Estados Unidos
Aeropuertos en Estados Unidos anuncian cambios que facilitarán el paso por los controles de seguridad: adiós a quitarse los zapatos
La medida, impulsada por el Departamento de Seguridad Nacional, busca agilizar los controles aeroportuarios sin comprometer la seguridad, gracias a nuevas tecnologías de detección.

La secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kristi Noem, anunció que la próxima gran novedad en el transporte aéreo podría ser la modificación o eliminación de la norma de líquidos en cabina, conocida como la regla 3‑1‑1 que limita cada contenedor a 3.4 onzas (100 ml) dentro de una bolsa de un cuarto de galón.
La medida se evalúa con el objetivo de agilizar el paso por los controles e iniciar una etapa más moderna y ágil en los aeropuertos estadounidenses.
Este posible cambio se suma al ya implementado a comienzos de julio, cuando Noem eliminó la obligación de quitarse los zapatos durante el control de seguridad, una norma que se mantuvo vigente desde 2006 tras el atentado frustrado del “shoe bomber”.

Ese cambio entró en vigor de inmediato, tras un piloto exitoso que demostró que los escáneres y protocolos actuales son capaces de mantener la seguridad sin necesidad de esta exigencia.
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Durante el Hill Nation Summit, Noem explicó: “Estoy cuestionando todo lo que hace la TSA”, y añadió que el tema de los líquidos es “el próximo gran anuncio” posible, aunque no profundizó en detalles como volúmenes mayores o excepciones.
Estas declaraciones se enmarcan en una estrategia del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de implementar tecnologías avanzadas, como escáneres de tomografía computarizada (CT), capaces de detectar amenazas sin necesidad de procesos manuales que ralentizan el flujo de pasajeros.
Expertos en seguridad y analistas de la industria aérea coinciden en que la eliminación de la regla 3‑1‑1 favorecería no solo la comodidad del pasajero, sino también la eficiencia del sistema aeroportuario.

Según Henry Harteveldt, analista del grupo Atmosphere Research, simplificar los controles en masa reduce los riesgos en áreas vulnerables como las filas, y acelera significativamente el proceso de embarque.
Sin embargo, hay desafíos importantes. El despliegue de escáneres CT aún es parcial; solo en algunos aeropuertos se cuenta con esta tecnología. Un portavoz del TSA ha estimado que podría tomar hasta 2040 para que se instalen en todos los aeropuertos del país, lo cual implica que cualquier flexibilización tendría que aplicarse de forma progresiva y bien planificada.
Además, habrá que resolver dudas sobre cómo afectará esta medida a programas como TSA PreCheck, a la consistencia entre distintos aeropuertos y a la percepción pública en torno a la seguridad. La brecha tecnológica entre instalaciones aeroportuarias urbanas y regionales podría generar desigualdad en la experiencia del pasajero.
Uno de los puntos que más debate genera entre los expertos es cómo se manejará la información para los viajeros, quienes por casi dos décadas han estado acostumbrados a cumplir normas estrictas sobre líquidos.

Según un reporte de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), cualquier transición de normas debe ir acompañada de campañas de comunicación claras, multilingües y basadas en evidencia científica que brinden confianza a los usuarios sin causar confusión.
Por su parte, aerolíneas como Delta, United y American Airlines han mostrado interés en apoyar este tipo de avances siempre y cuando se garantice una transición tecnológica adecuada.
En entrevistas recientes con medios especializados, voceros de estas compañías coincidieron en que la agilidad operativa es clave para mejorar la experiencia del usuario y evitar los retrasos crónicos que afectan a la industria, especialmente durante temporadas altas.