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Video: “Dios puede perdonar al delincuente, pero en la tierra debe estar en prisión”, Bukele sobre sus duras medidas de seguridad
El presidente de El Salvador ha demostrado su dureza con los criminales, incluso construyó la prisión más severa contra los terroristas.

El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, ha logrado disminuir drásticamente la inseguridad de su país al encarcelar a los presuntos criminales en su prisión de máxima seguridad para terroristas, en una serie de detenciones —muchas de ellas cuestionadas— de cualquier miembro vinculado con alguna organización criminal, como el Tren de Aragua o Mara Salvatrucha (MS-13).
En una reciente entrevista, justificó sus severas medidas al anunciar: “Yo soy un hombre creyente. Creo que Dios puede perdonar a todos (...) pero eso le compete a Dios, aquí en la Tierra debe estar en prisión, porque lastimosamente ya le dimos la oportunidad de que anduviera en las calles y cortó tres cabezas”.
🇸🇻 | Bukele: “Dios puede perdonar al delincuente si se arrepiente, pero en la tierra debe estar en prisión”.
— UHN Plus (@UHN_Plus) April 11, 2025
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Hace casi dos años, el Gobierno de El Salvador presentó su mega-cárcel: El Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), cuyo objetivo es alojar a miles de miembros de pandillas, en un momento de escalada violencia en el país, que lo dejó bajo un extenso perdido de estado de excepción en seguridad.
La temida prisión se ubica en una zona rural aislada, con casi 5.200 kilómetros de extensión. Cuenta con un edificio de confinamiento, otros para alojar a los perros guardianes y otra instalación para los guardias. Alrededor tiene una protección de 19 torres de vigilancia, varios anillos de seguridad, y una cerca electrificada con 15.000 voltios, de acuerdo con un reportaje de CNN.
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El edificio destinado para el confinamiento, puede alojar hasta 40.000 presos, en celdas de concreto protegidas por gruesos barrotes de acero forzado. Los reclusos duermen en camas metálicas escalonadas, sin sábanas ni colchones. Las celdas comunitarias cuentan con un baño abierto, un lavado de cemento. Allí, hasta el agua es controlada por los guardias.

Bukele demostró su mano dura contra las pandillas, luego de una ola de violentos homicidios durante un fin de semana, el 27 de marzo de 2022, que lo llevó a decretar un estado de excepción.
El decreto duraría 30 días, pero continúa en la actualidad. Este le permitió intervenir llamadas para detener a todos los presuntos criminales, además de suspender los derechos constitucionales y el derecho a una defensa patrocinada por el Estado.
En ese momento escaló su popularidad, no exclusivamente porque las cifras de criminalidad redujeron de manera considerable, sino también porque sus medidas abrieron cuestionamientos por parte de organizaciones de derechos humanos. El presidente ha publicado en varias oportunidades videos en sus redes sociales donde se ve a los presos en masa, sin camisa, exhibiendo sus tatuajes, con la cabeza rapada, con grilletes en las piernas y respondiendo las órdenes de los guardias.
Organizaciones internacionales además han denunciado presuntas detenciones arbitrarias. Incluso el Departamento de Estado de Estados Unidos señaló, en el 2023, que el Gobierno salvadoreño estaba cometiendo detenciones injustificadas. Sin embargo, hace unas semanas el mandatario Donald Trump envió a casi 300 inmigrantes —presuntamente miembros del Tren de Aragua— a la megaprisión de Bukele.