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Ucrania le apuesta todo a destruir el puente de Crimea; asegura que está por caer: ¿Qué significa esta construcción para Rusia?
Altos mandos militares aseguran que el puente está “muerto” y que caerá durante 2024.
El comandante de las Fuerzas Navales de las Fuerzas Armadas de Ucrania, el vicealmirante Oleksi Neizhpapa, ha asegurado este lunes que el puente de Crimea está “muerto” y caerá a lo largo de 2024, incidiendo así en un tipo de declaraciones repetidas en las últimas semanas desde Kiev.
“Creo que no tendremos que esperar mucho (para ver la destrucción del puente)”, ha manifestado Neizhpapa en declaraciones durante una entrevista recogidas por la agencia ucraniana UNIAN, donde destaca que la infraestructura caerá “este año”.
El jefe de la Inteligencia ucraniana, Kirilo Budanov, aseveró a finales de enero la disposición de Kiev por destruir por completo el puente de Kerch, símbolo del control de Rusia sobre la península de Crimea, anexionada hace casi diez años.
Sin embargo, días después, el ministro de Exteriores, Dimitro Kuleba, reconoció que Ucrania todavía no había podido destruir el puente debido a “razones puramente técnicas”, ya que no cuentan con el arsenal necesario para ello.
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“Necesitamos un arma que pueda atacarlo eficazmente y al mismo tiempo evitar la defensa aérea rusa”, manifestó Kuleba, que considera que la destrucción total del puente de Crimea será un evento celebrado incluso más allá de Ucrania.
Unión Europea confirmará este martes apoyo militar de largo plazo a Ucrania
El Alto Representante para Política Exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, viaja este martes a Ucrania donde confirmará el apoyo militar a largo plazo del bloque europeo, en un momento en el que espera concitar el respaldo de los Veintisiete a una asistencia de 5.000 millones al año para suministrar armas a Ucrania en el contexto de la invasión rusa.
En declaraciones desde Polonia, donde se ha reunido con el ministro de Exteriores, Radoslaw Sikorski, el jefe de la diplomacia europea ha confirmado su viaje este martes a Kiev donde ha señalado que transmitirá que la UE tiene que apoyar a Ucrania “con todo lo que necesite”. “No es una cuestión de tiempo sino de cantidad y calidad en el suministro. Hay que hacer más y más rápido porque Ucrania debe prevalecer”, ha asegurado.
Borrell ha explicado que tratará con las autoridades ucranianas los compromisos de seguridad futuros de la UE con el país, invadido desde hace más de 23 meses por el Ejército ruso. Así las cosas, el Alto Representante espera que los Veintisiete alcancen a principios de marzo un acuerdo sobre su propuesta de dedicar 5.000 millones cada año en apoyo militar a Ucrania, en el marco del Mecanismo Europeo para la Paz. “Si llegamos a un acuerdo, daremos predictibilidad y sostenibilidad en el apoyo a Ucrania co-financiándolo a nivel de la UE”, ha ahondado.
Borrell propuso el pasado verano un plan a los Estados miembros del bloque para sostener la ayuda militar a Ucrania los próximos cuatro años con 20.000 millones de euros, una iniciativa que posteriormente rebajó a 5.000 millones para aprobar año a año.
La idea que gana apoyo entre los Veintisiete es diseñar un fondo específico para Ucrania dentro del Mecanismo Europeo para la Paz, el instrumento con el que la UE ha financiado el envío por parte de los Estados miembros de material militar a Ucrania desde los primeros compases de la invasión rusa.
A través de esta herramienta, la UE ha adoptado siete rondas de ayuda militar a Ucrania, para un total de 3.600 millones de euros. Con el Mecanismo la UE reembolsa parte del gasto en equipamiento militar que sus miembros ceden a Ucrania.
En frente, no ha ayudado la posición de Hungría que veta desde hace un año nuevas rondas de financiación europea alegando disputas con Ucrania. Este bloqueo genera gran malestar entre los socios europeos y pone de relieve la necesidad mantener el apoyo, en un momento en el que Estados Unidos tiene congelada la ayuda por el rechazo de los Republicanos y cuando varios países de la OTAN están debatiendo con Ucrania los compromisos de seguridad a largo plazo acordados la pasada cumbre de líderes aliados en Lituania.