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Presidente de la AFP habla con SEMANA de Donald Trump y el periodismo. Explica por qué no llaman “terroristas” a Hamás

El presidente mundial de la AFP, Fabrice Fries, habla de Donald Trump, del conflicto en el Medio Oriente, de Venezuela y de la inteligencia artificial. Anuncia desde Bogotá que la ciudad será una sede importante de su trabajo.

Cristina Castro

Cristina Castro

Editora General

22 de febrero de 2025, 5:50 a. m.
“Hacemos unos 2.500 despachos de texto cada día. Publicamos 3.000 fotos y al menos 250 videos”.
“Hacemos unos 2.500 despachos de texto cada día. Publicamos 3.000 fotos y al menos 250 videos”. | Foto: esteban vega la-rotta-semana

SEMANA: Las agencias de noticias, que suelen tener el papel más discreto del periodismo, saltaron a los titulares esta semana por el veto del presidente Trump al corresponsal de AP. ¿Siente en riesgo la libertad de expresión?

Fabrice Fries: Lo que está sucediendo es muy preocupante. La libertad de expresión está siendo utilizada como arma por los seguidores de Trump contra cualquier tipo de regulación y contra las democracias. Eso fue lo que ocurrió en la conferencia de Múnich con el vicepresidente J. D. Vance, quien dijo que Europa estaba censurando a su población, y que la censura en Europa era una manera de prevenir que la extrema derecha llegara al poder. Esto es muy preocupante. Creo que los europeos, al menos, tienen una visión muy diferente de lo que debe ser la libertad de expresión. La libertad de expresión no es la amplificación gratuita de mentiras e insultos. En Europa hay leyes para evitar el abuso de la libertad de expresión. Creo que debemos mantenernos firmes frente a aquellos que quieren destruir este sistema de valores.

SEMANA: ¿Cuál es la posición de AFP sobre ese veto a la AP que, además, es por una razón bastante particular: no llamar al golfo de México, golfo de América?

F.F.: Una posición de solidaridad. Asistimos a una reunión organizada por la White House Correspondent Association. Se emitió una declaración que fue firmada por todos los medios que tienen un asiento en la sala de prensa de la Casa Blanca. Así que es una expresión de solidaridad. Veremos qué sucede.

SEMANA: ¿Hay algún debate interno sobre cómo cubrir ahora la Casa Blanca?

F.F.: Tenemos que mantener la línea y atenernos a los hechos. Mantener la calma y mantenernos superprofesionales. Necesitamos redoblar nuestros esfuerzos; de hecho, en el respeto a nuestra carta editorial, porque es nuestra mejor protección.

El presidente estadounidense Donald Trump habla con los reporteros a bordo del avión presidencial mientras viaja de West Palm Beach, Florida, a Nueva Orleans, el domingo 9 de febrero de 2025. (Foto AP/Ben Curtis)
El presidente Trump vetó a un grupo de periodistas por negarse a llamar "golfo de América" al golfo de México. | Foto: AP

SEMANA: La AFP es una agencia muy grande con presencia en casi todo el mundo. ¿Cómo funciona?

F.F.: Sí, la AFP es una de las tres agencias de noticias del mundo, junto con Reuters, que es canadiense, y la Associated Press, que es estadounidense. AFP es europea, con sede en París. Tenemos 2.600 empleados, de los cuales 1.800 son periodistas, y lo que nos distingue de la competencia es nuestra vasta red de periodistas en el terreno. Intentamos cubrir el mundo desde todos los ángulos. Por ejemplo, cuando en Siria cayó Bashar al-Assad fuimos los primeros en informar, porque nunca cerramos nuestra oficina allí. Informamos en seis idiomas y hacemos textos, fotos y videos. Hacemos unos 2.500 despachos de texto cada día, publicamos 3.000 fotos y al menos 250 videos, de los cuales 50 son en vivo.

SEMANA: ¿En qué se diferencian de un medio?

F.F.: Nuestros clientes son los medios. En otras palabras, nuestros periodistas trabajan para los periodistas de los medios. Así el medio no necesita financiar una red, una red muy costosa de corresponsales, porque nosotros hacemos eso. Proporcionamos la información en bruto en texto e imagen. Nuestra misión es reportar solo los hechos de la manera más honesta posible. Una agencia no tiene una línea editorial. Un medio puede tener una postura editorial. Publicamos hechos, sin comentarios, sin editoriales, sin opiniones.

SEMANA: Aun con este mantra, ustedes han sido criticados por falta de neutralidad. Por ejemplo, en el conflicto en el Medio Oriente por ser antiisraelíes.

F.F.: Sí, es una lucha constante. A veces es muy difícil. Algunos de nuestros periodistas en la región del Medio Oriente tienen una opinión sobre el conflicto, y deben hacer un esfuerzo para que esta opinión no se refleje en su producción. Muy a menudo nos acusan de enarbolar la neutralidad como una bandera, como si fuera hipócrita. Nuevamente, a veces hay errores, pero no puede haber sesgo, porque, de lo contrario, estamos muertos. Es un veneno para una agencia ser acusada de sesgo. De nuevo, puede haber errores, y los hay, porque el periodismo es una profesión humana.

Ya que mencionan el conflicto en Israel y Gaza, nos han acusado tanto de ser propalestinos como proisraelíes. Esto refleja claramente la sensibilidad del conflicto y la dificultad para mantener la neutralidad. También intentamos dar mucho contexto, tanto como podamos. Y, a veces, eso es criticado. Por ejemplo, está el horror de la masacre del 7 de octubre. Nuestro deber es explicar las raíces del conflicto y tratar de encontrar algunas, no excusas, sino explicaciones de por qué esto sucedió. Ambos lados nos critican por dar contexto. Esto es lo que a veces los expertos llaman la escandalización del contexto. Nosotros nos ceñimos a los hechos y los contextualizamos.

Combatientes de Hamas llegan en una camioneta al lugar de la entrega del rehén Agam Beger a la Cruz Roja en el campo de refugiados de Jabalya en la ciudad de Gaza, el jueves 30 de enero de 2025. (Foto AP/Mohammed Hajjar)
La AFP no llama "terroristas" a ningún grupo, incluso a Hamás. | Foto: AP

SEMANA: ¿Por qué no llaman a Hamás un grupo terrorista?

F.F.: Es una regla antigua, es una regla editorial, que, por cierto, también es seguida por nuestros competidores, Reuters y AP. Después del ataque del 11 de septiembre, hubo esta guerra contra el terrorismo declarada por George W. Bush, y la palabra “terrorista” se usó para definir tantos objetivos que perdió valor. Entonces, la redacción decidió, en ese momento, que ya no usarían la palabra “terrorista” para calificar ninguna organización, por horrible que fuera. Por ejemplo, a Boko Haram en África, a las Farc en Colombia, no las llamamos terroristas.

Así que no es una regla que se aplica solo a Hamás. ¿Cómo llamamos a Hamás, por ejemplo? Lo llamamos una organización islamista con una rama militar, que es reconocida como terrorista por Israel, la Unión Europea y Estados Unidos. Es muy largo, pero la razón por la que podemos hacerlo es porque nuestro cliente no es el público general, sino los medios. Mucha gente ve allí un atajo: “Oh, no se atreven a llamar a las cosas por su nombre”. Pero la regla fue diseñada mucho antes y aplica a todas las organizaciones.

SEMANA: ¿Cuál es la presencia de AFP allá?

F.F.: Tenemos una oficina en Jerusalén con unas 20 personas, otra en Ramala con ocho personas y otras diez en la ciudad de Gaza. Hace seis meses logramos evacuar de Gaza a todos nuestros empleados y estamos acudiendo a corresponsales locales. Lo que es muy único con este conflicto es que ningún periodista externo tiene permitido entrar en Gaza, es un caso sin precedentes, que no ocurrió ni siquiera en Siria. Eso ayuda a los teóricos de la conspiración a alimentar noticias falsas. Claramente es un conflicto supersensible para cubrir, probablemente uno de los más sensibles en la historia moderna del periodismo.

SEMANA: ¿Es difícil cubrir a Venezuela? ¿Se han sentido amenazados por Nicolás Maduro?

F.F.: Sí, claro que nos sentimos amenazados. Venezuela y Nicaragua son países en los que el ejercicio del periodismo es muy peligroso. Tenemos el deber de proteger a nuestros periodistas en el terreno, así que tratamos de ser lo más cautelosos posible y hacer nuestro trabajo lo mejor que podamos. En Nicaragua ya no podemos cubrir el país; de hecho, desde el terreno. Debemos hacerlo desde afuera, porque no puedes entrar a Nicaragua si eres periodista.

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La inteligencia artificial no reemplazaría la totalidad del periodismo, según el presidente de la AFP. | Foto: Generada con Grok IA

Semana: Usted se ha convertido en una voz líder en el difícil debate de los medios y la inteligencia artificial. ¿La IA es un problema para el periodismo?

F.F.: Es un problema y una oportunidad, por supuesto. El periodismo en terreno jamás será amenazado por la IA, porque trabajar con fuentes y hacer reportajes con un toque humano es un trabajo que solo pueden hacer los humanos. La IA va a transformar la edición de noticias. Pero ahí, las ganancias de productividad que genera la IA nos ayudarán a reasignar más recursos en el terreno.

La IA también es una oportunidad en términos de negocio. Hemos firmado recientemente un acuerdo con el único jugador europeo de IA que compite con los grandes jugadores estadounidenses. Se llama Mistral. Y estamos poniendo a disposición del chatbot todos nuestros despachos de texto desde los años ochenta, para que cuando se responda a una consulta se brinde información de calidad basada en hechos. Así que esta es una perspectiva muy prometedora.

SEMANA: También es claro en AFP que hay un interés por cubrir en profundidad ciertos temas, como el medioambiente. ¿Eso es algo hecho a propósito?

F.F.: Sí, en la agencia tenemos dos prioridades editoriales. Una es lo que llamamos el futuro del planeta. Así que ahí está el clima, por supuesto. Pero no solo buscamos exponer todos los problemas y calamidades, sino también las soluciones. Y la segunda es el mundo digital, la IA precisamente. Así que hemos designado a algunos corresponsales especializados en tecnología en las principales regiones. Estas son nuestras dos prioridades editoriales.

SEMANA: Ha estado en Colombia muchas veces. ¿Qué le gusta de nuestro país?

F.F.: La vibra.

SEMANA: ¿Cuál es el propósito de esta visita?

F.F.: Estamos haciendo de Bogotá nuestro centro regional para las operaciones en América Latina, junto con Montevideo. Montevideo es el centro original. Ahora tenemos un equipo de 40 personas. Elegimos Bogotá porque es una ciudad vibrante, por su ubicación central en el continente y la alta calidad del periodismo que encontramos en Colombia.