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El artículo más barato de Chanel que puede comprar ahora mismo
Aunque parezca increíble, Chanel tiene un producto accesible que mantiene intacto el espíritu de la maison. Le contamos cuál es y por qué se ha convertido en la puerta de entrada al universo del lujo.

En un universo donde los precios del lujo suelen estar reservados para una élite exclusiva, Chanel ha dado un paso sutil, pero significativo, hacia la democratización de su marca: la “Pinceau Éponge Teint”, una esponja de maquillaje que, con un precio aproximado de 25 euros, se ha convertido en el artículo más asequible que se puede adquirir en una de sus boutiques oficiales.
Aunque puede parecer un simple accesorio cosmético, esta esponja representa mucho más que una herramienta de belleza; es, para muchos, la puerta de entrada al universo Chanel.

La esponja no lleva el logo clásico de la doble C en gran formato, ni está envuelta en oro ni perlas, pero encarna fielmente los principios de diseño, elegancia y funcionalidad que caracterizan a la maison francesa.
Su presencia en el catálogo no es casual: responde a una estrategia clara del conglomerado LVMH, al que pertenece Chanel, que busca conectar con nuevas generaciones de consumidores que valoran la marca, pero aún no pueden permitirse una fragancia de 150 euros o un bolso de más de 3.000.
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Comprar esta esponja no es simplemente adquirir un producto útil para aplicar base de maquillaje, es experimentar el ritual de lujo, sentir el peso simbólico de una etiqueta con historia y pertenecer, aunque sea parcialmente, a un mundo que por décadas ha estado restringido.
Además, la inclusión de este tipo de productos en el portafolio de Chanel tiene un doble objetivo. Por un lado, seduce al consumidor joven y aspiracional que sigue a la marca en redes sociales y sueña con tener una prenda o accesorio algún día.
Por otro, fortalece el vínculo emocional con el cliente, estableciendo una primera experiencia que podría evolucionar con el tiempo hacia compras más costosas y comprometidas con el universo Chanel.

Esta lógica no es exclusiva de esta firma: otras casas de moda como Dior, Gucci o Louis Vuitton han replicado este modelo con artículos como rizadores de pestañas, guías de viaje o esmaltes de uñas. Pero la elección de Chanel resulta especialmente simbólica por su historia y reputación como emblema del lujo clásico, silencioso y refinado.
Que la marca haya apostado por algo tan cotidiano como una esponja dice mucho sobre cómo las casas tradicionales están comprendiendo el momento cultural actual. Ya no basta con vender aspiracionalidad; se trata también de ofrecer accesibilidad, aunque sea mínima.
En tiempos donde el consumidor exige más coherencia, cercanía y justificación del precio, Chanel opta por una solución elegante: un pequeño objeto, cuidadosamente diseñado, que no compromete su esencia pero abre nuevas posibilidades. Porque, al final, para quien la compra, no es solo una esponja: es la promesa de que algún día el resto del universo Chanel también podrá ser suyo. Y esa promesa, para muchos, vale mucho más que su precio.