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Mujer usaba a su bebé para pedir dinero en redes sociales con perturbador método
A pesar de la experiencia aterradora que vivió la menor de un año, se encuentra bien de salud.
Una mujer de 34 años, residente en Queensland en Australia, enfrenta cargos graves luego de que una investigación policial concluyera que habría envenenado a su hija de un año con el objetivo de obtener donaciones económicas y aumentar su número de seguidores en redes sociales.
La mujer, identificada como influencer, fue acusada de múltiples delitos, incluyendo tortura, suministro de veneno, fraude y producción de material de explotación infantil.
De acuerdo con la información entregada por la policía de Queensland, la acusada utilizaba plataformas digitales para difundir la supuesta lucha de su hija contra una enfermedad terminal. Sin embargo, tras varios meses de indagación, los investigadores sostienen que la niña estaba siendo intencionalmente drogada con medicamentos no autorizados y sometida a situaciones de “inmensa angustia y dolor” que eran luego grabadas y publicadas en redes sociales.
“No hay palabras para describir lo repulsivos que son estos delitos”, declaró el el detective inspector Paul Dalton, durante una rueda de prensa ofrecida por la policía estatal a los medios locales.
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La investigación comenzó el 15 de octubre del año pasado, luego de que el bebé fuera ingresado a un hospital con signos de un episodio médico severo. Las pruebas médicas realizadas entonces no fueron concluyentes, pero generaron sospechas entre el personal sanitario. Posteriormente, a finales de enero, nuevos exámenes detectaron la presencia de sustancias no prescritas en el organismo de la niña.
Entre agosto y octubre de 2023, periodo en el que se habría producido el abuso, la mujer habría administrado varios tipos de medicamentos, tanto recetados como de libre venta, sin la debida autorización médica. Según las autoridades, utilizó medicamentos sobrantes que estaban prescritos a otras personas dentro de su vivienda, y realizó esfuerzos deliberados para ocultar su comportamiento.
Durante ese tiempo, la mujer consiguió recaudar aproximadamente 60.000 dólares australianos (más de 158 millones de pesos) mediante campañas en línea, principalmente a través de la plataforma GoFundMe. Según explicó el inspector Dalton, la empresa se encuentra actualmente en proceso de reembolsar las donaciones realizadas por los usuarios.
La policía también investigó la posible participación de otras personas en los hechos, pero hasta el momento no ha encontrado pruebas suficientes para imputar a terceros. En cuanto a la menor, Dalton indicó que se encuentra actualmente “a salvo y bien”.
El caso ha generado conmoción en la opinión pública australiana, tanto por la vulnerabilidad de la víctima como por el presunto uso de plataformas digitales para lucrarse a través del sufrimiento infantil.
Las autoridades han enfatizado que este tipo de delitos, donde el daño físico se combina con manipulación en línea, requieren respuestas judiciales firmes y protocolos sanitarios que permitan detectar patrones de abuso incluso cuando se camuflan en discursos de enfermedad o cuidado.
