Mundo
Virus de Marburgo: ¿Qué tan letal es y por qué tiene en alerta a varios países del mundo? Ya hay fallecidos
LA OMS ha señalado que aún no existe una vacuna para tratar el virus de Marburgo.
El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha anunciado este martes que un brote “sospechoso” del virus de Marburgo en Kagera, región al noroeste de Tanzania, ha matado a ocho de las nueve personas diagnosticadas.
“Hasta el momento, tenemos conocimiento de nueve casos, incluidas ocho personas que han fallecido. Es de esperar que se produzcan más casos en los próximos días a medida que mejore la vigilancia de la enfermedad”, ha indicado en un comunicado difundido en su cuenta de la red social X.
Tedros ha asegurado que la OMS ha ofrecido “toda su asistencia” a las autoridades de Tanzania y a las comunidades afectadas por este “brote sospechoso de enfermedad viral” del que informó a principios de esta semana a sus Estados miembros así como a los Estados partes del Reglamento Sanitario Internacional (RSI).
Asimismo, ha recomendado a los vecinos del país africano que “estén alerta y preparados para gestionar posibles casos” de esta enfermedad, de la que ha dicho es “infecciosa, grave y a menudo mortal”, si bien ha asegurado que no son necesarias “restricciones de viajes ni comercio con Tanzania en este momento”.
Lo más leído
Esta información llega después de que a mediados de diciembre de 2024 las autoridades de Ruanda, país con el que Tanzania comparte frontera, declararan el fin de un brote del mismo virus declarado meses antes, dejando al menos 66 casos confirmados, con un total de 15 fallecidos.
¿Qué es el virus de Marburgo y cómo se transmite?
El virus de Marburgo se transmite a seres humanos desde murciélagos de árboles frutales y tiene una tasa de mortalidad entre el 25 y el 90 por ciento, dependiendo de la rapidez con la que sea tratado. Los síntomas de la infección incluyen dolor de cabeza, vómitos de sangre y dolores musculares.
La enfermedad por el virus de Marburgo, anteriormente conocida como fiebre hemorrágica de Marburgo, es una enfermedad grave y a menudo mortal que afecta a los seres humanos, según la OMS, que afirma que la tasa media de letalidad ronda el 50 por ciento.
No existen vacunas ni tratamientos antivirales aprobados para tratar el virus, que tiene similitudes con el ébola. Para aumentar la supervivencia de los infectados se usa la terapia de mantenimiento (rehidratación oral o intravenosa) y el tratamiento sintomático.
En África, se han registrado brotes anteriores y casos esporádicos en Angola, República Democrática del Congo (RDC), Ghana, Kenia, Sudáfrica, Uganda, Tanzania y Guinea Ecuatorial.
¿Fin del brote en Ruanda?
Las autoridades de Ruanda declararon el fin del brote del virus de Marburgo el cual apareció a finales de septiembre, y el cual ha dejado al menos 66 casos confirmados, con un total de 15 fallecidos, después de que se hayan cumplido 42 días desde que el último paciente recibiera el alta y sin que se hayan registrado nuevos contagios.
El brote, declarado el 27 de septiembre, fue el primero de este virus en el país africano. El 80 por ciento de los casos totales confirmados son trabajadores sanitarios que se contagiaron cuando daban atención a otros pacientes, según un comunicado publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Es un importante hito para el sistema sanitario público de Ruanda,”, dijo el ministro de Sanidad ruandés, Sabin Nsanzimana, quien ha ensalzado “la dedicación de los trabajadores sanitarios, el Gobierno y los socios”, según un comunicado publicado por su cartera a través de su cuenta en la red social X.
“Si bien lamentamos las vidas perdidas, estamos animados por los progresos logrados”, manifestó, antes de destacar que el brote fue “contenido de forma efectiva” gracias a la “colaboración y las acciones coordinadas” entre las autoridades y sus socios, incluida la OMS.
Por su parte, el representante del organismo en Ruanda, Brian Chirombo, ha destacado que “la robusta respuesta por parte de Ruanda demuestra cómo el liderazgo comprometido, los esfuerzos concertados de los socios y un sistema sanitario fuerte son cruciales a la hora de abordar emergencias de sanidad pública”.