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Proponen castración química para pedófilos: así sería la nueva medida extrema contra delitos sexuales
La propuesta está evaluando planes para hacer obligatorio el uso de drogas que suprimen los impulsos sexuales en delincuentes condenados por agresiones sexuales.


El Reino Unido estudia implementar una medida drástica para combatir los delitos sexuales: la castración química obligatoria para pedófilos y violadores.
La iniciativa, impulsada por la secretaria de Justicia, Shabana Mahmood, busca endurecer la respuesta judicial frente a los delitos de abuso sexual, especialmente aquellos cometidos contra menores.
La propuesta fue revelada por el medio británico The Sun, que en una publicación exclusiva señaló que Mahmood está evaluando planes para hacer obligatorio el uso de drogas que suprimen los impulsos sexuales en delincuentes condenados por agresiones sexuales.
Según estudios citados en el reporte, el uso de este tipo de tratamiento médico puede reducir la reincidencia en delitos sexuales hasta en un 60 %, lo que reforzaría su utilidad como herramienta de prevención y protección a potenciales víctimas.

Una fuente del Gobierno, citada por The Sun, afirmó: “Durante demasiado tiempo, nos hemos hecho la vista gorda ante la amenaza que representan los delincuentes sexuales, considerando que las soluciones son demasiado difíciles o desagradables”.
Actualmente, en el Reino Unido existe un programa piloto voluntario que ofrece castración química a ofensores sexuales en el suroeste del país. No obstante, la Revisión Independiente de Sentencias lo calificó como insuficiente, recomendando ampliar su cobertura.
En respuesta, el Gobierno planea expandir el programa a 20 prisiones en Inglaterra y Gales como fase previa a una eventual implementación a nivel nacional.
Sin embargo, Mahmood buscaría ir más allá del esquema voluntario. Según fuentes cercanas The Sun, la secretaria de Justicia estaría explorando la viabilidad legal y médica de imponer la castración química como medida obligatoria en ciertos casos, especialmente aquellos de reincidencia o de violencia extrema.
De acuerdo con los estudios, la castración química no implica intervención quirúrgica, sino la administración de medicamentos hormonales que reducen significativamente la libido y los impulsos sexuales.
El tratamiento ha sido utilizado en varios países, incluidos Corea del Sur, Polonia y algunos estados de EE. UU., como una herramienta para disuadir la reincidencia en delitos sexuales.