, declinó asistir a la cumbre sin dar una explicación oficial, aunque varios analistas consideran que su inasistencia estaría relacionada con las históricas disputas fronterizas entre Pekín y Nueva Delhi.
El presidente ruso, Vladimir Putin, tampoco acudió y será representado por su ministro de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov.
La cumbre se realiza en un contexto de preocupación mundial por el calentamiento global. El monitor climático de la Unión Europea advirtió que este año podría ser el más caluroso de la historia desde que se llevan registros.
Por otra parte, el secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió el viernes en Nueva Delhi que “la crisis climática se está saliendo de control”.
Los países del G20 causan cerca del 85% de las emisiones causantes del calentamiento global, pero el bloque está lejos de llegar a un acuerdo para la eliminación gradual de los combustibles fósiles. Tampoco hay consenso en el bloque sobre la guerra rusa en Ucrania.
Moscú ha presionado por bajar el tono del pronunciamiento del G20 sobre el conflicto y que este no incluya una condena. En tanto, Estados Unidos y China, las dos mayores economías del mundo, se mantienen enfrentados por una serie de temas comerciales y políticos que los analistas temen que puedan escalar y afectar a otros países.
China, que este año fue superada por India como la nación más poblada del mundo, ha dado señales de problemas económicos, con un declive en su crecimiento, alto desempleo y un mercado inmobiliario en crisis.
Sin embargo, en lo que sí se ha logrado un acuerdo, por lo menos preliminar es en la exploración de un entendimiento para construir un ferrocarril y un puerto para conectar Oriente Medio con India y Europa.