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“Nos sentimos como muebles”: dura carta de abuelo abandonado por confinamiento
El anciano de 79 años hizo llegar la comunicación al portal 20 Minutos, en ella expresa lo triste que se siente al ver que ya nadie se acuerda de ellos, ‘los que más hemos sufrido la muerte en esta pandemia’.
“Soy el grito sordo y mudo de miles de personas que pedimos ayuda. Somos los abuelos que habitan las residencias. Los que más hemos sufrido la muerte en esta pandemia, muchos se fueron y no volvieron”, estas son las primeras líneas con las que Manuel Sánchez de 79 años, inicia una dura y triste carta que envió al portal de noticias 20 Minutos en España, para narrar la situación en la que se encuentran.
La carta está cargada de nostalgia y tristeza, pero también de muchas verdades. Y es que en ella, el anciano recuerda cómo su población, los adultos mayores, han sido quienes más han muerto durante la pandemia por la covid-19 y cómo ahora “nadie se acuerda ya”.
“Queremos y necesitamos buscar soluciones y darle luz a la dura realidad que vivimos en nuestros centros, que se han convertido en cárceles para nosotros. Somos prisioneros inocentes, no hemos muerto por la Covid pero nos van a matar la soledad y la pena”, narra el anciano.
En la carta, Sánchez detalla cómo llegó al centro para adultos. Asegura que hace 26 años sufrió un derrame cerebral y “desde entonces y hasta hace 2 años mi familia me ha estado cuidando y mimando todos los días, dándome su amor y dedicación”, explicando que su cabeza funciona bien, pero su cuerpo no.
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“Quedé hemipléjico. Hace dos años que estoy en una residencia porque mi familia ya no me podía atender. Hemos derramado muchas lágrimas porque ha sido una decisión muy dura y difícil para todos”, insiste.
Una de las partes más conmovedoras de la carta tiene lugar cuando el adulto mayor asegura que su única alegría era ver diariamente a la familia, que le llevaran siempre “alguna cosita para alegrarme un poco el día (un zumo, un bollito...)”, además de poder darle un paseo.
“De repente todo esto se paraliza. Nos confinan, nos aíslan, la mayoría no podemos comunicarnos con la familia”, agrega que se sienten como muebles porque no se pueden valer por ellos mismos.
Sánchez asegura que no quiere buscar culpables, “por lo mal que lo hicieron las administraciones, Gobierno y altos directivos de las residencias (con el tiempo ya se irán depurando responsabilidades)”, declara.
En otro apartado de la carta, el anciano dice tener la sensación de que se han olvidado de ellos.
“No nos pueden traer nada de comida (ni siquiera un simple caramelo). El enemigo parece que es la familia. Nos vigilan para que no se nos acerquen y no nos toquen. Es muy triste señores, pero muy triste de verdad. No podemos entenderlo”.
Finalmente dice entender que hay que tomar medidas y que quizás haya una buena solución, como por ejemplo, que loso familiares lleven una prueba PCR negativa, que demuestre que no tienen el virus.
“No sé, alguna solución para poder estar con ellos de otra manera, porque esta situación nos está quitado las ganas de vivir y ya estamos en el límite y no aguantamos más”, sentencia.
“Nos sentimos abandonados por una sociedad que no ve más allá de su mascarilla y de su incómoda nueva realidad. Piensen un poco en nosotros. Les necesitamos”.
Tal y como lo narra este anciano español en su conmovedora carta, desde el inicio de la pandemia los adultos mayores fueron clasificados como la población de más alto riesgo frente a la covid-19, razón por la que en muchos países su cuarentena fue más estricta y larga que la de otras poblaciones.
Incluso en Colombia, el pasado mes de julio, un grupo de ancianos mayores de 70 años lograron que un juez de Bogotá fallara la tutela que instauraron pidiendo un trato igual al de todos los ciudadanos frente a la pandemia, pues según ellos, sentían que pasaron a ser “excesivamente” protegidos por el Estado".
La sentencia de tutela de primera instancia, dictada el 2 de julio de 2020, estableció que las personas mayores de 70 años podrían desarrollar actividades físicas al aire libre. Aunque el Gobierno del presidente Iván Duque no apoyó la decisión sí la acató, a pesar de las promesas del mandatario sobre una apelación.