Realeza
Los secretos del primer año de reinado de Carlos III de Inglaterra
Cuando se murió la reina Isabel, había mucha desconfianza hacia Carlos, quien hoy tiene un índice de aceptación de casi el 60 por ciento entre sus súbditos.
Ahora, las cosas han tomado su curso, pero la verdad es que pasada la conmoción inicial por la triste noticia de la reina Isabel II, un clima de nerviosismo circundó a la corte.
Ello porque, conscientes del inminente cambio del reinado, el equipo de la casa real empezó a preguntarse seriamente qué venía para la monarquía en manos del nuevo rey Carlos III.
Las manchas en la reputación de él y de su esposa Camilla, así como las metidas de pata de él al inmiscuirse en política o aceptar millonadas en efectivo de personas de dudosa reputación, habían sembrado dudas sobre si era apto para reinar.
Ello resultaba preocupante ante el imponente prestigio de la reina, quien nunca dio un mal paso e inspiraba respeto a toda prueba.
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Imponiendo su agenda
Por todo eso, cundía la inquietud acerca de si el pueblo lo aceptaría como su rey, según se lo contó a The Times, de Londres, “una fuente que conoce bien a Carlos”, según lo especificó el diario más prestigioso del reino.
Sin embargo, prosiguió el periódico, todas esas dudas se disiparon desde su primer discurso, en el cual expresó “su profundo pesar” por la muerte de su “querida mamá”.
Un año después, el rey ha mostrado que sabe lo que hace y se le reconoce el mérito de enfocar a la gente en los grandes temas de su interés, en particular el cambio climático, en lo cual, si ya llevaba una larga carrera como activista en su rol de príncipe heredero, ahora, como rey, pretende erigirse en un líder mundial.
El público esta en buenos términos con su desempeño, a juzgar por una encuesta realizada por estos días del aniversario por YouGov.
Casi el 60 por ciento de los británicos creen que él está haciendo un buen trabajo, de acuerdo con el sondeo.
En cuanto al propio Carlos, está tan contento y cómodo en su nueva posición, por la que esperó y se preparó siete décadas, que luce diez años más joven, como se lo dijo al Times la fuente allegada a él.
Más volcado en la gente
Sin embargo, lo que pocos saben es que nada de lo que está sucediendo en estos meses iniciales ha sido cuestión de azar, sino que el rey sus asesores estuvieron planeando por largo tiempo como sería justamente este momento de cambio y ajustes.
Una actividad importante pero poco visible del rey en estos inicios del reinado es su programa de reuniones con representantes de diversas comunidades religiosas, dentro de su visión del Reino Unido como una “comunidad de comunidades”.
En ese mismo marco, ha sostenido reuniones con refugiados que han huido de las guerras más letales del momento; Siria, Afganistán y Ucrania.
Tal vez la gente no lo note a simple vista, comentó The Times, pero el estilo de las apariciones en público del jefe del Estado ha cambiado, dado que el rey se muestra más dispuesto a departir con la gente que su madre.
“Lentamente, pero sin vacilaciones, Carlos le ha estampado su personalidad a su rol como soberano”, dijo el Times.
Al ser tan explícito en los temas que le apasionan además del medio ambiente, como son la Commonwealth, la cultura y la comunidades, Carlos también manifiesta otra diferencia con la reina Isabel.
Mientras que ella era todo un enigma, todo el mundo saber qué piensa el rey y cuáles son sus pasiones.
Choque entre cortesanos
Sin embargo, no ha sido fácil marcar un nuevo estilo. No hay que olvidar que la monarquía se apoya en un equipo de cortesanos que suelen ser muy estrictos en el apego a la tradición y las formalidades.
Tanto, que los cortesanos que estaban al servicio de Isabel, chocan con los que llevó Carlos a palacio. En otras palabras, los primeros ven a los segundos como unos advenedizos e ineficientes, a quienes a menudo les fruncen el entrecejo y, cuando proponen un cambio les advierten: “en tiempos de la reina eso no se hacía así”.
El nuevo reinado tampoco se ha visto libre de chismes malintencionados, como que al rey le parece pesada la carga del trabajo como jefe de Estado de una nación tan importante y compleja.
Las fuentes reales le dijeron al Times que la afirmación no se compadece con la realidad, pues el rey es un reconocido “workaholic” (adicto al trabajo) y la pregunta frecuente no es qué tanto hay que hacer, sino “¿cómo resolveremos todo esto en un día?”.
Más bien, son los cortesanos los que se están viendo abrumados con la manera en que han aumentado sus labores, dado que el rey siempre quiere hacer cosas nuevas y ayudar a más gente.
Robert Lacey, uno de los biógrafos más importantes de la realeza, cree que Carlos está innovando en la manera en como se proyecta como jefe de Estado.
Un gusto inusitado por los caballos
La reina Isabel era rígida en mantenerse independiente y no se metía para nada en política (aunque sí le gustaban los chismes de esa índole. Carlos, en cambio, está demostrando que se puede ser un jefe de Estado como lo manda la Constitución, pero darle peso a las decisiones de un gobierno elegido en las urnas.
Un secreto que reveló el Times con motivo del aniversario, es que así tal cual lo vio el presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
Cuando se encontró con el rey, recientemente, no fue a tomarse la foto con la realeza que tanto les gusta a los presidentes. “El vino por las credenciales de Carlos en el tema climático”.
“Esto me parece fascinante. Era un jefe de Estado hablando con otro jefe de Estado sobre un tema con sustancia, lo cual no habría pasado con la reina Isabel”, señaló Lacey.
Otro aspecto que ha salido poco a relucir es que, tras heredar los establos de su madre, quien era una de las grandes caballistas del país, Carlos ha tomado un inusitado interés por el mundo equino, algo que nunca le atrajo particularmente en el pasado.
La mejor prueba de ello es que fue a las carreras de Ascot los cinco días que dura el programa, explicó el diario londinense.