El crimen de la familia Reiner sigue conmocionando al mundo del cine y a la opinión pública. Nick Reiner, hijo del legendario director Rob Reiner y principal sospechoso del doble asesinato enfrenta cargos por el brutal crimen de sus padres en su mansión de Los Ángeles.
Los macabros hechos ocurrieron el pasado domingo 14 de diciembre, cuando los cuerpos de Rob Reiner, de 78 años, y su esposa Michele Singer Reiner, de 68, fueron descubiertos con puñaladas en su residencia.
La policía de Los Ángeles acudió a la lujosa vivienda familiar en Beverly Hills tras una llamada de alerta por un posible homicidio. Los cuerpos presentaban heridas de arma blanca profundas, compatibles con un ataque feroz y premeditado, sin signos de robo o intrusión forzada, lo que apuntó rápidamente hacia un crimen doméstico.

Nick Reiner, de 32 años, fue arrestado esa misma noche del domingo sin resistencia, a escasos kilómetros de la escena, y trasladado a la cárcel de Twin Towers, donde permanece bajo vigilancia suicida debido a su historial.
El fiscal del distrito de Los Ángeles, Nathan Hochman, imputó a Nick dos cargos de asesinato en primer grado con circunstancias especiales, abriendo la puerta a la pena de muerte, aunque una moratoria estatal podría complicar su aplicación.
A casi una semana del crimen, nuevos detalles salen a la luz. De acuerdo con Daily Mail y TMZ, Nick Reiner habría cometido los asesinatos en medio de una ataque de esquizofrenia derivado de un cambio de medicamentos psiquiátricos meses antes.


Personas allegadas a la familia que conversaron con ambos medios aseguraron que Nick había estado asistiendo a un centro de rehabilitación en Los Ángeles que se especializa en el abuso de sustancias, y cobra la asombrosa cifra de 70.000 dólares al mes.
De acuerdo con las fuentes anónimas, en el momento del arresto de Nick, su hermana Romy, de 28 años, quen descubrió los cuerpos de sus padres, les dijo a los investigadores que su hermano “debería ser un sospechoso” porque era “peligroso”.
El Daily Mail también reveló en exclusiva después de los presuntos asesinatos que algunas personas que rodeaban a Nick lo veían como una “bomba de tiempo”.
Las fuentes dijeron que el consumo de drogas de Nick se salió de control después de que sus padres amenazaran con echarlo de su casa.
Largo historial de adicciones y problemas mentales
Desde los 15 años, Nick ingresó a su primer centro de rehabilitación por adicción a opioides y heroína, un ciclo que lo llevó a vivir en la calle y a múltiples recaídas. En podcasts como Dopey en 2018, relató episodios delirantes: días sin dormir por el consumo de cocaína y metanfetaminas, destrozando la casa de huéspedes de sus padres hasta quedar exhausto.
Sus padres, lejos de abandonarlo, lo enviaron a “innumerables centros” y lo apoyaron en proyectos como el guion del largometraje Being Charlie en 2015, inspirado en su lucha por la sobriedad.
Sin embargo, fuentes cercanas indican que Nick padecía esquizofrenia diagnosticada, agravada por abuso de sustancias. Rob Reiner había expresado públicamente su preocupación por su hijo.


Lo que habría precipitado la tragedia fue un ajuste en su tratamiento psiquiátrico, realizado semanas antes del 14 de diciembre. Fuentes allegadas revelaron que los médicos modificaron sus fármacos antipsicóticos, lo que desestabilizó a Nick, tornándolo “errático y peligroso”.
La noche previa al asesinato, durante una fiesta de Navidad familiar, Nick discutió acaloradamente con su padre, comportándose de forma “extraña” ante testigos, quienes notaron su agitación inusual. Mientras se siguen conociendo detalles del macabro crimen, Nick se prepara para la audiencia preliminar fijada para los primeros días de enero 2026.










