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Pareja colombiana deportada tras 35 años en EE. UU. rompe el silencio y da detalles de su nueva vida sin sus hijas
En el programa de televisión ‘Los informantes’, Gladys y Nelson González hablaron sobre la pesadilla que vivieron tras ser expulsados de Estados Unidos.

El reconocido programa periodístico de Caracol Televisión Los informantes publicó un reportaje sobre la historia de una pareja de colombianos que fue deportada desde Estados Unidos en el mes de marzo, tras haber vivido 35 años en el país norteamericano.
Gladys, de 55 años, y Nelson González, de 59, fueron detenidos tras un control de rutina en las oficinas de ICE y fueron expulsados de Estados Unidos después de residir por más de 30 años junto a sus hijas en California.
La pareja logró viajar a Estados Unidos y echar raíces, tener un buen trabajo y hacer amigos, pero, lastimosamente, nunca legalizaron su residencia en el país y fueron deportados a Colombia.

Durante la entrevista realizada por la periodista María Elvira Arango, Gladys confesó que a sus 18 años decidió irse de Colombia y buscar nuevos horizontes en Estados Unidos, “tenía 22 años, estuvimos unos días en la Ciudad de México y después nosotros viajamos a Tijuana, o sea, nosotros cruzamos por Tijuana”, dijo al medio colombiano.
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Mientras los oficiales hacían cambio de turno, en un lapso de unos 15 o 30 minutos, en ese momento Gladys cruzó la frontera mientras era cargada por otras personas tras quedar en “shock”, “era arena, un charco y pasabas y ya estabas en la playa San Diego”, dijo la mujer que narró lo que fue para ella ese momento de 1989.
Gladys contó en Los informantes que trabajaron en muchas cosas durante el tiempo que permanecieron en Estados Unidos, “lavar platos, limpieza, pintar apartamentos”, dijo la colombiana, asegurando que incluso también trabajaron repartiendo periódico en las calles y las principales casas de la ciudad.
Con esfuerzo y dedicación, la pareja colombiana se instaló en California, en un momento en el que Colombia sufría los rezagos de la violencia y cuando miles de migrantes decidieron dejar el país y echar raíces en Estados Unidos.

“Nosotros aplicamos por asilo, cuando nosotros llegamos, nos dieron nuestro permiso de trabajo, nuestro social security”, dijo Gladys.
Sus tres hijas nacieron en Estados Unidos, de esta manera, ellas contaban con la documentación legal necesaria para quedarse dentro del país; sin embargo, la deportación las alejó de sus padres, quienes sí tuvieron que regresar por la fuerza a Colombia.
Nelson se dedicó por 21 años a hacer exámenes médicos para seguros de vida, pero, en 1994, se presentaron ante la corte y gracias a una inconsistencia en la información de entrada al país, las cosas se complicaron y no pudieron sustentar un error que habían cometido.
“Desde ese tiempo empezamos a apelar nuestro caso, desafortunadamente el abogado fue a la cárcel”, dijo, mientras continuaban renovando su permiso de trabajo que les permitía seguir en el país, ya que el caso estaba pendiente.
Durante 13 años, la pareja se presentó ante las autoridades migratorias competentes, cada tres meses, cada seis meses y después de cada año, y aunque le renovaban el permiso de trabajo, seguían siendo residentes ilegales.

“Fue trágico”
Gladys contó a Los informantes que la expulsión de ella y su esposo del país fue “trágica”, ya que el viernes 21 de febrero fueron a cumplir la cita de siempre, pero no se imaginaron que serían deportados.
“Nos dijeron que eran las nuevas reglas de la administración, nosotros estamos haciendo nuestro trabajo”, contó la colombiana sobre su encuentro con las autoridades migratorias. A ella le dieron un año más para permanecer en el país, a su esposo le dijeron que debía salir inmediatamente, así que ella decidió salir con él.
De inmediato quedaron detenidos, no hubo forma de que fueran a recoger sus cosas ni hacer nada más, según cuenta el medio, 35 años en el país norteamericano se habían terminado drásticamente.
“Ese día sentí que dejé a mi familia atrás, hasta ese momento estaba todo perfecto, me dolió mucho la manera en que a mi esposa la esposaron, me dolió bastante”, dijo Nelson.

Pese a los abogados que pagaron durante los últimos años, la pareja fue expulsada del país y ahora vive una nueva vida en Colombia, sin poder entrar a Estados Unidos y a la espera de que sus hijas sean quienes los visiten.