MUNDO
Burberry busca a su próximo presidente
La casa de lujo británica se enfrenta a un relevo clave en su liderazgo mientras lucha por recuperar su posición en un mercado global en transformación.

La icónica casa británica Burberry inició oficialmente el proceso para encontrar a su próximo presidente, según confirmó el medio especializado Business of Fashion. Esta decisión llega en un momento decisivo para la marca, que atraviesa un período de reconfiguración interna y externa, tanto en sus estructuras de liderazgo como en su posicionamiento dentro del competitivo mercado del lujo.
El actual presidente, Gerry Murphy, dejará el cargo tras una gestión marcada por la apuesta por un nuevo rumbo creativo y comercial, lo que abre la puerta a un relevo clave que definirá el futuro inmediato de la firma fundada en 1856.

Murphy, quien ha ocupado el cargo desde 2018, acompañó durante su mandato la transición de varios directores creativos y directores ejecutivos, incluyendo la era de Riccardo Tisci y más recientemente la llegada de Daniel Lee, quien asumió las riendas creativas con la promesa de devolver a la firma su esencia británica, sofisticada y relevante para las nuevas generaciones.
Bajo su liderazgo, Burberry ha oscilado entre momentos de fuerte proyección e incertidumbres en torno a la consolidación de una narrativa coherente que compita con el empuje de casas como Gucci, Dior o Louis Vuitton.
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La búsqueda de un nuevo presidente ocurre también mientras Jonathan Akeroyd, actual CEO, continúa intentando implementar su visión a largo plazo. Akeroyd, quien anteriormente lideró Versace, se unió a Burberry en 2022 con la ambición de fortalecer el rendimiento financiero de la marca y renovar su identidad global.
Sin embargo, el contexto económico desafiante, la desaceleración del consumo en China y el reacomodo del sector lujo pospandemia han representado obstáculos significativos para consolidar los objetivos estratégicos de la casa.

El nuevo presidente deberá no solo acompañar ese proceso de transformación, sino también fortalecer las relaciones con los inversionistas y asegurar que Burberry mantenga su competitividad sin diluir su ADN.
Expertos del sector señalan que se trata de una tarea compleja, especialmente en un momento en que las marcas de lujo se ven obligadas a revisar sus modelos de negocio, fortalecer su presencia digital y responder a las expectativas de sostenibilidad sin comprometer exclusividad.
Si bien la compañía aún no ha confirmado nombres en la lista de posibles sucesores, se espera que el nuevo presidente cuente con experiencia profunda en mercados globales, visión estratégica para el retail y sensibilidad cultural para guiar una marca que, más allá del prestigio, debe enfrentarse a consumidores cada vez más exigentes.
Burberry, que ha sido sinónimo de elegancia británica durante más de un siglo, tiene ante sí un reto que trasciende el relevo ejecutivo: definir cómo quiere ser vista en el mapa del lujo del siglo XXI.