Nicolás Maduro, las bajas artimañas que ha usado para evitar dejar el poder; de Juan Guaidó a Edmundo González

Nicolás Maduro es experto en cerrarle el camino a quienes pueden arrebatarle el poder. El dictador del vecino país ha demostrado que es capaz de hacer todo en estos últimos meses, en los que ha quedado claro que el pueblo venezolano no lo quiere más al mando. Lo último, han sido las artimañas con las que quiere cerrarle el paso a Edmundo González, el ganador de las pasadas elecciones, para que se juramentara como presidente el 10 de enero.

El dictador venezolano dispuso de todo lo imaginado para que por tierra, mar y aire se le cerrara el paso. Diosdado Cabello había sacado los dientes hace unos días cuando anunció que al régimen no le temblaría la mano para derribar los aviones que intentaran entrar sin autorización. “Estarían corriendo un gravísimo riesgo (…) yo les recomiendo que no se pongan a inventar”, dijo.

Pero el viernes ya era oficial que por Colombia, a Edmundo González le habían cerrado el paso. Venezuela hizo oficial el cierre del espacio aéreo, así como también de la frontera por Cúcuta, donde enormes contenedores fueron dispuestos en señal de que nadie era bienvenido ese 10 de enero.

“A Maduro se le suele subestimar por la forma en la que se expresa, pero la gente suele olvidar que fue capacitado por los cubanos y la formula con la cual procede contra su oposición, es una fórmula que busca hacer del aparato opresor un instrumento para sostener el poder”, recuerda Ronal Rodríguez, del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario.

El experto cuenta que, a lo largo de los últimos años, se ha visto ese modus operandi de Maduro en varios momentos significativos. El primero fue en 2014, frente al liderazgo de Leopoldo López, María Corina Machado y Antonio Ledezma, con el movimiento de La Salida. El dictador le jugó, en su momento, a dividir la oposición, pero no pudo contener su crecimiento y que en el 2015 la oposición tuviera un triunfo electoral. “Eso le molestó a Maduro porque su estrategia es más la respuesta represiva que la electoral. Hugo Chávez sí era de estrategia electoral”, sostiene el experto.

En 2017, Maduro crea una Asamblea Nacional Constituyente con la cual muchos expertos consideran que consolidó la dictadura y en 2018, en la jornada electoral, quedó claro que no respeta ya ninguna regla de la democracia. En 2019, Maduro emprendió su lucha interna con Juan Guaidó como principal enemigo. “A la gente se le olvida que el actual gobierno es igualmente ilegítimo”, comenta el excanciller Julio Londoño.

Como se recordara, el presidente del parlamento venezolano se autoproclamó ese año como “presidente encargado” de Venezuela en una jornada multitudinaria en la Plaza Juan Pablo II de Caracas.

“Juro asumir formalmente las competencias del Ejecutivo Nacional como el presidente encargado de Venezuela para lograr el cese de la usurpación, un gobierno de transición y tener elecciones libres”, dijo en su momento en una manifestación pública. Numerosos gobierno del mundo, encabezados por el de Estados Unidos, con Donald Trump, y por el de Colombia, con Iván Duque, lo reconocieron como el presidente legítimo de Venezuela. Maduro había asumido días antes, también en enero, el poder en ese país.

Por años, la misión de Maduro fue perseguir a Guaidó y no dejarlo entrar o salir de Venezuela. Uno de los hechos que más se recuerdan de ese periodo fue cuando el líder político tuvo que salir por trocha de Venezuela, para asistir al muy concurrido concierto que se hizo por la democracia de ese país en la frontera con Colombia, organizado por Richard Branson, y al que asistieron varios mandatarios de la región, incluido Iván Duque.

Un helicóptero de las fuerzas aéreas colombianas lo estaba esperando, apenas logró cumplir esa travesía. Guaidó tenía una orden judicial en su contra que le impedía salir del país. Maduro cerró las fronteras no solo para impedir el paso de Guaidó, sino también para evitar que llegara la ayuda humanitaria que se había organizado alrededor de ese concierto.

Un año después, Guaidó ganó las elecciones de nuevo como presidente del parlamento y la historia se repitió. El régimen quería evitar como fuera un acto así de simbólico contra su gobierno y le quitó al edificio la luz. También dispuso cercos policiales. Más de 100 congresistas los cruzaron a las malas y posesionaron a Guaidó a oscuras.

El tiempo desdibujó el rol de Guaidó y el papel de presidente interino no logró al final su cometido más importante: lograr quebrar el poder de Maduro y sacarlo de Miraflores.

Maduro ha logrado siempre sacar del camino a sus opositores. Quizás contra quien ha actuado con más ferocidad en los últimos años es con María Corina Machado. La líder venezolana tiene una fuerzas indiscutible y arrolladora en su país. Y era claro que habría arrasado en las elecciones. En octubre del año pasado, ganó por más del 92% las elecciones primarias.

La dictadura entonces decidió evitar a toda consta que pudiera postularse. La vía para atajarla fue judicial. La Corte Suprema de Venezuela la inhabilitó políticamente por 15 años por haber “sido partícipe de la trama de corrupción orquestada por el usurpador Juan Antonio Guaidó, que propició el bloqueo criminal a la República Bolivariana de Venezuela, así como también el despojo descarado de las empresas y riquezas del pueblo venezolano en el extranjero, con la complicidad de gobiernos corruptos”.

Luego, no permitió que la candidata que ella había designado, Corina Yoris, se pudiera inscribir. Le quitaron la luz y el acceso a Internet, y luego el CNE impidió su postulación como candidata de la opositora Plataforma Unitaria. Al final, la oposición decidió rodear la candidatura de González, quien ganó las elecciones el pasado mes de julio.

Maduro llamó a “salir a las calles por millones” para su juramentación este viernes. “El 10 juro con Maduro por el futuro”, reza uno de sus eslóganes. El jueves, el régimen detuvo brevemente a María Corina Machado. Su equipo político reportó que fue “retenida por la fuerza” y luego liberada. El gobierno tachó el hecho de “invento” y “mentira”. “Si la decisión fuera detenerla, ya estuviera detenida”, dijo por su parte el ministro del Interior, Diosdado Cabello.