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Destitución masiva de expertos en vacunas pone en riesgo el sistema de salud de Estados Unidos
La remoción masiva de científicos vinculados al sistema de vacunación desata ola de críticas, incertidumbre y preocupación por la independencia y efectividad de la política sanitaria

La polémica decisión del secretario de Salud y Servicios Humanos, Robert F. Kennedy Jr., de remover a todos los miembros del Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización (ACIP) de los CDC genera fuertes repercusiones esta semana en círculos científicos y políticos de Estados Unidos.
Aunque la destitución se ejecutó el pasado 9 de junio, las consecuencias comienzan a hacerse sentir en múltiples frentes. Desde entonces, se registraron reacciones de instituciones médicas, caídas bursátiles en empresas farmacéuticas y crecientes llamados en el Congreso para exigir explicaciones sobre la dirección de la nueva política de vacunación federal.
Kennedy, quien impulsa su plan Make America Healthy Again con una narrativa crítica hacia la industria farmacéutica, argumentó que los miembros destituidos mantenían vínculos financieros con laboratorios, lo que comprometía su independencia. Sin embargo, diversas fuentes como Reuters señalaron que tales vínculos eran autorizados y fiscalizados dentro de marcos éticos establecidos por la propia CDC.

La Asociación Médica Estadounidense calificó el despido masivo como “una medida temeraria que debilita la confianza ciudadana en las políticas de inmunización”.
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Más allá del debate ético, el impacto financiero fue inmediato. En los últimos días, acciones de Pfizer y Moderna mostraron una baja sostenida en Wall Street ante el temor de nuevas restricciones o reestructuración en el calendario de vacunación.
En contraste, empresas como Novavax, que producen vacunas con tecnologías tradicionales, registraron repunte, que refleja un posible giro en las preferencias del nuevo comité, que incluye a figuras conocidas por su escepticismo hacia el ARNm, como Robert Malone y Martin Kulldorff.

Actualmente, se intensifican los preparativos para la primera reunión oficial del nuevo ACIP, programada para el 25 de junio. Según The Washington Post, ese encuentro será clave para definir la recomendación de dosis de refuerzo para la temporada otoñal de covid-19, decisión que podría marcar el tono general de la gestión Kennedy en salud pública.
Mientras tanto, organizaciones como la OMS y el NIH observan con cautela cómo Estados Unidos, tradicional líder en estrategias de inmunización global, comienza a redibujar su estructura científica interna.
En el Congreso, varios senadores demócratas y moderados comenzaron a preparar un proyecto de resolución que exija supervisión directa del Senado sobre futuros nombramientos al comité, pues consideran que decisiones de este calibre pueden afectar campañas nacionales de vacunación infantil y adulta.
La presión política crece, pero desde el equipo de Kennedy aseguran que el objetivo es “reconstruir la credibilidad perdida durante la pandemia” y garantizar que cada decisión sea “libre de intereses corporativos”.
A menos de dos semanas del primer pronunciamiento del nuevo comité, el país observa con expectativa si la reconfiguración del ACIP marcará el inicio de una era de mayor independencia científica o abrirá un periodo de mayor desconfianza en las políticas de vacunación.