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¿Qué pasará con Venezuela y Nicolás Maduro a partir del triunfo de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos?
El presidente electo fue uno de los artífices del cerco diplomático a la dictadura y ahora promete endurecer las políticas contra los migrantes irregulares.
Donald Trump, uno de los artífices del cerco a Nicolás Maduro, regresa a la Casa Blanca. El expresidente republicano estará tomando posesión para un nuevo mandato presidencial justo diez días después de la fecha para la que se espera que el líder del régimen venezolano haya consumado el robo de las elecciones, pues su investidura para un nuevo mandato en el Palacio de Miraflores está programado para el 10 de enero de 2025.
Trump resultó ganador de las elecciones en Estados Unidos en el marco de una contienda en la que prometió cerrar la frontera entre Estados Unidos y México por la que cada día pasan centenares de ciudadanos latinoamericanos, muchos de ellos venezolanos. Además de realizar expulsiones masivas de migrantes.
La cuestión de la política exterior de Washington hacia Venezuela no fue un tema determinante en esta elección, salvo los comentarios que relacionaron la candidatura demócrata de la vicepresidenta Kamala Harris con la izquierda latinoamericana, muchos de estos suscitados por actores políticos de la región.
El regreso de Trump a la Casa Blanca significa el posible retorno de una política de mano dura contra la dictadura, pero también de restricciones para los millones de migrantes procedentes de diferentes partes del mundo que residen en territorio norteamericano.
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“El comportamiento de Donald Trump en su segunda administración frente a la situación en Venezuela es una de las grandes incógnitas. En esta elección el tema venezolano no estuvo tan presente como sí en otros momentos y el discurso de que el país podría convertirse en Venezuela no fue un eje central en las intervenciones de Trump”, detalló el investigador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, Ronal Rodríguez.
Las sanciones internacionales de Estados Unidos contra Venezuela comenzaron en 2017 aplicando medidas de carácter individual contra los líderes del régimen como Maduro o Diosdado Cabello, pero estas se acentuaron en 2019 por determinación de la administración republicana.
Sin embargo, el tiempo demostró que ni esas políticas, ni el cerco diplomático, ni el respaldo irrestricto al Grupo de Lima y a la oposición venezolana que para entonces encabezaba Juan Guaidó sirvieron como fórmula para sacar del poder a Nicolás Maduro. Contrario a ese escenario, el dictador terminó aferrándose al poder y robándose una nueva elección.
“Con Estados Unidos bajo esta nueva administración de Donald Trump son más las incertidumbres que tenemos que las certezas. Un ejemplo de esto es que preocupa el tono de Donald Trump por la diáspora de venezolanos que está en Estados Unidos”, llamó la atención el investigador Rodríguez.
La diáspora de venezolanos en el mundo ya ha dejado a 7,7 millones de personas por fuera de su país de los que al menos 545 mil viven en Estados Unidos, de acuerdo datos R4V. Empero, esa estadística podría ser mucho mayor porque esa plataforma solo tiene en cuenta los datos oficiales que han reportado las autoridades migratorias de los países y no está claro cuántos ciudadanos han cruzado la frontera de manera irregular.
El retorno de los venezolanos a su país de origen en un escenario que el presidente electo ha puesto sobre la mesa, anunciando las deportaciones masivas de migrantes bajo leyes vetustas como el Alien Enemies Act de 1798.
Sin embargo, las expulsiones necesitan una coordinación entre el gobierno expulsor y el país receptor, por lo que el regreso de esta población implicaría una coordinación entre la Casa Blanca y el Palacio de Miraflores. Si eso no sucede, estas personas terminarían llegando a un tercer Estado receptor que podría ser, incluso, Colombia.
En la agenda de la relación bilateral entre Estados Unidos y Venezuela también están asuntos como la exportación de petróleo desde el país suramericano, punto en el que la administración Biden flexibilizó las restricciones en un escenario global de confrontaciones en otros países productores de crudo, como Ucrania o Rusia.
“Los Estados Unidos se guían por un interés nacional y ese interés nacional ha sido enfrentarse a un Gobierno que tienen una tentación de irse por el camino no occidental. Para Estados Unidos, Venezuela tiene importancia solo en dos temas: la migración por la nueva oleada de personas que llegará a partir de enero del próximo año y el futuro del petróleo”, comentó el doctor en Ciencias Políticas y profesor universitario venezolano, Carlos Romero.
“Para Venezuela con mucha seguridad María Corina Machado que es la líder y Edmundo González van a recibir un apoyo, aunque no creo que estén en el primer plano porque hay cosas mucho más importantes para la Casa Blanca como la guerra en Ucrania y la situación en Medio Oriente que debe solucionar el presidente”, detalló Aneta de la Mar Ikonomova, docente de la Universidad Externado.
El triunfo de Trump despertó reacciones al unísono de la oposición venezolana. María Corina Machado le dijo al republicano que “el gobierno democrático que elegimos los venezolanos el pasado 28 de julio, y que constitucionalmente asume su mandato el 10 de enero de 2025, será un aliado confiable para trabajar con su administración por el bienestar de nuestra gente, el regreso de nuestras familias, la seguridad hemisférica, la estabilidad política de la región y el aprovechamiento real de nuestro potencial energético”, enviándole un guiño al nuevo mandatario para pedir la transición democrática de Venezuela.
La posición que asuma Donald Trump sobre el futuro de Venezuela y de Nicolás Maduro está por definirse en un mandato presidencial que promete el retorno de la mano dura en la política exterior de Estados Unidos.