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Papa León XIV pide mirar como “prójimo” a cualquier persona sin importar nacionalidad, en su primera misa en Castel Gandolfo
El sumo pontífice llegó el pasado 6 de julio para pasar dos semanas de descanso en esta pequeña ciudad situada a unos 30 kilómetros al sureste de Roma.

El Papa León XIV invitó este domingo, 12 de julio, a reconocer como “prójimo” a toda persona, sin importar su nacionalidad o religión, en una homilía centrada en la parábola del buen samaritano que, a su juicio, “provoca contra el riesgo de una fe acomodada” y desafía a la actualidad y sacude la tranquilidad de las conciencias.
“A veces nos contentamos solamente con hacer nuestro deber o consideramos como nuestro prójimo sólo a quien es de nuestro círculo, a quien piensa como nosotros, a quien tiene la misma nacionalidad o religión; pero Jesús invierte la perspectiva presentándonos un samaritano, un extranjero y herético que se hace prójimo de aquel hombre herido. Y nos pide que hagamos lo mismo”, señaló este domingo el Pontífice.
Con estas palabras, el papa León XIV explicó que la parábola del buen samaritano habla de la mirada que Dios ha tenido hacia la humanidad, para que la sociedad “aprenda a tener sus mismos ojos, llenos de amor y compasión hacia los demás” y recordó las veces que el papa Francisco dijo que “Dios es misericordia y compasión” y que Jesús “es la compasión del Padre hacia los fieles, convirtiéndose “en el buen samaritano que fue al encuentro”.
“¿Qué hacemos nosotros? ¿Vemos y pasamos de largo, o nos dejamos traspasar el corazón como el samaritano?” preguntó el pontífice a los miles de fieles presentes en la parroquia, para después recordar que la parábola desafía “por el hecho de que Cristo es manifestación de un Dios compasivo”.
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“Creer en Él y seguirlo como sus discípulos significa dejarse transformar para que también nosotros podamos tener sus mismos sentimientos; un corazón que se conmueve, una mirada que ve y no pasa de largo, dos manos que socorren y alivian las heridas, los hombros fuertes que se hacen cargo de quien tiene necesidad”, indicó.
El sumo pontífice ofició su primera misa en el Castel Gandolfo, donde está pasando sus vacaciones, en la parroquia de San Tomás de Villanueva, ubicada en la plaza principal de la localidad.
“Me alegra estar entre ustedes (...) y les agradezco a todos su cálida bienvenida”, declaró el papa, de pie frente a las puertas del Palacio Apostólico, flanqueado por dos guardias suizos con uniforme de gala.
Su estancia era muy esperada en la localidad, ya que revivió una tradición abandonada por su predecesor, Francisco, quien prefirió permanecer en el Vaticano y transformó la residencia papal en un museo.

León XIV llegó a las Villas Pontificias de Castel Gandolfo el pasado domingo 6 de julio, donde se alojará hasta el próximo 20 de julio. En este lugar, que el Papa Juan Pablo II llamó cariñosamente “Vaticano número dos”, celebró la Santa Misa este domingo, mientras que el 20 de julio la celebrará en la Catedral de Albano, que había sido asignada al entonces cardenal Prevost como Iglesia titular en el Consistorio para la creación de los cardenales.
A pesar de la lluvia, miles de personas, tanto fieles como turistas, llenaron las calles para vislumbrar al líder de la Iglesia católica.
Unos minutos antes, Robert Francis Prevost había presidido la misa en la iglesia de Santo Tomás de Villanueva y luego cruzó la Plaza de la Libertad entre los vítores de la multitud.
“No olvidemos orar por la paz y por todos los que sufren y necesitan ayuda a causa de la guerra”, concluyó el papa.
*Con información de Europa Press y AFP