A pagar arriendo: por orden del Papa, cardenales y obispos pagarán alquiler por apartamentos donde viven en el Vaticano

El papa Francisco ha tomado una determinación que trataría de sanar el déficit en el balance de la Santa Sede de los últimos años, el cual se ha visto perjudicado por la pandemia del nuevo coronavirus que dejó una crisis financiera nunca antes vista.

El papa Francisco ha estado dispuesto mejorar las finanzas de la Santa Sede al anunciar previamente que recortaría los sueldos de la Curia romana, lo que sumó hasta el 10 % en el caso de los cardenales; incluso, el sumo pontífice impulsó el año pasado un proceso de transparencia en las finanzas con auditorías avaladas por el Consejo de Economía.

En este caso en particular, el papa Francisco ha ordenado que tanto cardenales como obispos deben pagar por los apartamentos donde viven en el Vaticano al establecer que ningún dirigente de la Curia podrá tener un inmueble de la Santa Sede “a título gratuito o en condiciones particularmente favorables”, según un comunicado publicado por medios de comunicación en Roma.

Según la nueva regulación, llamada Rescriptum, que todavía no ha sido confirmada oficialmente por la oficina de prensa del Vaticano, se trata de “la abolición de los alojamientos gratuitos y ventajosos para cardenales, jefes de Dicasterio, presidentes, secretarios, subsecretarios, ejecutivos, auditores y sus equivalentes, del Tribunal de la Rota Roma”.

Aunque en el texto no se menciona la posibilidad de que se lleven a cabo desalojos, se ha establecido que los arrendamientos de las viviendas sean reprogramados, según lo estipulado, sin perjuicio de los contratos existentes.

Esto incluye también la aplicación de rentas por el uso de inmuebles que sean análogos a los que se usan en Italia para quienes no trabajan ni prestan servicio a la Santa Sede o al Estado de la Ciudad del Vaticano. Esto quiere decir que la norma se extiende a todos “los inmuebles propiedad de las instituciones y entidades curiales que se refieren a la Santa Sede” y su objetivo es aumentar “los ingresos procedentes de la gestión de los bienes inmuebles”.

Según informa el diario Il Gazzetino, el Papa tomó esta decisión después de reunirse el pasado 13 de febrero de 2023 con el español Maximino Caballero Ledo, actual prefecto de la Secretaría para la Economía, después de exponerle al Papa la “particular gravedad” de la situación económica de las cuentas de la Santa Sede.

El Pontífice puso de manifiesto en ese momento la necesidad de que “todos hagan un sacrificio extraordinario para destinar mayores recursos a la misión de la Santa Sede, aumentando también los ingresos procedentes de la gestión de los bienes inmuebles”.

Según el texto, la nueva disposición “no tiene ningún efecto sobre las facilidades ya concedidas en la fecha de su entrada en vigor y, por lo tanto, los contratos ya estipulados antes de la entrada en vigor de la presente disposición continuarán hasta su vencimiento natural, pero podrán ser prorrogados o renovados solo de acuerdo con las disposiciones anteriores”.

El pasado 23 de febrero el Papa publicó un documento titulado El derecho nativo para aclarar que los bienes adquiridos por las instituciones curiales y las entidades vinculadas a la Santa Sede tienen un “destino universal” y las instituciones y entidades que los han adquirido son sus “depositarios”, no “propietarios privados”.

También añade: “Ninguna institución o entidad puede reclamar su privada y exclusiva propiedad o titularidad de los bienes de la Santa Sede, ya que siempre ha actuado y debe actuar en nombre, por cuenta y para los fines, de la Santa Sede en su conjunto, entendida como persona moral unitaria, representándola solo donde lo exige y permite la ley civil”.

Según precisa el portal oficial del Vaticano Vatican News, el Motu proprio no cambia competencias ni dicta nuevas normas, pero sí reafirma un principio fundamental sobre la naturaleza pública de los bienes y el papel de las instituciones curiales y entidades vinculadas.

Con información de Europa Press*