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“Petro y Trump tienen el mismo perfil psicológico”, Fernando Cepeda habla de Colombia en medio de las tensiones del mundo

El exministro y exembajador Fernando Cepeda es uno de los sabios de la tribu de la política internacional. Explica por qué se viven vientos de guerra mundial y el papel que cumplen Trump, Putin y Xi Jinping. Habla del Gobierno Petro en este ajedrez.

Cristina Castro

Cristina Castro

Editora General

24 de mayo de 2025, 4:34 a. m.
Exministro y exembajador Fernando Cepeda | Foto: HELEN RAMÍREZ

SEMANA: El mundo se ve hoy patas arriba. ¿Tiene la misma impresión?

Fernando Cepeda: Es la primera vez en mi vida y en mis recuerdos que veo una situación política internacional tan difícil y luego una política comercial con consecuencias tan complejas. Y que ambas coyunturas estén entrelazadas de esa manera no lo había visto nunca.

SEMANA: En el escenario mundial, hay ambiente de guerra. Europa está enseñando a sus ciudadanos a construir búnkeres. ¿Es tan grave la cosa?

F.C.: Antes de entrar en la guerra, quisiera decir que para mí lo más sorprendente de lo que está pasando es la ruptura entre Estados Unidos y Europa. El momento crítico fue en febrero, con el discurso del vicepresidente JD Vance en Múnich. Les dijo que ya no eran demócratas y que no compartían los mismos valores. Fue impresionante. Tanto es así que la persona que clausuró el evento, un señor muy respetable y mayor, lloró por estar ante el fin de una relación de 80 años, para no contar las dos guerras mundiales. No hay que olvidar que Estados Unidos salvó a Europa dos veces. Eso es lo que Trump está desbaratando.

Emanuel Macron, presidente de Francia
Emanuel Macron, presidente de Francia | Foto: Getty Images

SEMANA: ¿Pero Europa siente que viene una guerra?

F.C.: Es lo que más me preocupa: volvimos a hablar de guerra. Pero ya no es una guerra convencional, como la que se vive en Ucrania o el Medio Oriente. El gran temor es una guerra nuclear. Putin tiene el mayor arsenal atómico en el mundo y amenaza a Europa de manera permanente. En toda la Unión Europea, solo Francia tiene un pequeño arsenal. Macron dijo que le ofrecía la “sombrilla nuclear” a Europa para protegerse. Pensé: “Dios mío, ¿qué está diciendo?”. Y luego, lo que menciona, hay advertencias de Francia y España a sus ciudadanos sobre búnkeres. En todo esto hay una frase famosa que es de Reagan y Gorbachov. Ambos se reunieron y llegaron a concluir: “Una guerra nuclear nunca se va a ganar. Y una guerra nuclear nunca debe suceder”.

SEMANA: ¿Entonces para qué esos arsenales?

F.C.: Un arsenal atómico en el mundo no es para hacer una guerra, sino para evitarla. Es un disuasivo. Cumplió un papel primariamente cuando se usó dos veces. Hoy sabemos que gracias a haberla usado en Hiroshima y Nagasaki se le puso fin a la guerra mundial, porque Japón no cedía. Entonces, Truman, que ya estaba en el poder por la muerte de Roosevelt, cuentan los historiadores, hizo unos cálculos con asesores sobre cuántos muertos habría particularmente de Estados Unidos si continuaba la guerra con Japón. Y concluyeron que habrían sido muchos más.

SEMANA: ¿El riesgo de que estalle una guerra está en Putin?

F.C.: En Putin, sí. Ese es el tema. Putin tiene las armas, ya no tiene nada más. Rusia no es una economía poderosa, no es un centro científico, no es una superpotencia. Los valores, las percepciones, el horizonte de una persona como Putin son bien diferentes de lo que se siente en Occidente. Entonces, yo veo eso siempre con un temor terrible.

SEMANA: ¿Por qué Putin podría querer una guerra?

F.C.: Hay una frase que me quedó sonando de un autor israelí que todo el mundo lee, Yuval Noah Harari. Él dice que es un error frecuente subestimar la capacidad de la estupidez humana. No se me olvida esa frase. Yo creo que hay que tener en cuenta siempre la importancia de la estupidez humana, porque la historia está llena de ejemplos de grandes estupideces. Entonces, sí se puede generar una guerra por cualquier estupidez en un momento dado.

Donald Trump y Vladimir Putin
Donald Trump y Vladimir Putin | Foto: AFP

SEMANA: ¿La llamada entre Trump y Putin de esta semana alivia las cosas?

F.C.: Sí. Las alivia. De todas maneras, esa relación a veces misteriosa entre Putin y Trump ayuda en la actual situación mundial. Es algo muy extraño. Algunos lo ven como un chantaje. Otros lo ven como una forma de evitar una alianza de Putin con China. Pero fíjese que el papa Francisco habló de tercera guerra y el papa León XIV también.

SEMANA: ¿Por qué Europa no puede rendirse frente a Ucrania?

F.C.: Porque se acabaría lo que se llama “el orden mundial”. Porque es inaceptable legalizar la violación de un país grande contra uno pequeño, débil y desarmado, porque uno de los grandes logros del derecho internacional tras la Segunda Guerra es el respeto de las fronteras. Porque hoy es Ucrania, mañana Venezuela y el Esequibo, luego China y Taiwán. El efecto dominó sería imparable.

SEMANA: También vive el mundo una guerra comercial. ¿Qué piensa de la pelea entre China y Estados Unidos, ahora en pausa?

F.C.: El primer ministro británico, Starmer, aliado histórico de Estados Unidos, dijo que la decisión de Trump es una nueva era en la economía global. Es tremendo eso. El tema con China es que sí es un competidor de verdad de Estados Unidos. Aparte de su tradición histórica, imperial y lo que ha logrado en cuatro décadas, que no es cualquier cosa, lo que define lo que está pasando es la expresión overcapacity. Es la sobrecapacidad exagerada y excesiva de China en todos los campos, particularmente en el tema de productividad. China tiene hoy producciones que desbordan cualquier producto y puede ponerlos a precios realmente ridículos. Para no hablar de su inteligencia artificial y el DeepSeek. Es miedoso, realmente, porque es desbordante. Claro, no hay comercio mundial que aguante eso. Y Estados Unidos mucho menos.

El presidente chino, Xi Jinping (izquierda), estrecha la mano del presidente colombiano, Gustavo Petro, tras pronunciar su discurso inaugural en la ceremonia inaugural de la Cuarta Reunión Ministerial del Foro de China y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), en el Centro Nacional de Convenciones de China, en Pekín, el martes 13 de mayo de 2025.
El presidente chino, Xi Jinping (izquierda), estrecha la mano del presidente colombiano, Gustavo Petro, tras pronunciar su discurso inaugural en la ceremonia inaugural de la Cuarta Reunión Ministerial del Foro de China y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), en el Centro Nacional de Convenciones de China, en Pekín, el martes 13 de mayo de 2025. | Foto: AP

SEMANA: ¿El presidente Petro provoca a Trump con la entrada de Colombia a la Ruta de la Seda?

F.C.: Sin duda. Es que el momento no era oportuno, como lo ha dicho José Antonio Ocampo en su reciente columna. No es que Colombia no tenga derecho a hacerlo. El tema es cuándo era mejor hacerlo. Nuestro aliado, Estados Unidos, esperaba un comportamiento diferente de Colombia en su confrontación tremenda con China. Y nosotros resolvimos pasar por alto eso. Como China y Estados Unidos estaban conversando en Ginebra, el Gobierno resolvió que no había problema. Colombia renunció a este papel de aliado estratégico.

SEMANA: ¿Qué busca China en América Latina?

F.C.: Quizás la persona en Estados Unidos que conoce mejor el tema es Margaret Myers. Ella produjo unos mapas con una institución chilena sobre el influjo de China en todos los países del continente, y es impactante. Están en todo: energía, infraestructura, telecomunicaciones, puertos, defensa. Creo que Estados Unidos jamás tuvo esa presencia. Y yo diría que no podría reemplazarla.

SEMANA: Y en todo este enredo del mundo, ¿dónde queda Colombia?

F.C.: Colombia, el 26 de enero, perdió 200 años de una relación de amistad y confianza con Estados Unidos por un error descomunal de Petro.

SEMANA: ¿Usted cree que descertificarán al país?

F.C.: Personas que han estado en Washington cuentan que Estados Unidos ya anunció que la descertificación es un hecho. Nunca en la historia se había anticipado tanto una descertificación y mucho menos con tanto tiempo. Y creo que los críticos de Petro tenemos que hacer algo: luchar para que no descertifiquen al país.

Fueron varias horas de tensión las que hubo entre Colombia y Estados Unidos.
"Ambos tienen unas características que han sido estudiadas y es que son narcisistas y megalómanos" | Foto: Getty Images

SEMANA: ¿Por qué?

F.C.: Porque eso es lo mejor que le puede pasar a Petro. Es una bandera electoral. Solo falta un año para las elecciones. Es un bocado de cardenal. Petro quiere que lo descertifiquen. Estuve en reuniones en Estados Unidos cuando Colombia estaba descertificada y argumentamos que mantener esa medida era darle un triunfo a Ernesto Samper. Y, después de eso, nos levantaron la descertificación. Hay un editorial del Washington Post de la época que explica eso.

SEMANA: Lo escuché decir que Gustavo Petro y Donald Trump son muy parecidos.

F.C.: Sí, claro, son muy parecidos. Ambos tienen unas características que han sido estudiadas y es que son narcisistas y megalómanos. Ambos. Eso los lleva a tomar el tipo de decisiones que toman y asumir ciertas actitudes, frente a las que uno se pregunta: “¿Pero cómo se le va a ocurrir, cómo va a hacer eso?”. Petro levantó la mano este 26 de enero y dijo: “Me pido ser el primero en pelear con este señor que domina el mundo”. Eso es una expresión de narcisismo y de megalomanía. Y pasó lo que pasó. Lo que digo es que ellos tienen el mismo perfil psicológico. Actúan de maneras muy parecidas. Y, claro, chocan porque están buscando lo mismo.