MUNDO

Bella Hadid impone tendencia western y reaviva el debate sobre apropiación cultural en la moda

Lo que parece una simple tendencia revela disputas culturales sobre género, poder y apropiación

Darwin Schneider Correa Parra

Pasante de Mundo - Semana.

30 de abril de 2025, 12:54 p. m.
Avistamientos de celebridades en la ciudad de Nueva York - 28 de abril de 2025
Bella Hadid es vista el 28 de abril de 2025 en la ciudad de Nueva York. | Foto: GC Images

El reciente regreso de Bella Hadid al ojo público, tras meses de ausencia por motivos de salud, no ha pasado desapercibido. Más allá del resurgimiento de una figura clave en la industria del lujo, su elección estética un atuendo western compuesto por jeans oscuros, cinturón con hebilla grande, blusa blanca abotonada y sombrero de vaquero ha encendido una conversación que excede lo superficial.

El estilo western, cargado de referencias históricas a la identidad estadounidense, vuelve a posicionarse como una tendencia global. Pero en el fondo, esta tendencia reactiva debates sobre representación, poder y apropiación cultural en la industria de la moda.

El estilo western, cargado de referencias históricas a la identidad estadounidense, vuelve a posicionarse como una tendencia global.
Adán Bañuelos (L) y Bella Hadid asisten al estreno de la serie "Window To The West" en Kemo Sabe Pop-Up el 12 de septiembre de 2024 en la ciudad de Nueva York. | Foto: Getty Images

Bella Hadid no es solo una modelo. Es una figura construida por y para una maquinaria mediática que vende símbolos. En este caso, el retorno del “western look” no ocurre en un vacío: llega en un momento en que Estados Unidos atraviesa una crisis identitaria, con tensiones raciales, polarización política y una relectura de los mitos fundacionales.

La estética del oeste norteamericano cuyo imaginario fue moldeado por el cine, la música country y los relatos de conquista del siglo XIX ha sido criticada por invisibilizar a comunidades como los pueblos originarios y los afroamericanos, cuyos aportes a esta cultura han sido sistemáticamente excluidos.

En este contexto, la moda vuelve a funcionar como un espejo que refleja los discursos dominantes. Hadid, de ascendencia palestina y con un historial de activismo por causas sociales, aparece paradójicamente representando un ícono profundamente estadounidense, incluso patriótico.

Avistamientos de celebridades en la ciudad de Nueva York - 12 de septiembre de 2024
Adán Bañuelos y Bella Hadid son vistos en el Meatpacking District el 12 de septiembre de 2024 en la ciudad de Nueva York. | Foto: GC Images

Esta dualidad genera preguntas importantes: ¿puede una celebridad reconfigurar los símbolos del poder cultural desde una posición crítica, o simplemente termina reforzándolos al convertirlos en tendencia? ¿Qué ocurre cuando una estética con raíces complejas se convierte en mercancía global?

No es la primera vez que la industria utiliza elementos de culturas con trasfondos políticos conflictivos para capitalizar modas. En 2022, Dior presentó una colección inspirada en la equitación mexicana, levantando protestas por falta de reconocimiento a las comunidades que originaron esa estética.

Marcas como Gucci y Valentino también han enfrentado críticas similares. En este caso, la figura de Hadid vuelve a poner sobre la mesa una discusión necesaria: la moda no es neutra. Y cuando es amplificada por rostros con millones de seguidores, sus implicaciones culturales se vuelven aún más relevantes.

Avistamientos de celebridades en la ciudad de Nueva York - 12 de septiembre de 2024
Bella Hadid es vista el 12 de septiembre de 2024 en Nueva York, Nueva York. | Foto: GC Images

La tendencia western, en la piel de Bella Hadid, no es solo una elección de vestuario: es una pieza dentro del juego global de significados que la moda activa. En tiempos de hiperconectividad e inestabilidad social, lo que se viste comunica tanto como lo que se dice.

Hadid, tal vez sin quererlo, se ha convertido en el centro de un debate sobre lo que significa apropiarse, reinterpretar o simplemente vender una cultura. Un debate que la industria aún se resiste a enfrentar con profundidad.