Estados Unidos

“Trump es la tormenta, pero Trump con Petro es la tormenta perfecta”: experto sobre lo que viene para Colombia

Andrés Otero, presidente para América Latina de Guidepost Solutions, explica lo que está viviendo el mundo con los aranceles y otras medidas. Asegura que con el presidente norteamericano se puede negociar, pero la pita se puede enredar para Colombia. ¿Por qué?

Cristina Castro

Cristina Castro

Editora General

12 de abril de 2025, 4:52 a. m.
Donald Trump y Gustavo Petro. | Foto: FOTO: getty images/ AP/ Ovidio Gonzalez S.

SEMANA: A usted lo llaman hoy para que explique cómo es el mundo con Trump en el poder. ¿Cada cuánto cambia sus conferencias?

Andrés Otero: Me he tenido que volver agnóstico a las noticias, de lo contrario nunca terminaría una presentación. Es verdad que el presidente Trump lanza noticias cada segundo, pero lo que estamos viviendo hoy es o era previsible. Así como muchos me piden que los ayude a analizar al presidente Petro. Con los dos se vuelve una tarea prácticamente imposible o que requiere ser Ph. D. en Psiquiatría, y ni así. La lección para todos es que en el mundo de hoy a los políticos hay que creerles. Lo que dicen en campaña, lo terminan ejecutando. Viviendo en Miami, uno aprende a entender la trayectoria de la tormenta antes de que se convierta en huracán.

SEMANA: ¿Por qué es perfecta esta tormenta?

A.O.: Para nadie es nuevo que Trump genera ruido, casi que a diario, lo hemos visto desde que emergió en el mundo de la política en 2016. Pero cuando se une Trump con Petro, se convierte en la tormenta perfecta.

SEMANA: Explíquese más, por favor...

A.O.: La diplomacia en el mundo cambió y hoy existe un nuevo paradigma de política internacional. Para entender al presidente Trump, hay que conocer cuáles son las prioridades de su administración. Sin embargo, cuando uno intenta explicar algunas de las decisiones de Trump, ve una gran incongruencia. Un día dice una cosa y al otro día hace otra. Lo vimos con Ucrania, con los aranceles, con Colombia. Anunció las tarifas, luego las suspendió por 90 días. Se empieza a parecer al pastorcito mentiroso. O a Petro. Esos bandazos tienen al mundo al borde de un ataque de nervios. La incertidumbre es nociva para los mercados, para los inversionistas y para el mundo en general.

SEMANA: ¿Cuál es esa doctrina?

A.O.: Parecido a lo que vivimos después de la Gran Recesión. Un Estados Unidos aislado, proteccionista y unilateral. Una nación que cree que no necesita del mundo, que está protegida por dos océanos y que, al final del día, su poder de consumo interno le permite tomar cualquier decisión unilateral sin importar el impacto en resto del planeta.

Y puede llegar a convertirse en nueva doctrina o paradigma mundial, porque Trump ataca el concepto de globalización como lo conocemos, desconoce los tratados de libre comercio y en principio no respeta las reglas de juego existentes entre los países, pues él considera que el mundo –y China– tampoco las estaban respetando.

AP
El presidente estadounidense Donald Trump. | Foto: AP

SEMANA: ¿Esto es lo que llaman el nuevo orden mundial?

A.O.: Eso es lo que mucha gente se pregunta. ¿Vamos a terminar con un Estados Unidos aliado de Rusia y en contra de Europa? Es difícil tener la bola de cristal y saber cómo va a quedar el mundo después de cuatro años de Trump, pero la realidad es que ya estamos metidos en el ojo del huracán.

SEMANA: Hagamos un resumen con lo clave.

A.O.: Para Trump, el tráfico de personas, los carteles de droga, el Tren de Aragua, Maduro, las crisis del fentanilo y China, entre otras, son parte del mismo problema, lo cual lo obliga a reabrir la famosa guerra contra las drogas de Nixon. En la guerra comercial con China aplica el concepto de “quien no es mi amigo, está contra mí”. Y, por último, considera que es necesario patear el tablero para así poder volver a renegociar los tratados de libre comercio, corregir la balanza comercial, controlar la deuda pública y volver a generar riqueza para los estadounidenses. Para él, un país que gasta más de lo que genera al final del día es un país quebrado, es un país pobre.

SEMANA: ¿Y en todo esto dónde entra Petro?

A.O.: Trump no es un tipo de ideología o fundamentalista. Tampoco es un adepto a las políticas públicas como solución a los problemas. Es un personaje que se forjó negociando con sindicatos, obreros y millonarios neoyorquinos en las calles de Queens y Manhattan. En ese sentido, con él, todo está sobre la mesa, todo es susceptible de negociación. El problema para Colombia es que no creo que Petro quiera negociar con Trump, y ahí es donde se nos enreda la pita.

gustavo petro Presidente de la república
Gustavo Petro, presidente de Colombia. | Foto: PRESIDENCIA

SEMANA: Eso deja a los colombianos en una situación de mucha incertidumbre. ¿Qué se puede hacer?

A.O.: Eso lleva a muchos empresarios a pensar, ¿será que debería buscar nuevas opciones y nuevos mercados? ¿Debería montarme en un avión a Shanghái, a Beijing y buscar hacer negocios con los chinos? ¿O nos cruzamos de brazos y nos quedamos esperando el totazo?

Lo primero es calmar a la gente. Hoy estamos en la primera semana de la tormenta. Gústenos o no, el protagonista de esta telenovela es Trump, un personaje que en su histrionismo se parece mucho a Petro. Al igual que hemos vivido en Colombia estos últimos tres años, hay muchas cosas que se quedaran en trinos y amenazas, pero que al final del día no se concretan.

SEMANA: Pero han generado un torbellino en las bolsas y los mercados.

A.O.: Sí, pero en la medida en que el comercio internacional empiece a medirle el aceite, los mercados se van a ir apaciguando y se va a ir generando cierto tipo de tranquilidad y predictibilidad. El ciudadano de a pie va a seguir trabajando y viviendo sus vidas como hicieron después de los ataques del 9/11, del covid o de la invasión de Rusia a Ucrania, todos eventos que pensamos iban a ser devastadores y aquí estamos. Dicho eso, el riesgo para Colombia es mayor. SEMANA: ¿Por qué? A.O.: Porque con Trump y Petro se suman el hambre y las ganas de comer. Cuando sucedió el famoso domingo fatídico, le escribí a un senador republicano cercano a la nueva administración y le advertí: “No caigan en la trampa de Petro. Él quiere que lo sancionen, que le impongan aranceles, que lo descertifiquen”.

SEMANA: Usted mencionó la descertificación. ¿Eso qué tan probable es?

A.O.: Es una certeza por el nivel de desconfianza que existe entre los dos países. Petro viene buscando una excusa para pelear con el imperio y azuzar el sentimiento antiyanqui –hoy anti-Trump–, lo cual le permitirá fortalecer sus bases camino al proceso electoral de 2026. Por eso recibió a la señora Kristi Noem con una cachetada. La descertificación le justificaría expulsar a la DEA, como lo hicieran sus pares en México y Venezuela. Implicaría la suspensión de toda ayuda para Colombia. Imagínese, si ya venimos rezagados en el tema de lucha contra las drogas y la delincuencia organizada, perder capacidad y apoyo en materia de inteligencia y asistencia militar sería devastador. Sumado a eso, muy posiblemente vendrían sanciones del Departamento del Tesoro y del Departamento de Justicia.

Fueron varias horas de tensión las que hubo entre Colombia y Estados Unidos.
Gustavo Petro y Donald Trump. | Foto: Getty Images

SEMANA ¿Hay forma de navegar de alguna manera segura esta tormenta?

A.O.: Como dice un colega y amigo: “Tranquilos, que todo va a estar bien”. Hay que pensar con una alta dosis de pragmatismo y cabeza fría. Un ejemplo es la excelente gestión que está haciendo la presidenta Sheinbaum de México. Es importante que los empresarios y los líderes gremiales se unan y busquen canales de comunicación y negociación directa con Estados Unidos. El Gobierno Petro no va a representar sus intereses, por muy buena voluntad e intenciones que tenga la señora canciller.

Es crítico que busquen canales de comunicación con sus aliados históricos de la época de las negociaciones de TLC con congresistas y staffers, con gobernadores y busquen alianzas con empresas americanas amigas o con intereses en Colombia. Desde los gremios y AmCham, hay que alinear prioridades en la lucha contra las drogas. Programas como BASC y CTPAT son ejemplos de ello.

Tener cuidado y no dejarse hipnotizar o sobornar por China. Es importante que Trump vea al empresariado colombiano como un aliado en esta guerra comercial con China y no como un traidor. Ver el ejemplo reciente de Panamá. Y, por último, en materia arancelaria no nos fue tan mal. Hay que aprovechar las ventajas arancelarias frente a países del sudeste asiático y otros, y posicionarnos con opciones de nearshoring. Un ejemplo de una ventaja competitiva en materia arancelaria: el café. Hagan inversiones en países como México y en el mismo Estados Unidos. Hay que convertir la crisis en oportunidad y aprovechar la coyuntura.