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¿Trump 2024? El exmandatario y sus posibilidades de regresar a la Casa Blanca
La absolución en el Senado de Donald Trump durante su segundo juicio político dejó claro que el exmandatario sigue siendo el líder de su partido. Desde la Florida, el magnate prepara su regreso a la escena política mientras los senadores republicanos sienten el peso de no haberlo impedido.
La primera frase de Donald Trump tras ser absuelto por el Senado durante el juicio político en su contra, hoy retumba en los oídos de los 43 republicanos que apoyaron su absolución. La intriga en Washington antes de la toma del Capitolio el 6 de enero, era cómo y cuándo anunciaría Trump su candidatura presidencial para las elecciones de 2024. Se creyó que lo haría ese mismo día, pero se enfocó más bien en incitar a la turba que atacó el Capitolio dejando cinco muertos y decenas de heridos. Otra posible fecha era el 20 de enero, día de la posesión de Joe Biden como presidente, pero ya para entonces era el primer mandatario en la historia de esa nación en ser sometido a un segundo juicio político, acusado de incitar a la insurrección.
Para pesar de muchos republicanos, empezando por líder del partido Mitch McConell, hoy Trump es el primer exmandatario en ser absuelto dos veces por el Senado y aprovechó el momento histórico para el anuncio que llevaba rato queriendo hacer: “Nuestro histórico, patriótico y hermoso movimiento Haz América Grande de Nuevo apenas comienza”, eso dijo desde su mansión en la Florida y anunció que los próximos meses serán de mucha actividad política. Según personas cercanas a él, arrancaría haciendo campaña para recobrar el control republicano de la Cámara de Representantes el año entrante y la siguiente meta es la Casa Blanca en el año 2024.
Las aspiraciones políticas del exmandatario hoy son la resaca del Partido Republicano después de una semana de drama en el Senado de su nación. “Los republicanos de Trump cayeron a sus rodillas”, así lee hoy el titular de una de las columnas de opinión del diario The New York Times, que como muchas publicaciones en ese país acusan a los republicanos en el Senado de haber absuelto a Trump por una motivación más política que moral. Como suele suceder con las resacas, la retórica del fin de semana es hoy una realidad que para muchos es un dolor de cabeza que no desaparecerá: Donald Trump sigue siendo el líder del Partido Republicano y lo será por mucho tiempo más. Guste o no, el exmandatario –según reporta hoy la agencia Reuters– tiene un 70 % de apoyo entre los republicanos y es muy amigo de recordar al mundo que en las lecciones pasadas casi 75 millones de estadounidenses votaron por él.
Una vez terminado el juicio, comienza Trump una nueva etapa en su vida política. Sus allegados dicen que premiará con su apoyo a los republicanos que votaron por él en el Senado y que aspiran a ser reelegidos en sus cargos y a castigar a los 7 que votaron en su contra, de los cuales solo una, Lisa Murkowski, de Alaska, aspira a ser reelegida el año entrante. El apoyo a Trump en “su base” es indiscutible. Donde sí es cuestionable es en los corredores del poder en Washington, donde será más difícil a los senadores republicanos caminar con la cabeza en alto después del juicio donde fue evidente que el exmandatario fomentó durante semanas las acusaciones falsas que dieron paso a la violencia.
“Ahora que los republicanos dejaron pasar por alto la oportunidad de desterrarlo por medio del impeachment, ya no queda claro cómo ni cuando van a transformar a su partido en algo más que en un vehículo político para un demagogo semirretirado que fue rechazado por la mayoría de los electores”, así concluye Alexander Burn, analista político en esa nación.
El dilema de los republicanos lo ilustra mejor que nada el discurso del líder de ese partido en la Cámara Alta, Mitch McConell, quien votó en contra de condenar a Trump, pero de todas formas lo señaló como culpable de incitar la violencia y dejó abierta la posibilidad de una acusación criminal en su contra.
“No hay ninguna duda, ninguna, que el presidente Trump es, en los hechos y moralmente, responsable de haber provocado los acontecimientos de (la) jornada” del 6 de enero, declaró el influyente senador.
En el mismo discurso, McConnell justificó su voto en favor de la absolución de Trump, sosteniendo que el Senado no tiene competencia para juzgar a un expresidente. Durante el juicio, los senadores además de jueces eran testigos, muchos estuvieron durante el ataque al capitolio y al absolver a Trump a pesar de eso les merece hoy titulares como el de una columna del diario The Washington Post que dice: “Trump los dejó expuestos a la muerte. A pesar de eso, 43 republicanos le lamieron las botas”.
Este lunes, el juicio en el Senado será parte de la historia y el futuro pinta complejo para el Partido Republicano, que ahora tiene sede en Mar-A-Lago y un líder silenciado en las redes sociales, pero no por eso menos tempestuoso y sorpresivo. A los senadores demócratas, que desde el primer día del juicio sabían que lo perderían, pero que a pesar de eso se dieron a la tarea de exponer las mentiras y las incitaciones de Trump, solo les queda una esperanza: que en la memoria de su país, en especial de sus electores, las verdades que contaron hagan mella. Lo resume bien otra de las columnas de opinión sobre el impeachment hoy en ese país. De acuerdo con el portal Politico, Trump se salvó de ser condenado, pero de este episodio saldrá políticamente muy herido.