MUNDO
Del desperdicio al deseo: Chanel lanza su arma secreta para reinventar el lujo sostenible
La maison francesa inaugura Nevold, su nueva fábrica de materiales circulares, marcando un hito en la moda de lujo y la sostenibilidad

Chanel ha dado un giro trascendental al presentar Nevold, acrónimo de “never old”, una plataforma dedicada al desarrollo de materiales circulares de alta gama con vocación B2B. Esta apuesta se suma como una “tercera actividad” a sus divisiones de moda y Métiers d’Art, confirmando una estrategia a mediano y largo plazo, lejos del marketing momentáneo.
Bajo el liderazgo de Sophie Brocart, ex-CEO de Patou y licenciada en ingeniería, Nevold redefine el ciclo de vida de los materiales desde su origen hasta su reintroducción en la cadena de valor. La elección de Brocart no es menor. Pues representa el cruce entre gestión creativa y visión técnica, clave en el nuevo paradigma sostenible del lujo.
La iniciativa nace para responder a la escasez y falta de trazabilidad de fibras nobles como algodón, lana, cachemira, seda y cuero, que representan cerca del 80 % del volumen global de Chanel.

En lugar de destruir excedentes, la maison ahora los recicla: hilos, trozos de tweed y restos de cuero se transforman en insumos para nueva producción. Un ejemplo es el revestimiento de tacones de salones slingback, que ahora utilizan materiales reciclados en lugar de plástico virgen. Esta decisión no compromete el diseño, sino que lo potencia al cargar cada pieza de significado técnico y ambiental.
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Nevold colabora con proveedores como Filatures du Parc, con instituciones académicas como la Universidad de Cambridge y el Politécnico de Milán, y con start-ups como Authentic Material. El desarrollo incluye a L’Atelier des Matières, una firma interna que desmonta productos al final de su vida útil, incluso de marcas externas, para reinyectar sus componentes en nuevas cadenas productivas.
Chanel también es socio oficial de la Fundación Ellen MacArthur, referente global en economía circular, y lanzó esta estrategia tras dos hackatones internos en su sede en París.

La visión se alinea con los objetivos de Mission 1.5 de Chanel: reducir emisiones en un 50 % para 2030, alcanzar el 100 % de energía renovable en 2025 y garantizar mayor trazabilidad. Además, invertirá 25 millones de dólares en el Landscape Resilience Fund, centrado en proyectos de adaptación climática y en el empoderamiento de pequeños productores rurales. Este enfoque sistémico supera la lógica compensatoria y abraza una transformación estructural.
Según el Global Fashion Agenda, tecnologías como biomateriales, inteligencia artificial aplicada al reciclaje de fibras y producción on-demand son claves para combatir la sobreproducción. Aunque muchas marcas apuestan por la circularidad, pocas lo hacen desde el diseño del material, y no solo del producto final. Ahí radica la diferencia de Chanel: no maquilla sus residuos, los reinventa.