Residentes de Palm Beach no quieren que Donald Trump Jr. y su pareja se muden a la zona

A las 2:00 de la tarde de este miércoles termina el mandato de uno de los presidentes más controversiales en la historia de Estados Unidos, Donald Trump. Incluso, hasta el último momento, el presidente número 45 de esa Nación dio de qué hablar. Se marcha de la Casa Blanca sin reconocer la victoria de su sucesor Joe Biden y se negó a asistir a la ceremonia de posesión.Por otra parte, se marcha con los índices de aprobación más bajos en la historia de los dos cargos. Quizás Melania Trump superó a Donald Trump en números, ella con un 42 % y su esposo con un 34 % de aprobación, pero, a fin de cuentas, se rajaron por partida doble: la primera por tener el índice de popularidad más bajo de la historia y el segundo por entrar al ‘honorable’ club de los únicos cinco presidentes que han salido del cargo con una aprobación por debajo del 40 %.Pero la polémica no para ahí y ahora corre por cuenta de Donald Trump Jr. y su esposa Kimberly Guilfoyle, quienes se mudarán en los próximos días a la exclusiva zona de Palm Beach y sus nuevos vecinos no están muy contentos con la noticia.Para los residentes, la llegada del hijo y la nuera de Donald Trump será una “pesadilla” o, por lo menos, así lo han calificado.La casa, que les costó $11 millones de dólares y está ubicada en el condado de Palm Beach, justo en frente del mar, cuenta con siete habitaciones y hace parte de Admirals Cove, una comunidad con alto poder adquisitivo, a 20 kilómetros de distancia de Júpiter, otro sector exclusivo de ese condado.El hijo mayor del mandatario número 45 de Estados Unidos planea mudarse junto con su esposa en marzo, dejando su residencia de Nueva York y estarán cerca de la familia de Guilfoyle, quien les compró la casa del lado por $9,5 millones de dólares.La pareja ha firmado contratos para comprar una propiedad frente al mar de siete habitaciones en Admirals Cove, una comunidad acomodada cerca de Jupiter, en el condado de Palm Beach.En diálogo con el diario local The Palm Beach Post, el gerente general de la asociación de propietarios, Peter Moore aseguró que desde que la pareja empezó a buscar casa en el condado, ha recibido por lo menos 30 llamadas de los vecinos alertados por la llegada de Trump y Guilfoyle.El sinsabor de los residentes de este exclusivo sector recae, al menos en un 50%, en la seguridad, pues temen que con el arribo de la pareja el condado quede sobreexpuesto. Otros apelan a “las preocupaciones políticas sobre lo que ha sucedido en las últimas semanas”, dijo Moore.“Hay informes de noticias que detallan el comportamiento inadecuado de la Sra. Guilfoyle mientras trabajaba en Fox News e informes de noticias sobre posibles investigaciones criminales de Donald Trump Jr.”, dijo uno de los residentes a la asociación de propietarios, haciendo referencia al presunto comportamiento indebido de Guilfoyle cuando trabajaba en Fox News y los informes que indican que el hijo mayor de Donald Trump estaría siendo investigado por lo ocurrido el pasado 6 de enero en el Capitolio.Cada persona que compre una casa en el Admirals Cove, debe comprar una membresía en el Admirals Club, la cual tiene un costo de $195.000 dólares para unirse. Al respecto, uno de los residentes dijo: “creo que su membresía traería una notoriedad indeseable al club, dañaría nuestra reputación y tendría el potencial de crear discordia”.Sin embargo, no todo es malo. Unos cuantos residentes aseguraron que la comunidad de ese exclusivo sector de Palm Beach se caracteriza por ser acogedora y que recibirán con los brazos abierto a los nuevos vecinos.Por su parte, el gerente general y director de operaciones del Admirals Club, Brett Morris, aseguró que la comunidad “se enorgullece” de ser inclusiva. “El Club no tiene voz sobre quién compra en Admirals Cove, (...) no puede desaprobar su afiliación”, agregó Morris.Admirals Cove cuenta con 888 casas, spa, gimnasio, 45 hoyos de golf, canchas de pickleballe y tenis, dos casas club, cuatro restaurantes, entre otros lujos.